El Teletón de Guadalajara, en crisis financiera.
Aún estaba embarazada cuando recibió la noticia de que su hijo tenía espina bífida (la columna vertebral del feto no cerró completamente). Como madre, ella soñaba con tener un hijo sano; inconscientemente comenzó a culparse por no haber tomado antes el ácido fólico, pero en lugar de sumirse en la depresión, acudió al CRIT del Teletón para inscribir a su niño, aún no nacido, en la lista de espera. Ella sabía que la atención médica marcaría la diferencia.
Ian ingresó al Centro de Rehabilitación Infantil Teletón de Guadalajara a los cuatro meses de edad. Toda la familia se fortaleció emocionalmente con las terapias psicológicas para asimilar y entender el padecimiento. Actualmente, Ian tiene 11 años, ha ingresado innumerables veces a cirugía (por padecer también acumulación de líquido cerebral) pero no falla a sus terapias. Disfruta mucho vivir.
Él es un niño afortunado, es uno de los 2 mil 500 pequeños atendidos en el CRIT Occidente. Hay más de mil niños en la lista de espera. Las posibilidades de ingreso han disminuido, luego de la campaña anti-Teletón que en años recientes ocasionó una drástica caída en las donaciones. Han comenzado las mutilaciones en servicios, en donación de aparatos, puestos laborales. Es tan grave la situación que hay riesgo de que mueran algunos centros.
La institución sufre su más severa crisis financiera. Lo que no se había visto en 16 años de actividad en Guadalajara: un despido masivo, uno de cada tres empleados desde intendentes hasta terapistas, se fue. 100 trabajadores fueron liquidados en unas horas. Por primera vez se sintió un ambiente lúgubre, recuerdan los empleados que aún permanecen.
El costo de atención por cada niño es de 36 mil pesos anuales en promedio. El CRIT Occidente requiere de 80 millones de pesos como presupuesto anual para sobrevivir y apoyar a pequeños con algún tipo de discapacidad: motora, parálisis cerebral, neuromuscular, osteoarticular, etc.
El Gobierno de Jalisco aporta 33 millones de pesos al año, por eso es el único Centro Teletón que logra mantener activo el horario vespertino. Los ayuntamientos metropolitanos, con crisis propia de recursos, han disminuido sus aportaciones, algunos de plano las cancelaron. Otros, como el alcalde de Chapala, Javier Degollado González, ni siquiera recibió a los representantes del Teletón para conversar, a pesar de que ahí se han atendido a más de 40 mil niños con alguna discapacidad, provenientes de ese municipio.
Los pequeñitos son los más afectados; con el despido masivo ahora un terapeuta atiende a dos pacientes al mismo tiempo, aún con toda la carga laboral, siempre se ve a los especialistas con una sonrisa. Los padres que han acudido a otras instituciones públicas para que les den terapia a sus hijos, expresan que la diferencia es abismal. En el CRIT no es terapia grupal, la atención es personalizada e integral, el ambiente es acogedor, el mobiliario funcional y la actitud del personal se caracteriza por la empatía. Una sonrisa y trato fraterno, siempre marcarán diferencia.
Los hermanitos pueden jugar, leer y hacer manualidades, mientras el paciente recibe atención. Las madres con confianza y seguridad garantizada, entran a la terapia con el hijo sin preocuparse de que se vayan a robar al que se quedó afuera jugando o haciendo tarea.
“He visto a una doctora dar la mala noticia de que no hay nada más que hacer por un paciente con enfermedad degenerativa; ella deshaciéndose en un tierno abrazo a la mamá del niño y pidiendo unos minutos, antes de poder recibir al siguiente paciente, porque no es otro niño más”, expresa una madre que aguarda a que su hijo reciba su mecanoterapia.
Es verdad, el Teletón también debe ser autocrítico, aunque no se han comprobado las acusaciones sobre beneficios hacendarios a grandes emporios o malos manejos. Sí deberían de ser evaluaados los altos salarios que perciben empleados directivos y administrativos, ya que quizás al disminuirlos podría contemplarse la contratación de más médicos y terapeutas. Pero además también fomentar el voluntarismo de sus colaboradores, puesto que se le sigue percibiendo como una instancia en la que se puede ganar mucho dinero, cuando no debiera ser así.
Esta crisis debe ser una enseñanza para todos. Al menos dos centros CRIT están en riesgo de cerrar. Es urgente que los mexicanos comprendan que el mayor apoyo monetario no proviene del sector empresarial o gubernamental, sino del ciudadano y que éstas instituciones benéficas valen más vivas funcionando en beneficio de los más desprotegidos.
Ian, hoy casi un adolescente, está por concluir su tratamiento en el Teletón Occidente. Se le ve feliz y ha logrado autosuficiencia en muchos aspectos de su vida.
“Esta institución nos ha dado mucho. Nos quedamos con un buen sabor de boca y a la vez con un sentimiento de frustración de saber el daño que han hecho los rumores… No saben que para nuestros niños, Teletón es como Disneylandia”, por lo mágico de su entorno y sus logros”, afirmó categóricamente la madre de Ian.
Adriana Luna. Periodista multimedia con 25 años de ejercicio profesional. Secretaria de Acción Femenil en el Sindicato Industrial de Trabajadores y Artistas de Televisión y Radio, Similares y Conexos de la República Mexicana, (SITATYR) sección Guadalajara. Secretaria General del Club de Periodistas de Jalisco. Curiosa en todo, experta en nada. Mujer antagónica en sí misma, con el corazón parecido a la Madre Teresa y con un genio como el de Margaret Thatcher.