«A CONTRALUZ»: Constituyente, ¿tortuga o liebre? - Mujer es Más -

«A CONTRALUZ»: Constituyente, ¿tortuga o liebre?

Los constituyentes ya se tardaron en discutir la forma; aún no llegan al fondo.

En los últimos 9 meses he seguido de cerca la pista del proceso Constituyente de la ciudad de México, y cuando entrevistaba a los miembros del grupo que redactó el proyecto de Constitución, gente de la talla de Clara Jusidman y Mauricio Merino, iba surgiendo en mí una gran expectativa sobre el tema, sobre el rol que jugaría a partir de septiembre la Asamblea Constituyente que tiene la responsabilidad de escribir el texto final de la Carta Magna de la ciudad.

 

Una de mis fuentes me insistía “la asamblea va a ser un circo, vas a ver”. Yo me negaba a creerlo y le argumentaba que el interés de darle un marco jurídico más sólido a la ciudad y de encarar los grandes problemas de la urbe, iba a prevalecer sobre intereses partidistas mezquinos… pero hoy le tengo que empezar a dar la razón a esa fuente.

 

Los constituyentes se tardaron 39 días en darse un reglamento interno, definir que tendrían 8 comisiones y quiénes iban a presidirlas, pero a pesar de la larga discusión que precedió al reglamento. El lunes pasado, en la primera reunión de trabajo de las comisiones, se seguían peleando por cosas de procedimiento que se supone ya estaban resueltas.

 

Se apoderó de mí una profunda angustia al ver que se enfrascaban en discusiones nimias y otras no tanto, todas de procedimiento, cuando tienen la responsabilidad de darle a la ciudad un marco jurídico en materia de desarrollo urbano, vivienda, instituciones judiciales, derechos humanos, participación ciudadana y un larguísimo etcétera, para el 31 de enero del año entrante.

 

Siento que como en aquélla vieja fábula de la tortuga y la liebre, ellos –los constituyentes– piensan que son como la tortuga que ha establecido con arduo trabajo el sólido reglamento del debate legislativo para llegar a tiempo a su cita con la historia  el 31 de enero del 17, pero en realidad se han convertido en la liebre: blofean sobre lo grandioso de su labor y responsabilidad y lo mucho que aportarán a la ciudad. Pero al final no llegarán a tiempo a la meta.

 

El lunes, en la primera reunión de la Comisión de Buen Gobierno, Irma Sandoval, constituyente de Morena, le insistía a sus compañeros en que las audiencias para escuchar las propuestas de la ciudadanía serían fundamentales y que había que darles un espacio y todos, todititos los constituyentes tenían que estar allí de forma obligatoria en todas las audiencias públicas. Teresa Gómez Mont, constituyente del PAN, le respondió que podrían estar en las audiencias públicas quienes quisieran y pudieran, pero no era obligación asistir a todas, máxime que todos los constituyentes están en dos comisiones. Sandoval insistió en su punto y el debate sobre el tema se alargó.

 

Escenas muy similares se vivieron en las comisiones de Desarrollo Sostenible, Poder Judicial y Participación Ciudadana. Ante todo ese escenario, ayer, otra constituyente de Morena, Elvira Daniel Kabbaz, dijo ya francamente desesperada: “Nos quedan exactamente tres meses y siete días y estamos aquí sentados para decidir qué día nos vamos a reunir a trabajar. Eso es solamente la forma y ¡No hemos empezado a hablar del fondo!”.

 

Coincido completamente con Kabbaz: al inicio los constituyentes tenían 4 meses y medio en total para dotar a la ciudad de una Constitución, pero ya se gastaron 3 meses y 10 días en ponerse de acuerdo en cómo van a trabajar, y aún no terminan. Mientras tanto, la Constitución de la ciudad, espera. 

 

 

 

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