La unidad nacional no es en torno al presidente de México.
Los embates del presidente Donald Trump en contra de nuestro país, han provocado una reacción en gran parte de la sociedad que llama a la acción en contra de las políticas proteccionista y racista del mandatario norteamericano.
El descontento de los mexicanos es entendible no sólo por la agresión desde Washington, sino por la tibieza de las autoridades nacionales que no saben o no quieren reaccionar como gobernantes de un país soberano.
Desde lo más alto del gobierno han interpretado que el descontento contra Trump es unidad nacional en torno al presidente de México. Error. La figura presidencial está en el peor momento no sólo de su sexenio sino en el de la historia reciente del país.
Desde la invitación a Los Pinos del candidato republicano, la figura presidencial perdió el respeto de sus gobernados y también de quien a la postre sería el presidente de los Estados Unidos.
La inacción del gobierno federal a las amenazas de campaña, cumplidas ya en el ejercicio del poder, son muestra de la improvisación de los estrategas de Los Pinos.
Nada se ha logrado con la mecánica que siguen nuestros dirigentes. Contrario a lo que esperaban, la animosidad del presidente Trump crece en contra de México. El muro va. Los amagos en contra de los inversionistas continúan y la posibilidad de las deportaciones va tomando forma con las acciones emprendidas en contra de ciudadanos de siete naciones con esencia musulmana. Parece un ensayo de lo que puede sucederle a nuestros paisanos con o sin estancia legal en Estados Unidos.
En lo del muro, se responde con la tibieza de que no lo vamos a pagar. Como si la retórica cincuentera, no por la edad del presidente sino por el discurso lopezmateísta, fuera suficiente para controlar la enjundia de Trump.
Las amenazas a las armadoras de autos tuvo efectos inmediatos y el gobierno mexicano ni siquiera hizo público su extrañamiento por el bloqueo a esas empresas para invertir en México.
Sólo la presión social y el oportunismo de los partidos políticos lograron que la administración del presidente Peña destinara mil millones de pesos para la defensa de los migrantes en EU.
Nadie está pidiendo que el presidente declare una guerra comercial o que rompa relaciones con Estados Unidos, sólo se exige un comportamiento a la altura de las circunstancias. El presidente Peña pide unidad ante la envestida de Trump pero cuando intenta hacer suya la frase del benemérito “Entre las naciones como entre los individuos, el respeto al derecho ajeno es la paz”, no se oye convencido de encabezar él la defensa a ese respeto que nos debe nuestro vecino del norte.
En las redes sociales surgió la idea de cambiar el avatar de cada una de las cuentas por la bandera de México. Pronto, ante la historia de rapiña y lo acomodaticio que son los priístas, Víctor Trujillo, Brozo, propuso no darle motivos al priismo de usar la iniciativa tuitera como si fuera apoyo a ese partido y al presidente. Por ello se escogió que el escudo nacional fuera el símbolo del descontento con los presidentes Trump y Peña y en favor de México.
Desde Los Pinos llaman a la unidad nacional, aunque no nos dicen en torno a qué. ¿A la política que ha asumido la administración a los ataques de Trump? Nadie se les va a unir. ¿En favor del presidente? Ni los priistas se lo dan. ¿Por la defensa que intentarán hacer de nuestros compatriotas en Estados Unidos? Nadie ve acciones contundentes en ese sentido. ¿Por la oposición a la construcción del muro? Parece que el gobierno estaría dispuesto a quedarse con los brazos cruzados.
¿En torno a qué quiere el presidente unidad nacional? ¿A los actos de impunidad de sus amigos gobernadores, emblema del Nuevo PRI que llegó para saquear al país? ¿A la violencia que vive México desde hace 10 años y que en lo que va de su gobierno se ha incrementado?
¿Quieren unidad ante la desaparición de miles de personas en estos cuatro años de gobierno, incluidos los 43 jóvenes de la Normal de Ayotzinapa? ¿Unidad ante los ataques a la libertad de expresión lanzados desde las cúpulas del poder?
La unidad, como la entienden en el gobierno, es la de aceptar la imposición de políticas y personajes sin el menor reclamo o seña de inconformidad.
La unidad de México no está en las figuras políticas de nuestro país. Debiera surgir de la sociedad pero aún somos un país dividido gracias a la política de odio emprendida en 2006 por Acción Nacional y vigente hasta nuestros días.
No veo en el escenario a ningún Benito Juárez o Lázaro Cárdenas que aglutine a los mexicanos para la acción. La falta de liderazgo le está haciendo daño al país. Cuánta falta le hacen al país personajes con solvencia para encabezar la defensa de la soberanía. No hay. No están. En eso la culpa la tenemos todos.
Creo que hoy sí tenemos el gobierno que merecemos.