Pagaron justos por pecadores en los resultados de la Constituyente.
Unos minutos antes de que se clausuraran formalmente los trabajos de la Asamblea Constituyente y de que su presidente, Alejandro Encinas, anunciara que había nacido la Constitución de la Ciudad de México, se escuchó desde su curul la voz nerviosa del coordinador de MORENA, Bernardo Bátiz, para pedir que lo dejaran ser el último orador y dejar en la historia del Diario de los Debates constancia de que sobraban 40 designados por Enrique Peña con los que “reconozco que trabajamos bien”. La metamorfosis de los morenistas amorosos sufrió la transformación del “yo acuso” al inmoral PRIAN, olvidándose de que entre sus filas estaba sentada la más prianista: Elvira Daniel.
Vi bajar al coordinador de MORENA a paso lento para dirigirse a la alta tribuna del antiguo Senado de la República donde, dicen, ronda el espíritu de Don Belisario Domínguez, político chiapaneco de ideología liberal y opositor de Victoriano Huerta, para improvisar un discurso en el que agradeció, reconoció y acusó al mismo tiempo a los constituyentes –hombres y mujeres– del PRI y PAN de ser la mancuerna diabólica con los que “negociaron” a la luz pública el articulado que da sustento a la Constitución de 2017.
Bátiz, quien se dio a conocer políticamente cuando surgió de las entrañas del PAN, fue abucheado por diferentes diputadas y diputados Constituyentes que desde sus curules le gritaron soberbios, inmorales, hipócritas y falsos, metiendo en el “itacate constituyente” creado por Porfirio Muñoz Ledo a todos los integrantes, militantes y externos de MORENA, cuando muchos de ellos conservaron su congruencia política. Pagaron justos por pecadores, como reza el dicho.
La triste figura del caballero andante de MORENA se hacía chiquita ante sus acusaciones del resurgimiento, por días, del PRIAN porque la moral que presumen había sido lastimada por Elvira Daniel, que durante los trabajos del Pleno se comportó más prianista que los propios acusados. Consta en los videos históricos de la Constituyente las innumerables veces que compartió curul con los designados de Peña Nieto.
“Ya cállate”, se escuchó en voz de la Constituyente del PRD, Ana Julia Hernández, mientras los panistas hacían muecas más divertidos que disgustados. Los priístas, con la piel tan dura que tienen, ni siquiera se inmutaron ante las acusaciones del admirado maestro Bernardo Bátiz, que bajó de la tribuna no como el ganador de la noche, sino como el personaje bíblico que mata a pedradas a los pecadores sin mirar que a su lado hay una “Judas” que fue a la Constituyente a salvaguardar a la comunidad judía, a quitarle atribuciones a la Comisión de Derechos Humanos y a proteger a las inmobiliarias para que sigan adueñándose de la Ciudad.
Todavía no se sentaba en su curul el fiel escudero del líder nacional de MORENA, Andrés Manuel López Obrador, cuando la diputada Constituyente que, según sus propios compañeros no milita en ese partido, ya andaba repartiendo sonrisas a los del PRIAN y dándoles una hoja para que pusieran en ella mensajes de fraternidad para el recuerdo.
MORENA fue, sin duda, un partido sui géneris en la Asamblea Constituyente, con personajes fuera de serie, como Jaime Cárdenas que, a excepción del tema de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas Residentes, votó en contra de todos los artículos y metió reservas en cada uno de ellos. No obstante, se ganó el aprecio de los otros 99 constituyentes que conformamos la Asamblea.
Irma Sandoval marcó desde el primer día que ingresó al Salón de Sesiones su distancia del PRIAN y hasta del PRD y de los “chiquitos”, poniendo sobre el debate el daño que han causado los gobiernos emanados del PAN y del PRI, así como los poderes fácticos que mandan en este país. Diría, sin temor a equivocarme, que jamás traicionó sus convicciones.
Patricia Ruiz Anchondo mantuvo su lealtad hacia su partido y a su dirigente, López Obrador, mientras una desconocida en la vida política, Gabriela Rodríguez, se enarboló en la frase de “sobre mi cadáver” para defender a las mujeres de cualquier intentona de la derecha de hacer regresivos los derechos ganados por las feministas. Mayela Delgadillo entró y salió ciudadana.
Los hombres de MORENA también imprimieron su sello personal. Javier Jiménez Spriú mostró sus dotes de poeta, en tanto el periodista Jesús Ramírez defendió su postura de izquierda al extremo y con pasión… La libertad de expresión, le diría, es de todos y es un derecho consagrado no sólo para los morenistas.
Los discursos quedaron en el Diario de los Debates y todos juntos, PRIAN, Elvira Daniel, PRD, Constitucionalistas y “los chiquitos”, olvidaron las acusaciones del coordinador de MORENA y firmaron sonrientes la Constitución de la Ciudad de México.
Don Belisario Domínguez: le ofrezco una disculpa porque el debate fue de egos y de intereses partidistas.
Elena Chávez. Estudió periodismo en la escuela “Carlos Septién García”. Ha escrito los libros “Ángeles Abandonados” y “Elisa, el diagnóstico final”. Reportera en diversos diarios como Excélsior, Ovaciones, UnomásUno; cubrió diferentes fuentes de información. Servidora Pública en el Gobierno del Distrito Federal y actualmente Diputada Constituyente externa por el PRD.