La Iglesia busca echar abajo la reforma del matrimonio igualitario.
El presidente Enrique Peña Nieto presentó en mayo pasado la iniciativa sobre matrimonios igualitarios. A nadie sorprendió la ira con la que inmediatamente se pronunció la Arquidiócesis Primada de México con el aval de su aún líder, el Cardenal Norberto Rivera Carrera.
Molesto y con coraje, manifestó no sólo su rechazo, sino su “desesperada y peligrosa” homofobia.
Hasta el hartazgo, la Iglesia Católica ha repetido que se trata de una iniciativa que violenta la realidad y que pone en peligro lo más querido para los mexicanos: la familia.
En una afrenta contra el Presidente de la Republica, lo acusaron de traición, al presentar la reforma al artículo cuarto constitucional para legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo y así darles oportunidad de poder adoptar hijos.
Lo calificaron como “una puñalada por la espalda”.
De verdad, las lesbianas, gays, bisexuales y transgénero, ¿no merecen tener los mismos derechos que cualquier mexicano heterosexual?
La Constitución en su artículo 130, inciso “E”, es muy clara: Los ministros no podrán asociarse con fines políticos ni realizar proselitismo a favor o en contra de candidatos, partido o asociación política alguna. Tampoco podrán en reunión pública, en actos de culto o de propaganda religiosa, ni en publicaciones de carácter religioso, oponerse a las leyes del país o sus instituciones, ni agravar de cualquier forma los símbolos patrios”. También es muy clara la violación a este precepto.
Además, la jerarquía católica ha gozado decir que la derrota del PRI en las pasadas elecciones fue un castigo de la sociedad, nada menos que al presidente Peña Nieto, por su reforma de los matrimonios gay.
Si de veras fue así, entonces no hay duda de que, desde el púlpito, la Iglesia influyó en la derrota de la candidata al gobierno de Aguascalientes, Lorena Martínez, en los comicios del 5 de junio.
Dicen que no hicieron proselitismo, que sólo advirtieron del peligro de la iniciativa de Peña Nieto e hicieron un “llamado” al voto responsable, ¿y eso qué es?
Según la Real Academia, proselitismo es el conjunto de actividades que una organización o una persona lleva adelante con el objetivo de ganar adeptos por su causa.
¿Usted cree que la Iglesia tenga calidad moral para expresar su desprecio por la comunidad LGTBTTTI?
Recientemente en la editorial del semanario Desde la Fe, la Arquidiócesis publicó: “el ano del hombre no está diseñado para recibir, sólo para expeler. ¿Y, eso no lo sabían los religiosos acusados de pederastia que la misma Iglesia protegió, solapó y mantuvo en secreto? ¿Eso no destruye a la familia, no destruyó la vida de tantos niños?
Sin embargo, ahí siguen, atentos y participativos con la Iglesia, esos grupos conservadores enarbolando su doble moral.
La distancia entre el Cardenal Rivera Carrera y el Papa Francisco, fue evidente, en la pasada visita pastoral. El mismo Papa ha recibido a homosexuales en el Vaticano y para sorpresa de muchos ha dicho “si una persona gay se acerca a Dios y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para criticar? Pero eso tampoco se ha escuchado en la Arquidiócesis de México.
La iglesia de Norberto Rivera argumentó que el Papa no estaba aprobando la relación homosexual, sino invitando a los homosexuales a acercarse a Dios.
La obsesión de la Iglesia ha llegado a niveles sin precedente, el Arzobispo Primado de México ha convocado a marchar en defensa de la familia para evitar que se apruebe la iniciativa presidencial.
¿Tendrá la suficiente fuerza la iglesia como para echar abajo la Reforma?
Por lo pronto, pareciera que el tema en el gobierno federal ya no será prioridad. ¿No querrán arriesgar nada en el 2018? Y menos si el tribunal electoral da la razón a la Iglesia, en la elección de Aguascalientes. Entonces sabremos si fue un castigo.