En el recuento de 2016 se postra cierta incertidumbre ante la puerta de 2017. Sin embargo, nada está escrito.
“¡Que ya se acabe!”. Esa es la expresión que he escuchado en muchas personas al hacer su balance sobre lo ocurrido este 2016. Y sí, nadie puede negar que ha sido un año complicado y difícil. Lo ha sido en muchos hogares y también en lo social.
Al país no le ha ido nada bien: la confianza en las instituciones ha ido en franco deterioro; la estabilidad macroeconómica no se ha traducido en bienestar para las grandes mayorías y la inseguridad crece mientras se afianzan la corrupción y la impunidad.
Aquí un recuento de algunos sucesos que marcaron este 2016, el año que vivimos en peligro.
La recaptura de ‘el más buscado’
El año inició con una buena noticia para el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto. El viernes 8 de enero, Joaquín “El Chapo” Guzmán fue recapturado por tercera vez en los últimos 25 años.
El líder del Cártel de Sinaloa era considerado por agencias en Estados Unidos y México como uno de los hombres más buscados: la DEA ofrecía una recompensa de cinco millones de dólares por datos que llevaran a su captura, y la PGR más de 30 millones de pesos.
La primera detención del capo fue el 9 de junio de 1993, en la frontera entre México y Guatemala. Se le trasladó al penal federal del Altiplano y posteriormente al de Puente Grande, Jalisco, donde permaneció hasta el 18 de enero de 2001, cuando consiguió escapar oculto en un carro de lavandería.
Tras 14 años prófugo, el narcotraficante fue detenido nuevamente por elementos de la Armada de México el 22 de febrero de 2014, en un operativo implementado en Mazatlán, Sinaloa. Pero esta vez sólo permaneció preso año y medio, pues el 11 de julio de 2015 consiguió escapar del penal del Altiplano, gracias a un túnel construido debajo del centro penitenciario.
A más de 11 meses de detenido, sus abogados aseguran que “El Chapo” se encuentra delicado de salud debido a la segregación de la que es víctima en el Centro Federal de Readaptación Social número 9 en Ciudad Juárez, Chihuahua. Denuncian que no se le brinda atención médica y psicológica, lo que violenta sus derechos humanos. Mientras, avanza la cuenta regresiva para que se resuelva la solicitud de extradición que presentó el gobierno de Estados Unidos.
La corrupción, causa de la histórica derrota del PRI
Las buenas noticias para el primer mandatario y su partido, duraron muy poco. El 5 de junio, el PRI perdió siete de las 12 gubernaturas en disputa y entregó a la oposición cuatro estados en los que había gobernado de forma consecutiva durante 86 años: Durango, Quintana Roo, Veracruz y Tamaulipas.
El descalabro también se sintió en el norte del país. Javier Corral recuperó Chihuahua para el PAN, estado que en 1992 conoció la alternancia política por primera vez en la persona de Francisco Barrios pero que –después de ese sexenio y hasta este año–, estuvo en manos priistas. En Aguascalientes, el electorado también optó por no continuar con un gobierno priista y le dio el triunfo al panista Martín Orozco.
El resquebrajamiento del otrora partido hegemónico es resultado de un voto de castigo al mal desempeño de sus gobernadores, pero sobre todo al hartazgo de la población por la corrupción y la impunidad. Roberto Borge, César Duarte y Javier Duarte, ex gobernadores de Quintana Roo, Chihuahua y Veracruz, se convirtieron en la personificación de esas malas prácticas.
Lo peor es que Peña Nieto llamó alguna vez al veracruzano como “el rostro del nuevo PRI”. Esta estrepitosa caída también influyó en una caída en picada de la popularidad del primer mandatario que está en niveles del 24% y es calificado con 4.1 en una escala del 0 al 10.
El año más violento
Agosto y septiembre pasados fueron los meses más violentos en los últimos 19 años. El Observatorio Nacional Ciudadano dijo que en ambos se registraron el mayor número de homicidios dolosos con arma de fuego de que se tenga registro desde 1997. En el primer mes se contabilizaron mil 238, y en el segundo mil 228.
La organización señaló que septiembre rompió el récord de homicidios dolosos al sumar mil 974 eventos; es decir, 66 al día, 41 de los cuales fueron por arma de fuego. En julio se registraron mil 864 y en agosto mil 946. En total, la organización señala que se cometieron 6 mil 440 muertes en ese trimestre.
Cabe destacar que Baja California, una entidad aparentemente tranquila, supera la tasa nacional en siete delitos de alto impacto: homicidio doloso, robo (con violencia, a vehículo, a casa-habitación, a negocio, a transeúnte) y violación.
Mientras que el Estado de México, donde habrá elecciones para elegir al sucesor de Eruviel Ávila el año entrante, superó la tasa nacional de cinco delitos de alto impacto: secuestro, extorsión, robo (con violencia y de vehículo) y violación.
Pero además está la impunidad. De un millón 710 mil 636 presuntos delitos cometidos en el país, que involucraban a 850 mil 185 presuntos delincuentes, sólo se sentenció a 75 mil 593, según el Índice Global de Impunidad México 2016 elaborado por la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP).
El estudio concluye que en el país hay una “impunidad simple y llana”; es decir, que los delitos sin castigo en México corresponden al 99% de los casos.
El catarrito convertido en neumonía
Para iniciar el último mes del año, una noticia “cimbró” al país. No fue el anuncio de Miguel Ángel Yunes al asumir la gubernatura de Veracruz. No, fue la renuncia de Agustín Carstens como gobernador del Banco de México que, aunque efectiva a partir de julio de 2017, arrastró al ya de por sí maltrecho peso.
“No estoy saltando del barco antes de que se hunda”, fue la respuesta del ex secretario de Hacienda, en una muestra de cómo se ve el panorama económico del país para 2017 ante las amenazas del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y de “sancionar” a todas las empresas que se instalen en territorio mexicano.
Desde que Trump ganó las elecciones el 8 noviembre, el peso sufrió una caída del 10.82% y en el año acumulaba una depreciación de 18.60%. La última vez que la moneda tuvo este comportamiento fue en 2008, cuando quebraron instituciones financieras como Lehman Brothers y Bear Stearns. En ese año, el peso perdió más de un cuarto de su valor, depreciándose 26.52%.
Para el próximo año, el panorama del peso luce difícil y se prevé que el tipo de cambio llegue hasta los 23.50 pesos por billete verde.
Algunos economistas estiman que el Producto Interno Bruto (PIB) avance apenas uno por ciento el año entrante, debido al aumento de la incertidumbre en la relación bilateral de México con la mayor economía del mundo.
Esta previsión dista considerablemente del panorama previsto por las autoridades financieras. Los últimos pronósticos de la Secretaría de Hacienda y Banxico apuntaban a un crecimiento de dos a tres por ciento.
De esta forma, si 2016 fue el año que vivimos en peligro, pareciera ser el preámbulo de un 2017 que podría ser catastrófico… ¿no? Tendremos 12 meses para averiguarlo.
Hannia Novell. Licenciada en Ciencias de la Comunicación, realizó estudios en Periodismo, Literatura y Seguridad Nacional en diversas instituciones como la Universidad Iberoamericana, el Centro de Comunicación, Radio Educación y el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Especialidad en corresponsalía de guerra en La Universidad de Jerusalem (Israel) y una especialidad en comunicación política en George Washington University. Titular del noticiario estelar de Proyecto 40 en su edición nocturna.