Es emportante que los migrantes cuenten con un programa para invertir un porcentaje de las remesas en su arraigo.
Dorian era un adolescente cuando cruzó la frontera hacia Estados Unidos de forma ilegal con sus padres. Allá estudió, creció, se casó y tuvo un hijo. Faltaba sólo una semana para conseguir su “Green Card”, cuando tras una falta vial, terminó en México, un país que ya no reconoce. Toda su familia se quedó allá.
Igual que él, hablando “espanglish”, siguen llegando al país miles de jóvenes y adultos que fueron arrancados de sus seres queridos. De este México, sólo tienen recuerdos borrosos y enfrentan una realidad irreconocible. A Jalisco, en lo que va del año han llegado 800 deportados, mientras que durante el pasado año 2016 fueron más de 11 mil.
“Yo dejé a mi familia, mi casa, mi hijo, mi vida. Me dijeron que no alcanzaba el perdón”, explicó Dorian sobre su regreso. A un año del suceso, sigue aquí desempleado, no tiene identidad arraigada, sus estudios no los reconocen en su tierra natal. Allá su carrera profesional es considerada un oficio, aquí es chef internacional.
En su propia tierra natal ha sido engañado, robado y menospreciado. Duró meses deprimido. En Estados Unidos, como chef ganaba 300 dólares diarios, aquí como maestro de inglés con horario esclavizante no le pagaban ni 100 pesos. Cuando intentó renunciar y cobrar su liquidación, le retuvieron sus papeles originales; aún no los recupera, lo que le impide conseguir otro empleo.
“He ido como a 10 trabajos, pero en la mayoría me echan mentiras, prometen buen sueldo, como 2 mil 500 pesos a la semana, pero nunca dicen que vas a trabajar desde las 8 de la mañana y hasta las 9 de la noche, de lunes a lunes. Prácticamente te conviertes en un esclavo. En otros, iba a trabajar tantas horas pero nunca te dicen cuánto vas a ganar”, añade.
Hoy cuida su forma de hablar y vestir, para no parecer “del otro lado” y no ser blanco de los robos. A pesar de los golpes y decepciones, todavía reconoce que sigue “soñando en inglés” y que por sus fuertes raíces mexicanas, está en proceso de adaptación.
Las cifras de deportaciones se han mantenido en las tres últimas administraciones norteamericanas. El tema se utiliza para causar miedo; es la estrategia, coinciden autoridades locales y analistas como Erick Guerrero Rosas, quien subrayó que los presidentes que más deportaciones han concretado son Eisenhower con 13 millones de personas, Clinton –“El amigo de México”- 12 millones 300 mil personas, los Bush (padre e hijo) 14 millones de personas y Obama 2.8 millones. Mientras que Donald Trump estima unos 3 millones.
El asunto es delicado, especialmente para entidades y municipios donde la migración es el principal motor de la economía. Hay pueblos envejecidos que pueden renacer con el regreso de migrantes; para esto es indispensable fortalecer las políticas públicas en pro del desarrollo regional, a través del campo y el turismo, subraya el secretario de Desarrollo e Integración Social en Jalisco, Miguel Castro.
El Instituto del Migrante en la entidad cuenta con un presupuesto anual de tan sólo 3.5 millones de pesos, y lo que se está haciendo es conjuntar esfuerzos entre dependencias para apoyar a los deportados y que sea menos doloroso su retorno.
Es importante que los migrantes cuenten con un programa para invertir un porcentaje de las remesas en su arraigo, para que tengan patrimonio si regresan, dice convencida la directora del Instituto del Migrante, Mariana Márquez, de quien su propio padre y gran parte de su familia son migrantes.
El miedo vulnera emocionalmente a los indocumentados, mengua su espíritu y destruye sus esperanzas. Así que muchos decidirán regresar por voluntad y otros serán deportados a un país que ya no los tenía en cuenta, pero todos –sin duda alguna– sentirán la incertidumbre de que ya no son de aquí, pero tampoco de allá.
Adriana Luna. Periodista multimedia con 25 años de ejercicio profesional. Secretaria de Acción Femenil en el Sindicato Industrial de Trabajadores y Artistas de Televisión y Radio, Similares y Conexos de la República Mexicana, (SITATYR) sección Guadalajara. Secretaria General del Club de Periodistas de Jalisco. Curiosa en todo, experta en nada. Mujer antagónica en sí misma, con el corazón parecido a la Madre Teresa y con un genio como el de Margaret Thatcher.