«EL RING DE LOS DEBATES»: El Svengali de Trump y la posibilidad del impeachment - Mujer es Más -

«EL RING DE LOS DEBATES»: El Svengali de Trump y la posibilidad del impeachment

Un presidente de facto, el responsable de la seguridad de EU.  

De todos los personajes literarios, hay uno que siempre me ha inquietado. Se trata de Svengali, el villano de la novela Trilby de George du Maurier, que me recuerda a Orlac de El gabinete del Doctor Caligari.

 

Svengali es un hipnotizador que hace que el personaje del título se convierta en una cantante famosa. Tan famoso es que su nombre se ha convertido en sinónimo de quienes mediante el engaño y la persuasión llegan a controlar a otros. El Svengali finge amabilidad y usa la manipulación para conseguir que otra persona la entregue, por completo, su voluntad.

 

Si el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, es el Svengali del presidente Enrique Peña Nieto, el mandatario estadounidense, Donald Trump, tiene un símil en la figura de Stephen Bannon.

 

Bannon es el responsable del Consejo de Seguridad Nacional en el gobierno de Estados Unidos. El fundador del sitio de noticias Breitbart, conocido por su tendencia derechista, se ha transformado en el estratega en jefe de la Casa Blanca. Incluso, el diario The New York Times lo considera “el presidente de facto”.

 

Todas las decisiones importantes que se han tomado en las primeras semanas de la administración Trump, han pasado por sus manos. Incidió en decisiones como la de retirar a Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TTP), así como en la de congelar el programa de refugiados. También es artífice de la embestida contra México y de que seamos nosotros quienes paguemos por el muro en la frontera.

 

Para el Times, su nombramiento es “peligroso” ya que implica que todas las decisiones en materia de seguridad nacional se pueden politizar y quedar en manos de un sujeto identificado con la ultraderecha, que es propicio a los rumores falsos y a prejuicios racistas.

 

“Nunca hemos presenciado a un asistente político moverse tan descaradamente para consolidar el poder como Bannon, ni hemos visto a uno que haga tanto daño y tan rápidamente a la popularidad de su jefe putativo o a sus pretensiones de competencia”, advirtió el rotativo.

 

Si Videgaray fue el promotor de la visita de Trump que causó el enojo social contra Peña Nieto, ¿Bannon podría provocar el repudio generalizado contra Trump y, a la postre, su caída? 

 

El impeachment o la caída del tirano 

 

Dos semanas han sido suficientes para que el mundo sea testigo del daño que Donald Trump puede provocar. Al gobernar con impulsos, caprichos y a base de órdenes ejecutivas para tratar de saltarse al Congreso, ha generado el recelo de sus propios correligionarios del Partido Republicano.

 

El recelo se ha transformado en estupor, enojo, frustración y odio. El odio que él mismo ha expresado hacia las minorías. Como consecuencia, cada día gana terreno la idea del impeachment (o juicio político), como un mecanismo para destituirlo, bajo el argumento de que el hombre es psiquiátricamente incapaz de comprobar si algo es legal antes de hacerlo.

 

Se pretende demostrar que Trump no es apto para ocupar la Oficina Oval, pues no escucha los consejos de sus colaboradores que han intentado frenarlo en algunos de sus arrebatos, aunque ello resulte casi imposible.

 

El magnate ha decretado órdenes impulsivas que no han sido revisadas por juristas, ni por expertos gubernamentales y que no son producto de una planificación meditada. Desconoce que las decisiones del hombre más poderoso del mundo –por más poderoso que sea–, deben estar sujetas a lo que establecen la Constitución, las leyes y las reglas de la política.

 

Trump mató al ObamaCare y en respuesta, el representante republicano Tom McClintock, señaló: “Mejor (hay que) asegurarnos de que estamos preparados para vivir con el mercado que hemos creado. Esto va a llamarse Trumpcare. Los republicanos lo poseerán en su totalidad y seremos juzgados en las elecciones en menos de dos años”.

 

El senador del partido al que Trump secuestró para hacerse de la candidatura y luego de la jefatura de la Casa Blanca, Lindsey Graham, se burló de sus “hábitos tuiteros” y de la guerra comercial que ha iniciado contra nuestro país. “En pocas palabras: cualquier propuesta que suba los precios de la Corona, el tequila o las margaritas, es una muy mala idea. Mucho triste (sic)”.

 

El empresario propuso volver a instaurar práctica de la tortura, pero los principales líderes republicanos se encargaron de desechar esa idea. El senador John Thune afirmó que la prohibición de esa práctica estaba en la ley y que los republicanos en el Congreso se opondrían a restaurarla.

 

Por todo ello, la organización Free Speech for People lanzó una campaña ciudadana para destituir a Trump (https://impeachdonaldtrumpnow.org/). Hasta hace unos días, más de 400 mil personas habían suscrito la petición.

 

Expertos legales afiliados a Citizens for Responsibility and Ethics in Washington (CREW) http://www.citizensforethics.org/, presentaron un detallado informe que documenta las diferentes formas en que Trump viola la cláusula de elegibilidad (Emoluments Clause) http://bit.ly/2khTZl2, que prohíbe que un presidente se beneficie de las acciones de gobiernos extranjeros.

 

Existen otros argumentos para promover el impeachment, entre ellos, que Donald Trump pone sus intereses comerciales por delante de los del país, además de su “extraña” y “oportunista” alianza con el presidente ruso, Vladimir Putin, que para algunos raya en la traición.

 

A todo lo anterior se suma un razonamiento sobre su salud mental. En 1984, el psiquiatra Otto Kernberg describió una enfermedad conocida como malignant narcissism (narcisismo maligno) que –a diferencia del narcisismo convencional–, se considera una patología severa y se caracteriza por una ausencia de conciencia, una grandiosidad y una búsqueda de poder patológicas y un placer sádico por la crueldad.

 

Hannia Novell. Licenciada en Ciencias de la Comunicación, realizó estudios en Periodismo, Literatura y Seguridad Nacional en diversas instituciones como la Universidad Iberoamericana, el Centro de Comunicación, Radio Educación y el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Especialidad en corresponsalía de guerra en La Universidad de Jerusalem (Israel) y una especialidad en comunicación política en George Washington University. Titular del noticiario estelar de Proyecto 40 en su edición nocturna. 

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