La no negociación de las leyes.
Han transcurrido 10 días, 9 personas muertas, entre ellas un reportero; decenas de lesionados, policías humillados, miles de estudiantes sin clases, pérdidas millonarias al comercio, bloqueos carreteros, riesgo de abasto en decenas de municipios y un diálogo que no ha resuelto nada. Al contrario, por un lado, la radicalización y por el otro, la no negociación de las leyes.
La segunda edición de la tan “exigida”, “necesaria” y “urgente” mesa de diálogo entre el gobierno federal e integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, fue un fracaso.
A nadie sorprende un diálogo de sordos en los que, nadie cede, nadie ofrece; unos advierten que no caerán en provocaciones, mientras que otros, incrementan los bloqueos carreteros.
La discordia en torno a la Reforma Educativa vuelve a encender los focos rojos. Gobernación aclaró que “no está sujeta a negociación”. Se trata de un mandato constitucional que se debe cumplir y punto. Ése es el discurso diario de Aurelio Nuño,secretario de Educación Pública.
Los integrantes de la Coordinadora exigen abrogación de la Reforma y bloquean puntos carreteros en el país.
Parecería que el domingo 19 de junio en Nochixtlán, Oaxaca; no pasó nada. Si se buscaban víctimas, hubo 9. Ahí están. De lo que no hemos conocido, es de responsables. ¿Sabremos algún día, quién, quiénes dispararon?
Pues con todo y víctimas, el panorama no es positivo. Miguel Ángel Osorio Chong, luego de las 7 horas de “diálogo” del segundo encuentro con la CNTE, hizo un llamado “a la corresponsabilidad de un lado y de otro, para avanzar en la solución del conflicto magisterial”.
Corresponsabilidad a la que se sumó desde Canadá, el presidente Enrique Peña Nieto –donde realiza una gira de trabajo–, “mi gobierno no está dispuesto a negociar la ley, no sólo la educativa, ninguna”. Por cierto, en Quebec, frente a la Cámara de Comercio, donde asistió a un evento, varios manifestantes lo recibieron con pancartas con la leyenda:“Oaxaca, Quebec está contigo”.
Acá en México, después del fallido diálogo en gobernación, los maestros disidentes advirtieron y cumplieron con más bloqueos. Ademas, anunciaron incrementar marchas, plantones, toma de instalaciones y otras acciones, que ya sabemos derivan en robo, incendios y saqueos.
Diálogo estéril en el que cada quien se queda con sus necedades, exigencias, amenazas, condicionamientos y los ciudadanos a la expectativa.
¿Y los oaxaqueños? A ellos quién los escucha.
Las carreteras bloqueadas, el abasto de productos básicos se complica, el turismo otra vez afectado, –EU ya emitió a sus ciudadanos alerta de viaje a Oaxaca–. Los costos son millonarios. Muchos negocios han cerrado y miles de empleos se han perdido. Los niños podrían no concluir el ciclo escolar.
Y en materia educativa, tampoco es novedad, que los niños oaxaqueños son de los que reportan mayor rezago. ¡Y cómo no! Desde hace por lo menos unos 30 años, la educación ha sido rehén de la corrupción, de maestros que eran controlados y utilizados con dinero. Eran tiempos de jugosos presupuestos para ello.
Hoy, todo Oaxaca lo padece. Ésa es la realidad que se vive en uno de los estados más bellos del país.
¿Qué esperan los gobiernos estatal y federal? ¿Qué pretenden los integrantes de la CNTE? ¿Más muertos?
El deseo es que la “conciencia” de todas las partes, evite uno más.