¿Terminará este Constituyente sin la incorporación de más diputados priistas a esta Comisión?
En la Comisión de Pueblos y Barrios Originarios de la Asamblea Constituyente de la CDMX se libra una de las batallas más difíciles, Morena pretende imponer sus reglas aún a costa de poner en riesgo la legalidad de la propia Constitución Política de la Ciudad de México, sin que, a cambio, presente propuestas reales para mejorar las condiciones en que sobreviven casi 9 millones de indígenas en esta ciudad.
Desde la instalación de esa Comisión, misma que podría ser cuestionada jurídicamente toda vez que el Reglamento Interior de la Asamblea establece que las Comisiones Legislativas se conformarán “por un mínimo de 13 y un máximo de 23 constituyentes”, la de Pueblos y Barrios sólo tiene 12, lo que, además, dificultaría las condiciones de votación en caso de un empate.
La conformación de dicha Comisión revela, además, el poco interés de partidos, como el PRI, por ese tema, ya que hasta ahora no ha dado muestras de querer incorporar a sus legisladores a las tareas respectivas.
Pese a que el debate debería centrarse en la Consulta que la propia Constitución local establece como requisito para dar legalidad a la que será la Ley Suprema en la CDMX, las diputadas de Morena, Patricia Ruiz Anchondo y Consuelo Sánchez han tratado de sesgar la discusión para ocuparse de la estructura que debieran tener aquellas comunidades que conforman, según estimaciones no del todo oficiales, más de 8 millones 800 mil personas. ¿Los intereses partidistas se sobrepondrán al interés supremo de los indígenas y los habitantes de esta capital?
Las morenistas se empeñan en imponer sus propias reglas tratando de marginar a las instituciones que disponen de los elementos humanos y técnicos para cumplir con el mandato de la Consulta a los indígenas, al tiempo que pretenden hacer creer que su partido podría consultar a esas casi 9 millones de personas en poco más de 30 días.
Es evidente que para ese partido, que se ha caracterizado desde la instalación de la Asamblea por sus tácticas dilatorias, los indígenas seguirán siendo una bandera política altamente rentable, al margen de las condiciones económicas y sociales en que han permanecido a lo largo de casi medio milenio.
Por su parte, el PRI no disimula el desprecio que siente por este sector de la población que ha emigrado a esta ciudad desde distintos estados de la Republica, en busca de mejores oportunidades de vida. No se olvida el adeudo que elGobierno surgido del tricolor tiene a través de los Acuerdos de San Andrés y que aún son exigibles.
En el tema de estas comunidades y pueblos originarios, el PRI ha dejado solo al legendario Augusto Gómez Villanueva, quien con toda su experiencia no ha logrado colocar sus argumentos. ¿Terminará este Constituyente sin la incorporación de más diputados priistas a esta Comisión?
En la Asamblea Constituyente, los Pueblos y Barrios Originarios reclaman un espacio legal y condiciones propicias para su desarrollo; tratar de conculcárselos será un grave error y la perpetuación de una grave injusticia iniciada desde la Conquista.