Se vislumbra una Ddesigualdad económica mexicano-estadounidense.
Para México, efectivamente vienen tiempos difíciles en su relación con los Estados Unidos de Norteamérica, independientemente de quién sea el ganador o ganadora de las próximas elecciones en el país vecino el próximo mes de noviembre.
Después del primer debate electoral entre los candidatos a la presidencia, Hillary Clinton y Donald Trump, en nuestro interior, los mexicanos quisiéramos creer que nos irá mejor de ganar la presidencia la señora Clinton, candidata del Partido Demócrata, clara vencedora de este primer debate, según las principales mediciones tanto en los Estados Unidos como a nivel internacional, y quien a diferencia de Trump, ha sido prudente en su dichos sobre la relación bilateral, no sólo en el tema de la migración, tema predilecto para el desdén del candidato republicano. La realidad es que aunque ganara Hillary, una relación idílica México-Estados Unidos, es sólo una bonita ilusión.
Como en la novela escrita por Charles Dickens, “Tiempos difíciles” (“Hard Times for This Times”), que se publicó inicialmente de forma periódica en la revista Household Words, dirigida por el propio Dickens, entre el 1 de abril el 12 de agosto de 1854, y que en 1994 fue llevada la pantalla grande, dirigida por Peter Barnes, son muchos los factores que confluyen en esta compleja relación con nuestro vecino irrenunciable.
La obra de Dickens pone de relieve la situación de una incipiente revolución industrial, y muestra las relaciones de los trabajadores con sus dueños, y en ésta destaca un personaje: el señor Bounderby, que se asemeja al papel que parcería estar adoptando el candidato republicano. perfil arrogante, ambicioso y cínico, el de un empresario sin escrúpulos tanto con los que sustentan su propia riqueza, como con los que pretende gobernar, o con sus vecinos mexicanos a los que considera inferiores; la figura de este hombre, hoy pareciera actual. A decir de los críticos, es una de las aristas más importantes de la novela.
Independientemente del personaje Bounderby-Trump, o de la señora Clinton, hay variados elementos que influyen o determinan una relación preponderante de los Estados Unidos sobre México.
Por principio, los orígenes de nuestra relación, nos guste o no, están basados en “el comportamiento histórico de los Estados Unidos que nace con la idea de superioridad racial, laboriosidad y creencia de ser los llamados y destinados dirigir el mundo”.
Una desigual relación económica mexicano-estadounidense en donde nuestro país es cada vez más dependiente, gran parte producto de una obsequiosa actitud de nuestros gobiernos que parecen entender política exterior como sinónimo de sumisión, que se ha traducido ya por décadas en una mínima defensa del desarrollo y la producción nacional, y que nos ha hecho cada día más más vulnerables y dependientes, no sólo económica, sino políticamente.
Una soberanía nacional que necesita ser rescatada, que parece estar empeñada junto con una deuda casi impagable, producto en gran medida del despilfarro y corrupción de los gobiernos, que nos destina a vivir en un subdesarrollo social y económico, como si no fuera suficiente esto, adicionalmente un panorama político y social devastado por el grave problema de la inseguridad y el narcotráfico, tema que también capitalizan los estadounidenses para su relación con México en el balance de equilibrio o desequilibrio de poder.
En el ensayo “Deuda y crisis económico social: trasfondo histórico y una visión al futuro”, se hace una definición contundente: ”La deuda representa hoy un aspecto estructural que la convierte en la forma moderna de dominación y de transferencia de los recursos y del excedente económico al exterior, que se utiliza para amortiguar los desequilibrios financieros y comerciales de los países industrializados y financiar sus propios procesos de acumulación de capital”.
¿Entonces entre más endeudados, más vulnerables, más dependientes y más sumisos económica, social y políticamente? Y por si fuera poco, el narcotráfico y la violencia, asuntos que EUA utiliza como tuercas-bisagras en la relación. Tiempos difíciles como los de Dickens le esperan a México, aunque no haya un “muro que separe a ricos y pobres”, como dijera @RogerWaters al abrir su concierto en la ciudad de México.
Hay muchas cosas y muchos intereses que sí nos separan aún con los vecinos del norte.
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Paloma Ruiz. Comunicóloga por la UNAM, con especialidad en Marketing por la Universidad de Berkeley. Ha combinado a lo largo de su vida profesional el análisis político en diversos medios de comunicación nacionales e internacionales, con el diseño de estrategias de comunicación y las relaciones públicas. Amante del mar y el buceo.