“La desigualdad extrema hunde economías y genera extremismos en el mundo”.
El doctor Bernardo Kliksberg, es una de las mayores autoridades éticas de nuestro tiempo, autor de 60 libros, uno de los más cercanos interlocutores del Papa Francisco, asesor de la ONU, y va a recibir próximamente en México tres doctorados Honoris Causa.
Sobre su propio señalamiento de que el debate del clima y la desigualdad son el gran desafío ético de nuestro tiempo, comenta: “Es ético preocuparnos por la naturaleza y hacerlo seriamente por el tema de la desigualdad. No es un tema político e ideológico, sino ético. En este momento, el 1% que es más rico del planeta, es dueño del 52.5% del Producto Interno Bruto; o sea, pasó la raya del 50%. La desigualdad es un tema ético. Platón decía que la distancia no tiene que ser más de 3 a 1. Estos desequilibrios son una afrenta, como lo es destruir el planeta”.
En el tema global de grupos de pensamiento extremista y su radio de acción en Europa, aunado a propuestas de un candidato a la presidencia de Estados Unidos como Donald Trump, el doctor Kliksberg apunta:
“Creo que es un momento nada feliz en la historia del género humano, por los extremismos, que son calificadores de grandes sectores de la humanidad, bajo la base de adjetivos, xenofobias, mitos”.
Interesando en el problema, el filósofo continúa: “Es absolutamente peligroso lo que está pasando en Europa. Las ultraderechas, que tenían un lugar mínimo en el escenario político europeo hasta 10 años atrás, han utilizado muy hábil y pragmáticamente el descalabro económico y social de 2008 y 2009 y su impacto para atrapar a sectores amplios de la población encontrando un culpable: los inmigrantes, son los gitanos, las minorías, los judíos… son todas las formas de discriminación que se han convertido en potencias políticas”.
Agrega: Esto puede significar una desigualdad extrema porque hunde las economías. Obama suele repetir –y tiene razón– que antes de la crisis de 1930 y de 2008 y 2009, en las más grandes crisis económicas de occidente, hubo una explosión de desigualdad muy grande. Cuanta más desigualdad, menos consumo, y más posibilidad de crisis.
El experto en ética global, opina más sobre las crisis: dan lugar a que figuras providenciales extremistas manipulen totalmente a los pueblos, creando enemigos supuestos en los sectores más débiles para lanzarlos contra ellos mismos, ofreciendo paraísos inexistentes y creando peligros concretos y descalificación de amplios fragmentos de la población mundial.
Finalmente, el también economista y sociólogo habla hacia los migrantes:
“Tengo muchas posibilidades de enviarles un mensaje. Yo tengo una historia. En 1938 había 120 Kliksberg en Polonia. Cuando Hitler ingresó en el país, quedó un solo Kliksberg, mi padre, que llegó a la argentina. Yo estoy aquí, y tengo 6 nietos… 12 millones de judíos exterminados, el pueblo gitano casi exterminado, los discapacitados casi exterminados por Hitler. Yo soy de un pueblo migrante en serio. Yo los comprendo y les puedo decir que la migración es un dolor inmenso, es perder el capital social”.