Los diplomáticos mexicanos deben buscar con Trump el respeto como Estado mexicano.
Este viernes 20 de enero la relación de México con los Estados Unidos de Norteamérica dará un giro y entrará en un proceso vertiginoso, que si no se conduce bajo los principios de defensa de la soberanía, independencia y la exigencia de un respeto recíproco, nos hará parecer ridículamente como los pequeños terrícolas de Tierra de Gigantes (Land of the Giants), serie televisiva estadounidense transmitida durante la década de los 60, donde se narraban las aventuras de la tripulación y los pasajeros de un transporte suborbital que accidentalmente llegó a un mundo en el que todas las formas de vida tenían proporciones enormes en comparación con los personajes principales.
El aspecto de estos gigantes era humano, pero su sistema social era dictatorial. La trama de la serie consistía en que los terrícolas tenían que estar constantemente huyendo y escondiéndose de los gigantes ante el temor de ser atrapados, ninguneados y, en el peor de los casos, aplastados, como podría suceder con el futuro gobierno de Donald Trump y su gabinete, si no buscamos ser tratados con respeto como nación.
Si los gobernantes mexicanos no comprenden, no dimensionan y no conducen de manera adecuada la relación, y aprenden rápido que ésta debe ser una relación bilateral, no sólo estaremos en la mira, sino que comprometerán lo que queda de soberanía nacional y cada día nos harán lucir de menor tamaño ante los Estados Unidos; propiciarán una relación cada vez más dependiente, más asfixiante y casi persecutoria e intimidatoria como la de Tierra de Gigantes.
En el ensayo “Problemas del Desarrollo”, se hace referencia a una cita de Lázaro Cárdenas de 1961: “El obstáculo principal que se interpone en un desarrollo mínimamente nacional de Latinoamérica y México, es el imperialismo norteamericano asociado y afiliado con las oligarquías en el poder… seguiremos hundiéndonos en el pantano del subdesarrollo al que nos ha conducido un capitalismo cada vez menos nacional”.
Todos sabemos que la vecindad con EUA es irrenunciable, no así la dependencia y la sumisión a la que no debemos resignarnos. Hay caminos viables, como lo han reiterado a través de la historia una y otra vez los estudiosos de la relación, un camino que debe apoyarse en buscar el bienestar de la población, con en mejores salarios como base del incremento de la productividad en un mercado interno más firme, en un proceso que conduzca al mejor aprovechamiento de los recursos naturales y nacionales, reducir al mínimo el despilfarro de recursos, un menor endeudamiento para que la relación con los acreedores no se convierta en un mecanismo de dominación y la defensa de la cultura nacional, por principio.
Es tiempo de exigir a nuestros gobernantes que tengan claro que sí hay un camino viable y digno para la relación con nuestro vecino, y que es una prioridad, que estamos a contrarreloj. O reaccionamos, o seremos aplastados como en Tierra de Gigantes.
Cartelera Semanal:
Y de repente… los independientes crecieron
El que de amarillo se viste… de acarreado se pasa
Y cuando Mancera volteó… todos se habían ido
Sombras tenebrosas, llegó Barnabas Collins a chupar la alegría, la sangre y el bolsillo
De la calle del infierno al México del infierno: Trump, el gasolinazo, el precio del dólar, Cancún, Playa del Carmen, Monterrey, Fechorías de Duarte y lo que se acumule.
Paloma Ruiz. Comunicóloga por la UNAM, con especialidad en Marketing por la Universidad de Berkeley. Ha combinado a lo largo de su vida profesional el análisis político en diversos medios de comunicación nacionales e internacionales, con el diseño de estrategias de comunicación y las relaciones públicas. Amante del mar y el buceo.