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«SEXTO SENTIDO»: Rulfo, un legado que pertenece al mundo

En la actualidad las personas están más ensimismadas, gracias a la dependencia cibernética. 

En mi adolescencia, leí unas historias sobre una tierra infértil, pobreza generalizada, personas ensimismadas, delincuentes que aterrorizaban a un pueblo y que murieron sin dolo a manos de un amigo. México no ha cambiado mucho desde entonces, salvo que la tierra se vuelve más árida, la pobreza se ensaña, cibernéticamente las personas están más ensimismadas, los criminales proliferan y los que mueren son los inocentes.

 

Fue hace unos meses cuando recorrí Sayula, San Gabriel, Tuxcacuesco y Tonaya, cuatro municipios que inspiraron al autor de “El Llano en Llamas”, junto con colegas de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos (Fapermex). Los cuatro alcaldes y familiares del literato que aún viven en la región, nos mostraron orgullosos los sitios en los que nació, vivió, creció, estudió, caminó y escribió Juan Rulfo.

 

Hasta entonces toqué con mi mano la tierra roja chiclosa por la humedad, la costra de tepetate, esa herencia de la que se quejaba el personaje narrador de “Nos han dado la tierra”, argumentando que “no servía para nada” porque nada se podía sembrar. Percibí ese comal acalorado que describió Rulfo. Y el cielo, mientras, lo cruzaban las parvadas de chachalacas verdes. También constaté que las personas de la región tienen su mirada afable, pero son de pocas palabras, tal como lo había leído.

 

Observé arriba de un cerro, el mismo paisaje de llano que el niño de siete años Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno, vio encendido durante la noche, cuando los empleados traían en hombros el cuerpo inerte de su padre.

 

Me deleité cuando en San Gabriel, al salir el sol, “la niebla se levanta despacio, enrollando su sábana” para dejar ver la belleza de los cerros, idéntico como la narración de “En la Madrugada”.

 

Sin lugar a dudas, recorrer los caminos de Rulfo, enriquece el legado literario del escritor jalisciense. La Ruta Cultural “El Realismo Mágico de Juan” que se pretende lanzar en mayo, teniendo como marco el centenario del natalicio del creador de Pedro Páramo, significará un detonante económico y turístico de la región ubicada al Sur de Jalisco. ¡Qué no le habría gustado más al maestro que presumir su tierra al mundo! Claro que Juan Rulfo conocía bien a su gente, la esencia humana con virtudes y defectos, que plasmó magistralmente en su obra.

 

La familia plausiblemente ha defendido a ultranza, la marca Juan Rulfo, y con todo su derecho, pues es parte del legado familiar. Aunque debo confesar que me extrañó que el director de la Fundación, Víctor Jiménez, declarara que “para nosotros la cultura seria es la que está en las universidades, fuera de eso es frivolidad” –refiriéndose a que si hay ingresos monetarios por la ruta cultural o por festejos del centenario, deben destinarse a becas universitarias para los jóvenes–. Si fue precisamente Rulfo quien padeció la negativa de ingreso a distintas universidades y miren nada más en el monstruo literario que se convirtió

 

Claro que todos los jóvenes jaliscienses y mexicanos deberían tener estudios universitarios, y si se requieren becas para lograrlo, hay que otorgarlas, aunque lo ideal sería que nadie las necesitara.

 

Ni la familia Rulfo ni la Fundación se han sumado al proyecto de la primera ruta cultural en México con el argumento que es “mero negocio”, una gira turístico-comercial. Y en parte tienen razón, ese proyecto será exitoso, sin duda, y se convertirá en un atractivo turístico internacional. Así le sucedió a Tequila que creció 800% la cifra de visitantes en una década. Se transformó comercialmente desde que es ruta turística reconocida a nivel internacional; de hecho sigue siendo un Pueblo Mágico, pero la diferencia es que hoy recibe a un millón 400 mil visitantes anuales que dejan una derrama económica superior a los 33 millones de pesos.

 

El legado que dejó Juan Rulfo es gigantesco y él fue tan generoso que sus beneficiarios no sólo se apellidan Pérez, Rulfo o Vizcaíno; si lo pensamos bien, va más allá de la literatura y es más grande que Jalisco, México y Latinoamérica. Juan Rulfo es universal y si su tierra junto con sus maravillosos paisajes es presumida, visitada y cuidada, traerá beneficios a los habitantes de la región y enriquecerá culturalmente a millones de lectores.

 

Quizás cada persona que visite el sur de Jalisco, haga lo mismo que hice yo, desempolvar el libro de “El Llano en Llamas”, dejarlo junto a la cabecera de la cama y comenzar a leerlo de nuevo. 

 

 

Adriana Luna. Periodista multimedia con 25 años de ejercicio profesional. Secretaria de Acción Femenil en el Sindicato Industrial de Trabajadores y Artistas de Televisión y Radio, Similares y Conexos de la República Mexicana, (SITATYR) sección Guadalajara. Secretaria General del Club de Periodistas de Jalisco. Curiosa en todo, experta en nada. Mujer antagónica en sí misma, con el corazón parecido a la Madre Teresa y con un genio como el de Margaret Thatcher. 

 

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