«MIRADA GLOBAL»: Que vuelva el periodismo - Mujer es Más -

«MIRADA GLOBAL»: Que vuelva el periodismo

¿Qué tan responsables son los medios de comunicación del triunfo de Trump? ¿Se está cayendo en una dictadura virtual?

Por el desasosiego que implica –para muchos– la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos, he discutido con colegas reporteros el papel que debemos tener quienes nos dedicamos al periodismo. ¿Cómo estamos actuando ante el avasallamiento de información en las redes sociales? 

 

No es de extrañar que miles, millones de personas –ni hablar de las legiones de idiotas, cortesía de Umberto Eco– caigan en su hechizo. Pero ¿Dónde está quedando la labor reporteril? ¿Qué tan responsables son también los medios del triunfo de Trump? 

 

Entre las múltiples razones que se tratan de encontrar sobre ¿por qué Trump? –antes el Brexit y el No a la paz en Colombia–, figuran el desempeño que tuvieron los medios de comunicación: los tradicionales y las redes sociales, éstas, las primeras que ayudaron a construir el monstruo del doctor Frankenstein, hacerlo personaje de programas televisivos y darle también primeras planas a sus ocurrencias (¿?), estridencias y mentiras.                                                                                                                                                                                    

La discusión se centró entre quiénes creen que todo lo que se publica en la red social y tiene millones de “me gusta” y réplicas es suficiente para darlo como un hecho, y los que creemos que hay una sobredimensión de ellas y que de no hacer algo, estamos en camino a convertirnos en súbditos de una dictadura virtual. En las dictaduras no hay remedio: hay que obedecer ciegamente y atenernos a las múltiples y nefastas consecuencias.

 

No se trata de satanizar a las redes –porque han servido para derrocar a sátrapas, exhibir corruptelas e injusticias–, siempre y cuando no nos olvidemos del trabajo reporteril, ese que nos lleva a tratar de entender qué, por qué, cómo, cuándo y para qué. Lo básico del periodismo, pues.

 

Recién leí una nota de Luis Pablo Beauregard, en El País, sobre un foro internacional en el que se analizó el papel de los medios en la campaña presidencial de Estados Unidos. Me llamó la atención el comentario de Mónica Maggioni, de la RAI de Italia: “Estamos desconectados de la realidad. Salimos a la calle a buscar historias que teníamos en nuestra mente, en lugar de reportar las que estaban ahí afuera”.

 

También leí el trabajo de Jim Rutenberg en The New York Times, quién narró que tras el triunfo de Trump, el influyente periódico perdió subscriptores. Les reclamaban por qué no pudieron anticiparles algo. Y días después –según la nota de Beuregard– “la gente entendió que se necesita de un buen periodismo ante tanta falsa información”.

 

Tras la paliza en las urnas al establishment, demócratas, desigualdad, democracia (súmele todas las razones que quiera), se publicó que tan sólo en Facebook la nota falsa de que el Papa Francisco apoyaba a Trump además de miles de “me gusta”, fue compartida por casi un millón de personas. Hubo tantas críticas al papel de Facebook en el pasado proceso electoral estadounidense que su creador, Mark Zuckerberg, publicó en su red lo siguiente –según CNN–: “El fondo es que tomamos la desinformación en forma seria”. Antes, en la Cumbre de la Apec (Asociación Asia-Pacífico), dijo que se necesita un mundo más conectado para combatir la desigualdad. 

 

Internet y sus poderosos instrumentos como las redes sociales, es probablemente uno de los inventos más grandes  de la humanidad. Ya se considera como un derecho humano estar conectado a la red. Y, por supuesto, es también una enorme herramienta de trabajo. Y así la deberíamos de ver: como apoyo a la labor reporteril, sin olvidar el cómo cuándo, dónde, por qué y para qué. Tiene razón Jim Rutenberg: Se necesita un buen periodismo para poder olfatear, investigar y comprobar la gran cantidad de mentiras que también se publican en las redes sociales… o irnos a la “cómoda”, con la cargada virtual y sus pésimas consecuencias.

 

 

Related posts

MIRADA GLOBAL: Han Kang ilumina el Nobel de Literatura

MIRADA GLOBAL: Fabiola Ramírez y el sueño de visibilizar a las mujeres con discapacidad

MIRADA GLOBAL: Más mexicanas dicen no a la maternidad