El PRD que fundó Cuauhtémoc Cárdenas ya no existe
«PARTE I»: De vida o muerte
Basave promovió las alianzas electorales con el PAN para competir en 12 estados que el 5 de junio renovarían gubernaturas. Sólo concretó Veracruz, Durango y Quintana Roo. La alianza ganó.
El grupo hegemónico deseaba e impulsaba una alianza en Puebla con el gobernador Rafael Moreno Valle, pero no se concretó. El PAN no quiso ceder la candidatura en Tlaxcala para el PRD.
Basave Benítez advirtió que, sin las alianzas y la obstrucción de las tribus a su trabajo, renunciaría. Lo convencieron de que no lo hiciera. Después de la elección, Basave de plano no soportó la poca institucionalidad y disciplina de las tribus ;y este sábado 2 de julio deja de ser el presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRD.
Este es un nuevo conflicto en el PRD, en donde los liderazgos no existen. Ya no están en ese partido ni Cuauhtémoc Cárdenas ni Andrés Manuel López Obrador. Tampoco militan ya figuras como Porfirio Muñoz Ledo, Marcelo Ebrard y Alejandro Encinas. Muchos liderazgos locales y regionales han ido dejando no sólo de militar, sino también, además de estar en la estructura, hacen trabajo político, electoral y de campaña en favor de otras opciones políticas.
El PRD no tiene un líder que aglutine. Está más fracturado que nunca, y perder elecciones es una costumbre que desde la llegada de los dirigentes de Nueva Izquierda a la presidencia perredista.
La ruptura se da, incluso, en esa corriente, en la de Los Chuchos. Guadalupe Acosta Naranjo y Luis Miguel Barbosa dejaron esa corriente. De Navarrete, nada se sabe. Zambrano está en la Cámara de Diputados y Ortega se dedica a descalificar a sus excompañeros de partido.
La hegemonía perredista en la Ciudad de México se perdió en el 2015. Las derrotas se acumularon al grado de que hoy, el PRD, es la cuarta fuerza electoral del país. Lo peor es que están en riesgo de desaparecer.
En estos días se escuchan nombres para llegar en el lugar de Basave: Alejandra Barrales, Fernando Belaunzarán, Beatriz Mojica (quien es actualmente la secretaria General del PRD y cuenta con el apoyo de Los Chuchos) y hasta David Razú, exfuncionario de la delegación Miguel Hidalgo que dejó de ser gobernada por el PRD, y que dio paso a un gobierno del PAN.
Cada uno con su trayectoria podría conducir al PRD, sin duda. Pero ese partido está tan dañado, roto y desarticulado que su desaparición no sería una sorpresa. El PRD que fundó Cuauhtémoc Cárdenas, ya no existe. El partido triunfador que creó López Obrador, ya no lo es más.
Y menos desde que los dirigentes perredistas firmaron el Pacto por México con el PAN y el gobierno de Peña Nieto y, lo peor, dejaron de ser oposición.
Este es un breve recuento de lo que ha sucedido en el PRD. Un partido que fue verdadera alternativa de gobierno hoy, a pesar de cientos de sus militantes, es un grupo político que no es ni la sombra de organizaciones como el PARM, el PPS o cualquiera de los partidos satélites que tanto le sirvieron al PRI-Gobierno en el pasado.
«PARTE I»: De vida o muerte