No desea ser presidenta ni buscar otro cargo público.
Xóchitl Gálvez Ruiz, delegada en Miguel Hidalgo, nos platica quién es ella antes de la política. Se cataloga como una mujer “común y corriente”, con los problemas que cualquier familia puede llegar a tener. Se define como mamá, esposa, ama de casa, hermana y amiga “a ratos”.
“He tratado de que mi vida cambie poco en las etapas de la política. Lo peor que te puede pasar es crearte estándares de vida que después no puedes sostener. Te tienes que bajar del avión presidencial, te tienes que salir de Los Pinos y regresar a tu vida cotidiana. Siempre he tenido claro que los cargos públicos son prestados. La gente cree que la delegada, el glamour, etc. ¡No!, es una chinga”.
Habla del empoderamiento de la mujer desde las cuatro generaciones de su familia: su abuela, su mamá, ella y su hija. Xóchitl es la tercera generación y el poder lo adquirió al cursar la universidad, convertirse en ingeniera, empresaria, mujer autónoma: “Vas haciendo un conjunto de pequeñas acciones para llegar a ser fuerte”.
A la pregunta de si México está preparado para ser gobernado por una mujer, contesta: “Absolutamente. No veo ninguna bronca. Para lo que no estaba preparado es para los ratas, los corruptos, para los tarugos… y lo hemos aguantado”.
De forma rotunda afirma que no se le antoja ser presidenta, pero sí apoyaría a otra mujer para que llegara a dicho cargo, como lo hizo en su momento con Josefina Vázquez Mota.
Finalmente, nos da su opinión en torno a las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos. “Conozco a Hillary Clinton, la conocí en México. Siempre me pareció una mujer muy brillante, preparada. Me encantaría que ganara. Tengo paisanos allá. Les voy a pedir que voten por ella”.