¿Hay voluntad política para hacer efectivos los “ajustes necesarios”?
En estas primeras semanas del año hemos escuchado en voz del presidente Enrique Peña Nieto argumentos que intentan justificar el aumento de la gasolina, y entre lo dicho hace referencia a los marcos globales que obligan a los ajustes, recortes, eliminación de subsidios, etc. ¿Ajustes? Son tiempos de crisis, señala: “se acabó la gallina de los huevos de oro”. ¿Se acabó? ¿Se la acabaron?
Considerando dicha coyuntura, es un momento ideal para hacer los ajustes necesarios, recortemos gastos, ¿a quién o quiénes? Sin duda son muchos los derroches de nuestra clase política y por lo tanto muchas las tareas pendientes. Pero centremos nuestra tención en el costo de nuestra democracia, ¿Cuánto nos cuesta nuestro sistema partidista? ¿Y el gasto en campañas políticas? ¿El costo de las elecciones? ¿Cuánto dinero derrochamos? ¿Hay voluntad política para efectivamente hacer los ajustes necesarios?
Con la intención de hacer más efectivo el costo de nuestra democracia, el diputado independiente de Jalisco, Pedro Kumamoto, presentó ante el Congreso Local la incitativa #SinVotoNoHayDinero. Dicha propuesta tiene como intención que los partidos políticos obtengan dinero con base en lacantidad de votos válidosque hayan recibido en el proceso electoral.
Actualmente el costo de los partidos políticos para los ciudadanos es determinado por la siguiente fórmula: el 65% del valor UMA (Unidad de Medida y Actualización), es multiplicado por el total de las personas que poseen una credencial electoral (padrón electoral). La iniciativa señala que en el 2016 la bolsa a los partidos fue de poco más de 4 mil millones de pesos. Esta forma de asignación de recursos está considerando como base al total del padrón electoral, lo que significa que si el padrón electoral aumenta, con ello deberá de aumentar la asignación de dinero.
La fórmula de asignación de recursos que se está proponiendo a través de esta iniciativa sería: 65% del valor UMA (Unidad de Medida y Actualización), multiplicado por el total de votos validos. Sólo como dato, en 2015 la votación emitida fue de 37 millones 919 mil 492 de un padrón electoral que para diciembre de 2016 era de más de 85 millones.
Ahora, si partimos de la consideración que en las pasadas elecciones presidenciales del 2012 fue el 62.08% de los ciudadanos quienes ejercieron su voto, dato arrojado por el Estudio Censal de Participación Ciudadana realizado por el INE (Instituto Nacional Electoral). Esto significa que hubo un 37.92% de abstencionismo. Es importante señalar que aunado al fenómeno del abstencionismo (existe el voto nulo), el INE señala entre 2% y 3% de votos nulos en las pasadas elecciones presidenciales.
Hay sectores de la población que consideran anular su voto como muestra de repudio a los partidos. De acuerdo a la actual legislación electoral, los votos válidos son resultado de restar los nulos. Por lo tanto, el abstencionismo y los votos nulos están favoreciendo a los partidos políticos, provocando un fenómeno de sobrerrepresentación.
No es la primera ocasión que se plantea cuestionamientos en torno a los recursos asignados a los partidos políticos. En el 2009, académicos y activistas promovieron la campaña “¡Ya bájenle! Menos dinero a los partidos”. Por otro lado, a nivel federal distintos grupos parlamentarios se han mostrado a favor de reducir el financiamiento a los partidos. En el 2014, Movimiento Ciudadano; 2015, el PAN; 2016, MORENA y Partido Encuentro Social, por lo que sería congruente que apoyaran dicha propuesta.
La iniciativa fue aprobada por el Congreso local de Jalisco y ha sido enviada al Congreso de la Unión para continuar con su proceso legislativo.
El primero de febrero inician las sesiones ordinaras del Congreso y se pondría a prueba la voluntad política de nuestros diputados y senadores para hacer los ajustes necesarios y poner un alto al derroche. #SinVotoNoHayDinero plantea que cambiar la fórmula de asignación de recursos podría llevarnos a ahorrar hasta un 60% del presupuesto a partidos políticos.
Además del ahorro de recursos en tiempos de crisis, esperaríamos que los partidos políticos se bajaran de su pedestal y trabajaran por conseguir sus recursos, ellos serían los primeros interesados en nuestro voto. Si tomáramos como base solamente los votos válidos, se evidenciaría la falta de representación de los partidos políticos.
Sin duda son muchos pendientes en la agenda política de este país, pero replantear y modificar la representación de nuestros partidos a partir de esta iniciativa, sería importante. Esperaríamos además que se revitalizara la relación entre ciudadanos-partidos que hoy es inexistente.
Hasta hoy, la representación partidista es una ficción muy costosa.
Mayra Rojas es docente en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores Monterrey (Campus Estado de México), en la Universidad Iberoamericana (Cd. de México). Doctora en Ciencias Sociales y Políticas (Universidad Iberoamericana).