¿Y qué alternativa proponen los que votaron por el No?
Miles de muertos, desaparecidos, desplazados de sus comunidades, destrucción masiva, dolor y coraje son las secuelas que ha dejado el conflicto entre las FARC y el gobierno colombiano. La pregunta que queda en el tintero después de la victoria del No en el referéndum del domingo a la firma de paz con la guerrilla es ¿Y qué alternativa proponen los que votaron por el No? ¿Ellos tienen una mejor idea de cómo resolver un conflicto que lleva 52 años?
Antes del presidente Juan Manuel Santos, al menos otros cinco mandatarios colombianos hicieron esfuerzos serios por negociar la paz pero o fueron boicoteados por el ejército o a las FARC no les interesó negociar la paz.
Lograr el acuerdo de paz que alcanzó Santos con Timoleón Jiménez, Timochenko, líder de las FARC, requirió un esfuerzo titánico: confluyeron 30 negociadores con sus respectivos equipos de trabajo, apoyados por el gobierno de Cuba y por la ONU, entre otros actores.
Uno de los puntos medulares del Acuerdo entre el gobierno y las FARC, al que casi no se le dio cobertura, fue una Reforma Rural Integral, y es que el campo colombiano quedó completamente abandonado por el gobierno durante años, a tal punto que la guerrilla cubrió ese vacío de poder del Estado en las zonas rurales y simultáneamente miles de campesinos empezaron a cultivar estupefacientes, porque no les quedó de otra.
La reforma busca incrementar los apoyos a los campesinos y reactivar la agricultura colombiana. Otro de los puntos del acuerdo fue la apertura democrática “que permita que surjan nuevas fuerzas en el escenario político”, el cese al fuego, penas privativas de la libertad de entre 5 y 8 años para los integrantes de las FARC que hubieran cometido delitos, así como restauración del daño a las víctimas.
Paradójicamente, en las zonas rurales donde la población ha sufrido en carne propia los estragos del conflicto, la gente votó por el Sí a la paz, mientras que en las zonas urbanas, donde los daños fueron mucho menores, ganó el No.
Entre los promotores del No estuvo el ex presidente, Álvaro Uribe, del partido Centro Democrático, quien argumentó que el acuerdo de paz no atacaba el problema del narcotráfico; que “quedarían en la impunidad delitos de lesa humanidad” y que él estaba por una paz “que cumpla con los mínimos de justicia de la legislación internacional y nacional”.
Volver a lograr que todas las voluntades confluyan en Colombia para llegar a un nuevo acuerdo de paz no será fácil, la administración de Santos lo sabe y no pierde el tiempo: ya propuso un nuevo diálogo de paz y convocó a las fuerzas políticas que promovieron el No, para dialogar.
En el equipo nombrado por Santos está el jefe del equipo negociador en La Habana, Humberto de la Calle, la canciller, María Ángela Holguín y el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas.
En tanto, del lado del No, se convocó a tres candidatos presidenciales afines al ex presidente Uribe Óscar Iván Zuluaga, Iván Duque y Carlos Holmes Trujillo.
Pero un elemento podría boicotear todo este esfuerzo: en 2018 habrá elecciones presidenciales en Colombia y más de uno piensa que el ex presidente Uribe –del partido Centro Democrático- y sus afines harán todo por retrasar el proceso y crear un escenario en el que “el autor final de la paz” sea el propio Uribe y no el presidente Santos, quien forma parte del Partido Social de Unidad Nacional.
Georgina Olson. Reportera, apasionada por la investigación; afición que abarca desde reportajes de la Venezuela chavista, pasando por el tráfico de armas, la migración centroamericana, hasta la explotación del oro mexicano por los consorcios mineros internacionales. Es licenciada en Relaciones internacionales por la Universidad de las Américas, maestra en Periodismo por la Universidad del Rey Juan Carlos de Madrid-Agencia EFE. En 2010, The Woodrow Wilson Center y The Washington Post la becaron para realizar una investigación sobre tráfico de armas de EU a México, publicada en Excélsior.