Let Girls Learn, “unidas podemos lograr más”.
La campaña #MoreWomen de la revista Elle UK, se volvió viral en las redes sociales por su eficiencia en hacer evidente la desigualdad de género que existe en las posiciones de poder alrededor del mundo.
En Elle, imágenes de eventos emblemáticos de varios ámbitos donde participan los personajes poderosos del mundo, son editadas para hacer desaparecer a los hombres, dando como resultado una abrumadora realidad. Como si se hubiera terminado la fiesta, al quitar a los hombres se convierten en desolados paisajes con apenas una Angela Merkel por aquí o una a Reina Isabel II por allá.
Lo insólito es que la semana pasada, por primera vez en la historia, cientos de mujeres tomaron la Casa Blanca en los Estados Unidos. Y no se trata de un grupo de desbocadas féminas con torsos desnudos ostentando mensajes provocadores como lo hacen grupos como #FEMEN. Las mujeres que inundaron la residencia del poder ejecutivo del país más poderoso del mundo entraron por la puerta grande y de la mano de la misma primera dama Michelle Obama.
Se trata del primer Congreso United State of Women, o Estado Unido de las Mujeres, el cual, después de su aclamado lanzamiento con invitados especiales como Barack Obama y el vicepresidente Joe Biden, iniciará, de la mano de su principal promotora, la primera dama con su iniciativa Let Girls Learn, una gira por varios países del mundo para llevar el mensaje de mujeres poderosas a mujeres comunes de varias latitudes de que “unidas podemos lograr más”.
La iniciativa enchinó la piel de las multitudes de mujeres que vemos y leemos lo que sucedió en ese histórico acontecimiento al imaginarnos las charlas de la primera dama y la magnate de la comunicación Oprah Winfrey o los motivadores discursos de Meryl Streep y empresarias como Indra Nooyi, la presidenta y directora de PepsiCo, o escuchar al mismo presidente Obama declararse feminista, poco después de haber ya respaldado públicamente a la que podría ser la primera mujer presidenta del país norteamericano. Pero también hizo sonar la caja registradora con, por ejemplo, los 50 millones de dólares en compromisos para mejorar las vidas de las mujeres y las niñas en todo el mundo que donó la Casa Blanca.
Se trata de la organización de mujeres que podría ser la más poderosa de la historia por unir las fuerzas y las voces de aquellas que ocupan las primeras posiciones de conteos tales como los que hacen Times o Forbes.
Como paso inicial, Michelle se reunirá con la reina Letizia de España a finales de este mes. Reunión de la cual los medios tienen mucho menos expectativas que de la que tendrá Obama con el Rey Felipe VI y el presidente Rajoy. Pero yo no desestimaría las charlas y acuerdos que puedan tener una abogada de Harvard y una reina periodista que recibió en el año 2000 el Premio Mariano José de Larra que concede la Asociación de la Prensa de Madrid, por su labor como Mejor periodista menor de 30 años.
Cuando la pareja presidencial visitó un restaurante, del cual el dueño había tenido una relación con Michelle y el presidente insinuó que, de haberse casado con él, Michelle habría sido dueña de un lindo restaurante, la ingeniosa respuesta que sorprendió fue la afirmación de que, más bien, el exnovio habría sido el presidente. Pero esta iniciativa podría propiciar que las mujeres no tengan que hacer a sus esposos presidentes, sino ser las presidentas también; o que podamos ver a los “grandes hombres” caminando al lado de muchas “grandes mujeres”, sin que uno tenga que estar atrás del otro, como dice el dicho popular.