El Estado Islámico vende niñas por Whatsapp - Mujer es Más -

El Estado Islámico vende niñas por Whatsapp

Sus familiares temen no volveras a ver

El Estado Islámico, al perder el control de una ciudad tras otra en su llamado gobierno, ha endurecido su control sobre sus cautivos, llevando a los cristianos yazidíes más a dentro de su territorio y vendiéndolos como esclavos a través de Telegram o WhatsApp.

“Virgen hermosa de 12 años… Su precio ha llegado a los 12 mil 500 dólares y se venderá pronto”, es la publicación en árabe de una chica a la venta. Esto, junto con otros para gatitos, equipo táctico y armas, apareció en la aplicación Telegram (cifrada, por supuesto). Un activista de la comunidad yazidí (perseguida por los yihadistas) la hizo llegar a la agencia Associated Press (AP). La activista intenta liberar a unas 3 mil mujeres y niñas que aún permanecen como esclavas sexuales de los extremistas.

La AP ha obtenido un lote de al menos 48 fotografías de cautivos que un fugitivo logró llevar con él. Los retratos son los mismos que son utilizados en una base de datos para evitar que escapen, o para facilitar el trueque y venta a través de las aplicaciones ya mencionadas. El fundador de la organización de ayuda alemana-iraquí Luftbrucke Iraq, Mirza Danai, dijo que la base de datos de esclavos documenta a los cautivos como si fueran propiedades.

“Se registran todos los esclavos, cada persona sometida a su dueño, y por lo tanto si se escapa, todos los mandos del Estado Islámico o los puesto de control, o la fuerza de seguridad saben que esta chica… se ha escapado de este propietario”, aseguraba Danai.

Las fotografías obtenidas por AP muestran a niñas vestidas de gala, algunas con un maquillaje pesado mientras miran a la cámara. Otras son apenas adolescentes y no parece que haya mayores de 30 años. Nazdar Murat está entre ellos. Estaba a punto de cumplir 16 años cuando fue secuestrada junto con más de dos docenas de niñas y mujeres que huyeron de su hogar en el área de Sinjar.

A las afueras de Dahuk, Nouri Murat, la madre de Nazdar, afirma que su hija logró llamar una vez, hace seis meses, durante unos segundos. “Hablamos durante unos segundos. Dijo que estaba en Mosul”, asegura. “Cada vez que alguien viene de allí, les preguntamos qué pasó con ella, pero nadie la reconoce. Algunas personas me dijeron que se suicidó”. Pero ella no está segura de creerles.

Miles de yazidíes de habla kurda, fueron hechos prisioneros y varios miles fueron masacrados cuando los yihadistas invadieron sus aldeas del norte de Iraq en agosto de 2014. Desde entonces, los contrabandistas han logrado liberar a 2 mil 554 mujeres y niñas. Pero antes de mayo, una oleada de represión redujo esos números a solo 39 en las últimas seis semanas, de acuerdo con cifras proporcionadas por el gobierno regional del Kurdistán.

Lamiya Aji Bashar es otra de estas chicas, que en marzo hizo su quinto intento de escapar, corriendo hacia la frontera con los yihadistas persiguiéndola, pero una mina terrestre explotó, y dos chicas yazidíes que la acompañaban murieron. La bomba dejó a Lamiya ciega del ojo derecho, con el rostro marcado por las quemaduras en la piel. Hablando desde una cama en la casa de su tío en la ciudad norteña de Baadre, la joven de 18 años afirma que a pesar de haber quedado desfigurada, no se arrepiente de su fuga.

“Incluso si hubiera perdido los dos ojos, habría valido la pena. Porque he sobrevivido”, dijo la víctima.

Los extremistas sunitas consideran que los yazidis son infieles por practicar una fe antigua que combina elementos del Islam, el cristianismo y el zoroastrismo. Su población antes de la guerra en Iraq, se estimaba en 500 mil personas, pero su número actual es desconocido.

El jefe del comité de asistencia yazidi en la norteña ciudad iraquí de Dahuk, Hussein al-Koro Qaidi, dice que nadie ha defendido a los yazidíes. Y el dinero para pagar a los contrabandistas o los rescates se están acabando, de acuerdo con el gobierno y las organizaciones que trabajan para salvar a las mujeres y niños kurdos.

“Ni el gobierno iraquí, ni las organizaciones benéficas internacionales o de otros países nos están ayudando a salvar a las niñas yazidíes”, asegura al-Qaidi.

Las fotos del contrabando de cautivos están llevando un doble uso, pues ofrecen a las familias un hilo de esperanza de que puedan volver a verlos. Pero también son utilizados por el Estado Islámico para venderlos, esto según un activista que pidió permanecer en el anonimato por temor a su seguridad quien además, mostró a AP negociaciones para su venta en tiempo real en WhatsApp, Telegram o Facebook, en conversaciones privadas que no pueden ser leídas por ojos ajenos debido al cifrado.

Andrew Slater, del grupo de apoyo a los yazidíes Yazda, asegura que los rescates se están desacelerando, y van a parar. La gente se está quedando sin dinero, además de que insiste en que decenas de familias que deben miles de dólares, “todavía hay miles de mujeres y niños en cautiverio, pero se está haciendo más y más difícil rescatarlos”.

 

 

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