¿Se va Carstens del Titanic llamado México sin importar que el precio del dólar se dispare?
Hace unos días escuchábamos la posibilidad de que Agustín Carstens, gobernador del Banco de México, dejara su cargo, pero se veía como un hecho poco probable, ya que apenas hace un año fue ratificado en el cargo por seis años más; parecía algo fuera de la lógica política y financiera.
El Banxico es el banco central del Estado Mexicano, el cual tiene como finalidad proveer a la economía del país de moneda nacional y procurar la estabilidad del poder adquisitivo de dicha moneda. Si en verdad al gobierno mexicano le preocupa la estabilidad del peso en estos momentos de incertidumbre acentuada por la llegada de Donald Trump, resultaría también un poco extraño anunciar cambios en el organismo que presuntamente vela por la estabilidad de la moneda. Porque un anuncio como el de este jueves sin duda abona y acentúa aún más la inestabilidad de la moneda mexicana y lo pone en mayor desventaja en su guerra contra el dólar estadounidense.
Después del sorpresivo anuncio, aún con fecha de julio de 2017, muchas son las dudas que rodean la salida de Carstens de Banxico.
En las redes sociales, los internautas insisten en que Carstens está saltando del barco con claro pronóstico de hundimiento, igual que en el Titanic, ¡Sálvese quien pueda!, o quien tenga pasaje de primera clase.
Ese barco llamado México no ha tenido el mejor capitán en su conducción, ni financiera, ni política, ni económica, ni social.
México como El Titanic, tiene su iceberg en el camino, representado por la corrupción sin medida, la impunidad y por la ineficiencia en el ejercicio gubernamental, principalmente en el tema económico que tiene al país en una crisis financiera y una devaluación del peso frente al dólar, y que amenaza con hundirlo, que le pone enfrente un naufragio inminente, que sólo parecen ver lo pasajeros de segunda y de tercera clase del barco.
Los de primera siguen disfrutando de la fiesta con sus vestimentas de gala, ataviados con sus joyas, escuchando la música de una orquesta, disfrutando de exquisitas viandas y bebidas, y cuando llegue el momento de ponerse a salvo, seguramente lograrán sobrevivir al naufragio en los barcos salvavidas, muchos inclusive llevando con ellos sus riquezas en los lugares destinados a otros posibles sobrevivientes.
Preguntas que rodean el anuncio de la renuncia de Carstens (circula otra versión de desencuentros con las autoridades financieras mexicanas, por más que se insista en negarla):
¿Serían las diferencias numéricas; las cuentas no cuadraban, o la moneda no alcanzaba?
¿Puede más el interés global y personal que el interés nacional?
¿Se va Carstens del Titanic llamado México sin importar que el precio del dólar se dispare?
¿En verdad no hay conflicto de interés porque Carstens inmediatamente después de que se despida del Banxico ocupe el asiento de la Gerencia del Banco Internacional de Pagos?
¿No debe dejar pasar un año por lo menos para ocupar un cargo en donde pudiera haber conflicto de interés por la posible información confidencial o sensible de la que tiene conocimiento, derivada del cargo que hoy ostenta?
¿El Banxico está exento de la Ley de Servidores Públicos mexicanos o se sitúa en algún apartado especial?
Los integrantes del gobierno parecen muy interesados en que la renuncia de Carstens sea vista como la perfecta y mágica “Renuncia filosofal” y todos felices y contentos siguiendo las aventuras de Harry Carstens y la búsqueda de su gerencia global.
Cartelera semanal:
Del Señor de los Anillos al Señor de las Sorpresas
Piratas del Caribe, la Venganza de Carstens
Malditos Vecinos 2017
Amenaza total
Paloma Ruiz. Comunicóloga por la UNAM, con especialidad en Marketing por la Universidad de Berkeley. Ha combinado a lo largo de su vida profesional el análisis político en diversos medios de comunicación nacionales e internacionales, con el diseño de estrategias de comunicación y las relaciones públicas. Amante del mar y el buceo.