Hemos sido testigos de varias renuncias, todas por alguna derrota en el campo de la política y el deporte.
En últimas fechas hemos sido testigos de varias renuncias. Todas marcadas por alguna derrota en el campo de la política y hasta el deporte.
Manlio Fabio Beltrones renunció a la presidencia del PRI por los malos resultados electorales. Asumió la responsabilidad de la derrota electoral, pero todos saben que no es el único responsable de la debacle priista. Él dimitió, pero no el resto de los miembros del Comité Ejecutivo Nacional.
Tampoco dejaron el cargo los políticos que intervinieron en el proceso electoral. Ya sea como operadores políticos o por haber impulsado candidaturas. Varios de ellos están en el gabinete y la vox populi los identifica como Luis Videgaray y Miguel Ángel Osorio Chong.
Pero los que debieron renunciar, fueron los gobernadores acusados de corrupción y autoritarismo. Los Duarte, uno de Chihuahua y otro de Veracruz; Borge de Quintana Roo.
Renunció Agustín Basave a la presidencia del PRD. Los magros resultados de su partido en junio y la presión de la tribu dominante en ese partido lo hicieron dejar la dirigencia del que pudo haber sido la alternativa de izquierda más importante en la historia del país.
Socialdemócrata, Basave pugnó por alianzas electorales con el PAN en varios estados. Las tribus lo sabotearon, pero se impuso con la coalición en Veracruz, Quintana Roo y Durango.
Los miembros de Nueva Izquierda controlan la burocracia del PRD, pero no son capaces de atraer votos. Podrían mantenerse en ese partido, pero ya deben renunciar a seguir “dirigiendo” los destinos del PRD.
David Cameron anunció su dimisión como primer ministro de Gran Bretaña, luego del descalabro en la consulta del Brexit. Argumentó que en las nuevas condiciones de su país se requiere de un nuevo liderazgo que él no puede asumir.
Lionel Messi, considerado como el mejor jugador de futbol del mundo, declaró que después de la derrota de su selección, la de Argentina, en la final de la Copa América, renunciaba a ser seleccionado nacional otra vez. Falló un penal y ello lo llevó a decir que no se pondría de nueva cuenta la casaca albiceleste.
En México, la selección de futbol es goleada 7 a 0, y nadie dimite.
En la vida pública de nuestro país hay crisis económico-financiera y nadie se va. Hay crisis de seguridad, pues se fuga el delincuente más buscado del mundo y nadie renuncia.
Desaparecen 43 estudiantes normalistas y no hay una sola renuncia, a pesar de que las investigaciones primeras están truqueadas.
Hay conflictos magisteriales que ya causaron muertos y millones de pérdidas económicas y todos siguen en sus cargos.
Yo debo, en congruencia, renunciar a creerles una sola palabra a los políticos de este país. Renuncio hasta a echarle porras a la selección de futbol. Renuncio, en síntesis, a darle el beneficio de la duda a quienes una y otra vez nos han defraudado.