«FICCIONES Y SUBVERSIONES»: Amor en tiempos modernos o “No sólo de amor vive el hombre” - Mujer es Más -

«FICCIONES Y SUBVERSIONES»: Amor en tiempos modernos o “No sólo de amor vive el hombre”

¿Algunos de ustedes han sido diagnosticados por sus amigos o familiares como enamorados? 

Mucho se ha escrito del amor, esa necesidad de exponerlo ha hecho a la Filosofía, Psicología, Neurobiología entre otras áreas del conocimiento, plantear sus paradigmas explicativos. También lo han hecho las Ciencias Sociales, y en especial la Sociología ha tenido interés sobre la historia de la idea amor.  

 

¿Cómo opera en tiempos modernos el amor?

 

Las historias de amor ya se encuentran programadas por un código, son los amantes quienes comienzan la historia. 

 

La siguiente pregunta puede darle claridad al planteamiento: ¿Algunos de ustedes han sido diagnosticados por sus amigos o familiares como enamorados? Como si se tratara de un paciente que ve sus síntomas tipificados en un manual profesional. En un caso u otro, se trata de códigos que convierten nuestro caso personal en un número más.

 

Este código que determina si se trata de amor, no va a derivar de un sentimiento singular, si no es construido socialmente; es decir, la finalidad de nuestras palpitaciones va a corresponder a los requisitos de integración de nuestra comunidad. Los cortejos, galanteos, la idealización que hacemos del amor, son pertenecientes a un sistema social.

 

Plantearé algunas diferencias de la idea amor construido en diferentes modalidades históricas:

 

En el siglo XVII, el matrimonio como idea de amor tenía la función de ser un engranaje más en el sistema estatutario. Los individuos no tenían nada que decir; se va a apelar a un intercambio de habilidades, facultades, patrimonios que tendrían la función de potencializar la dualidad y con ello generar una unidad productiva para el cuidado de la especie. Por otro lado, el amor que se vivía como pasión, no tenía ningún valor, por lo tanto quedaba instalado al margen del sistema, este amor no nutría la reproducción social. Pensemos en las relaciones amorosas no convenientes para las familias de esta época, los arreglos nupciales entre las coronas como ejemplos.

 

Es también durante estos siglos que la construcción del código del amor fue constituida a partir de la lírica amorosa antigua, árabe, con los cantos de los barbados del Medievo y con la literatura amorosa del Renacimiento Italiano. Dada esta literatura y renuencia al conocimiento de lo cotidiano, los asuntos del amor renunciarían a su realización pecaminosa. El amor va a encontrar su fundamento en la perfección a través de su idealización.

 

Varios son los eventos históricos que van gestando la individualidad del hombre, y que van a provocar cambios drásticos en los códigos del amor: Se va a comprender que la salvación es un asunto individual, el sentido de la muerte como propia y única del individuo, todo esto alcanza una nitidez en el llamado Siglo de las Luces.

 

La libertad institucionalizada a partir de la Revolución Francesa cambia los códigos del amor. Como resultado de una severa crítica a la sociedad aristocrática, la sociedad posrevolucionaria da la posibilidad de enamorarse antes de contraer matrimonio, el amor vivido como una pasión es una expectativa individual, las relaciones íntimas se convierten en una manera de vivir el amor, cumplen con la función del amor. Este gran paso va a liberar al amor de funciones difusas provenientes de la moral, la política, el derecho, la economía e incluso la religión.

 

La sociedad fue evolucionando, y hoy vivimos un mundo extremadamente complejo y contingente. Su complejidad la debe a la cantidad de vivencias y acciones del día a día. Y su contingencia encuentra su fundamento en el mundo de posibilidades que se vislumbran como algo que pueda ocurrir. Esto traerá como consecuencia que los individuos vivimos una gran cantidad de relaciones impersonales, provocando que las relaciones personales que establecemos las vivimos con una gran intensidad.

 

Las relaciones personales nos dan la posibilidad de destacar las cualidades de una persona individualizada, y que estas cualidades que nosotros construimos en la pareja no son accesibles a los demás individuos. Esta interpretación que hacemos de nuestra pareja puede aumentar en tanto la sociedad brinda los espacios para ello. Pero este mundo íntimo no es suficiente en los tiempos modernos. Los individuos necesitamos confirmarnos en diferentes ambientes, en el laboral, el académico (las funciones que cada quién desempeñe), pero la necesidad de regresar al mundo íntimo viene también con la opacidad del mundo social.

 

La necesidad del amor como un mundo íntimo, cercano, próximo, tarde o temprano es muy reducido y limitado para el individuo moderno, y pienso en tanta razón que tenía mi abuela: “No sólo de amor vive el hombre”. 

 

 

Mayra Rojas es docente en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores Monterrey (Campus Estado de México), en la Universidad Iberoamericana (Cd. de México). Doctora en Ciencias Sociales y Políticas (Universidad Iberoamericana).

 

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