“¿Qué no te dijeron que aquí roban?” - Mujer es Más -

“¿Qué no te dijeron que aquí roban?”

Crónica de un robo en la nueva Autopista Urbana Sur. 

Inauguraron este jueves la Autopista Urbana Sur (AUS). La orden de trabajo que me asignaron para cubrir, como reportero gráfico, era el funcionamiento de este segundo nivel de la autopista México-Cuernavaca en su primer día.

 

Hice un recorrido de un kilómetro a pie, abarqué solamente la zona de la caseta de cobro, que se encuentra entre dos puentes peatonales.

 

Al final de la vía, justo donde termina el nuevo tramo del segundo piso estrenado, realicé tomas fotográficas (16:30 horas). Cuando me recargué sobre un muro para hacer una toma de video, quizá dos minutos concentrado en la cámara, sentí una presencia a mis espaldas.  

 

Un sujeto me ordenó darme la vuelta al decirme una frase lamentablemente trillada: “¡Saca dinero! ¡Ya valiste!”, y con gran descaro y sarcasmo agregó: “¿Qué no te dijeron que aquí roban?”.

 

Titubeé dos o tres segundos pensando en defenderme pero de inmediato vino la amenaza: “Ni se te ocurra hacer nada, no voltees, no te muevas, ¡sácate las bolsas!, el pantalón, las de atrás. ¡Rápido!”, mientras metía su mano izquierda en el bolsillo de mi chamarra.

 

Centré mi atención en el cañón de la pistola que tenía a 10 centímetros del estómago, mientras “con cuidado” para no rozar el arma, sacaba mis pertenencias. Me arrebató un billete de 100 pesos, que era el único que llevaba. Recibí más amenazas para dejar mi cámara fotográfica en el muro de la valla, un lente, teléfono celular y un tripié.

 

Para despedirse, una última amenaza: ¡No voltees ni me sigas o te meto un tiro!, y se fue corriendo. Vi que del otro lado de la autopista otra persona lo esperaba para huir.

 

Me quedé observando, segundos. Corrí quizás 80 metros a donde una patrulla de seguridad privada estaba vacía. Afuera, el tripulante, hablando por teléfono, ni siquiera cortó su llamada para ponerme atención. Sólo respondió: Diles a ellos que trabajan aquí. De esa raya para allá es federal.

 

Le repliqué: ¡Pero tú eres de seguridad privada! ¿Y los policías de aquí? ¿Quién es el responsable de obra? ¿Quién es el encargado?

 

“No podemos, discúlpenos, joven”, dijo. “Mejor levante la denuncia en el MP”.  

 

Muy pocos automóviles bajaban por el segundo piso a la hora del despojo. Por el carril de abajo sí había afluencia de autos a una velocidad rápida. Alrededor había pequeños grupos de trabajadores, distraídos, dispersos.  

Lo paradójico: quedar desnudo de información pero ser parte de la nota.

 

El saldo: robo de herramientas (como si una cámara fuese una simple herramienta) de trabajo. Indignación y un reclamo de Justicia. 

 

 

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