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«INTERÉS SUPERIOR»: #PrevenciónVIH

No basta la generación de conocimiento científico, se requiere sensibilización para disminuir los casos de SIDA. 

A siete años del primer caso reportado a nivel mundial y a cinco del primero en México, de infección por Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), la Asamblea General de las Naciones Unidas declara en 1988 el 1° de diciembre como el Día Mundial del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA). En 35 años, la epidemia ha acumulado 35 millones de personas muertas por causas relacionadas al Síndrome.

 

Para este año, se estima que 36.7 millones (34.0–39.8 millones) de personas en el mundo viven con VIH, de ellas 1.8 millones son niñas y niños menores de 15 años. La disminución de muertes por SIDA es constante, pasando de 2 millones en 2006 a 1.1 en 2015; en ese mismo periodo, los nuevos casos en niños infectados se redujeron en dos terceras partes, pasando de 430 mil a 150 mil.  

 

En México, según datos del CENSIDA, la epidemia continúa concentrada en las denominadas poblaciones clave: hombres que tienen sexo con hombres, trabajadores sexuales, mujeres transgénero y personas usuarias de drogas inyectadas. Se estima que viven en nuestro país entre 140 y 270 mil personas infectadas con VIH, a razón de un caso de mujer por cuatro de hombres. En más del 90% la vía de trasmisión es la sexual y el 2% son niñas, niños y adolescentes menores de 15 años (cerca de 8 mil). Hacia finales del 2015 se encontraban recibiendo atención 694 niñas y niños menores de cinco años; mil 507 de entre 5 y 14 años de edad, y mil 438 adolescentes de entre 15 y 19.

 

La mayoría de los casos en niñas y niños se debe a la transmisión del VIH de una madre seropositiva a su hijo durante el embarazo, el trabajo de parto o la lactancia. El control de la denominada transmisión vertical o materno-infantil, es un ejemplo exitoso de lo que pueden hacer las medidas de prevención, ya que la administración de antirretrovíricos a la madre reduce en más del 98% el contagio a su hijo. Esto explica que a nivel mundial en tres lustros se han reducido 70% las infecciones por el VIH en niñas y niños.

 

 

Y es que es precisamente el ámbito de la prevención en la que está enfocado este año el día internacional. Ya que, si bien se reconoce que se ha venido ganando la batalla contra la epidemia, el número de nuevas infecciones por VIH no se está reduciendo entre la población adulta, y se está presentando una tendencia al incremento de contagio en mujeres adolescentes y jóvenes. En lugares como África Oriental y Meridional, por ejemplo, las tres cuartas partes de las nuevas infecciones se están presentando en mujeres entre los 10 a 19 años de edad.   

 

El actual director de ONUSIDA señala que no se está entendiendo el poder de la prevención y advierte que, si hay un repunte de nuevas infecciones por el VIH, será imposible controlar la epidemia. Es por lo tanto necesario que se tomen medidas urgentes e inmediatas para subsanar las carencias en materia de prevención. De ahí que desde septiembre se lanzará la campaña Levantemos las manos #prevencionVIH.

 

La campaña no nada más apunta a la necesidad de que se desarrollen programas nacionales y que se incremente el 20% de los recursos que hasta ahora se destinan a la prevención. Sino también y de manera especial al cambio cultural, ya que la detección temprana y el tratamiento oportuno, se continúa topando con la barrera de la discriminación. En nuestro caso, por ejemplo, la Clínica Condesa de la Ciudad de México, reporta que la mitad de los pacientes que atiende, no acudió de manera temprana, por miedo al estigma.

 

Y es que, en tres décadas hemos sido capaces de desarrollar fármacos antirretrovíricos eficaces para controlar el virus y ayudar a prevenir su transmisión, de asegurar a millones el disfrute de una vida saludable y seguimos en la ruta para alcanzar la cura y la vacuna. Pero en contraparte, hemos sido incapaces de acabar con el estigma y hoy en contrasentido vivimos una renovada intolerancia y un rechazo a la educación sexual basada en evidencia científica.

 

Hoy es claro que, para detener el SIDA, no basta la generación de conocimiento científico, se requiere sensibilización, información, tolerancia y protección contra la estigmatización y la discriminación. 

 

Nashieli Ramírez. Directora de Ririki Intervención Social. Experta en infancia, adolescencia y sus derechos. 

 

 

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