¿Qué impide la unión de la sociedad mexicana?
Mucho se ha hablado sobre el fracaso de la marcha anti-trump realizada en la Ciudad de México hace poco más de una semana. Las opiniones y críticas se centraron en los convocantes, sus motivos y la confianza de la sociedad para acompañarlos.
Pareciera que el rechazo anti-trump no fuera motivo capaz de movilizar a la sociedad mexicana y, que las élites intelectuales y sociales que convocaron la marcha, una vez más se perdieron en sus propios intereses.
Al final, pocos ciudadanos se dieron cita para elevar una protesta ante el bullying del que México es objeto.
Preguntarse qué es lo que divide a los convocantes de este evento es fácil de detectar y enumerar. Revanchismo, posturas pro y contra el gobierno Peña, o bien, utilizar el rechazo a la política de Trump para exigir respuestas del gobierno en temas de corrupción e impunidad.
Sin embargo, pocos preguntan qué es lo impide la unión de la sociedad mexicana. Si tomamos como referencia las marchas contra el aumento en precios de gasolinas realizadas a inicio de año, veremos que la manifestación social fue nutrida y abarcó prácticamente a todas las grandes ciudades del país.
Al parecer, nos une el enojo ante las decisiones de nuestro gobierno, el reclamo brota ante un daño inmediato –como el gasolinazo– pero no ante una amenaza cuyos efectos serán de largo plazo. Nos une lo que sentimos más cercano (nuestros bolsillos), pero no nos indigna aquello que daña a miles de familias que decidieron emigrar por falta de oportunidades y que ahora ven su futuro amenazado.
¿Tampoco nos preocupa qué sucederá si regresan miles de connacionales? ¿Dónde vivirán? ¿En qué se emplearán? ¿Qué pasará con la informalidad, el empleo, la pobreza? En muchas regiones del país sobreviven únicamente gracias a las remesas provenientes de Estados Unidos porque no cuentan con otras alternativas de empleo ni de educación.
¿De verdad podemos pensar que esto no nos afecta como sociedad? Lo más preocupante es que esta indiferencia perpetúa uno de los grandes problemas del país: la desigualdad. Los mexicanos toleramos que en nuestro país existan abismales diferencias de oportunidades y, por lo que se ve, muy pocos entienden la dimensión de lo que se avecina.
Nos alegra mucho que países de Latinoamérica y Europa se solidaricen con nuestro país frente a los agravios de Trump. Mientras, la sociedad mexicana permanece atomizada sin una motivación espontánea que la unifique frente un tema de profundo interés nacional.
Paola Palma Rojas. Articulista especializada en análisis de políticas públicas, macroeconomía, comercio internacional, competitividad e innovación. Maestra por el ITAM y por el IPN.