En la política, hay mujeres que se comportan como hombres.
Valiente, sensible y fuerte de carácter, así se define la delegada en Tlalpan, Claudia Sheinbaum Pardo. No la política, sino la mujer que expresa entre sonrisas el gusto por los niños y el deseo de ser abuela.
Los deportes en su vida han sido clave para formar su disciplina. Un ejemplo es haber pertenecido al equipo de remo de la UNAM o ser casi bailarina profesional, pero actualmente su responsabilidad en la política ha hecho que “lo ha dejado”.
Sobre la femineidad, expresa: “Debería definirse como aquella persona que es solidaria con el género y no asociarse a los cánones de la publicidad”.
Un gusto tan sencillo como apreciar el mar, viajar a Acapulco o los domingos por la tarde dedicarse a ver series de televisión, contrastan con una firme crítica hacia las mujeres que “cuando llegan a un cargo público, muchas veces se comportan como los hombres: “Sin reconocer los valores femeninos y con machismo”.
Confiesa que en su paso por la política ha ejercido su carrera de ingeniera especializada en energía, cuando fue secretaria de Medio Ambiente en la Ciudad de México y sigue dando asesorías en la academia.
“No podemos permitir la minimización. Como mujeres, valemos mucho y ese valor debemos de inculcarlo a nosotras mismas. Mucho depende en particular de las mujeres transmitir un ideal diferente de la familia y valores distintos hacia nuestros hijos”, confiesa la delegada.