Mi primer acercamiento fue con el té verde japonés, que ahora tomo muy temprano como parte de mi ritual cotidiano.
¿Eres una "persona café" o una "persona té"? Durante mis 20s y 30s yo fui una “persona café” , 100%. Llegaba al punto de llevarme una taza de café cargado a mi mesita de noche.
Pero entrados mis 40s, empecé gradualmente a bajar la ingesta de café, incorporando el té poco a poco a mi dieta diaria. Mi primer acercamiento −felizmente afortunado− fue con el té verde japonés, que ahora tomo muy temprano como parte de mi ritual cotidiano.
Ahora está de moda −sobre todo entre las mujeres jóvenes−, tomar únicamente infusiones, tisanas y tés con propiedades antioxidantes, adelgazantes y calmantes. Todo ello dentro de esa ola healthy que promulga alejarse de los alimentos ácidos y llevar una dieta alcalina.
Muchas de esas jóvenes −entre sus 20s y sus 30s−, se han vuelto "exitosas" gracias a sus cuentas de Instagram en las que día a día muestran fotos de las bebidas o alimentos que ingieren bajo el #healthy. Son "estilistas de alimentos sanos", lo cual les confiere −a juzgar por sus miles de seguidores− un halo de gurús.
Y, aunque reconozco que muchas de sus fotos son verdaderamente artísticas, no me inspiran al grado de volverme vegana, orgánica y demás locuras. Sin embargo, como mi dolce alter ego es amante de las frutas y las especias, quise darle una oportunidad a los tés, frappés y tisanas que ellas muestran.
En México tenemos desde hace unos cinco años tiendas especializadas en té, como la elegante Theodor (Maison de Thé) una marca francesa que vende sus productos en latas tan preciosas que parecen artículos de perfumería; Cassava Roots, franquicia que se ha ganado a los más jóvenes con su propuesta del bubble tea y también, la cadena estadounidense Teavana, una oferta un poco más accesible con sucursales en toda la ciudad.
Y allá fui, con la intención de buscar una infusión #healthy que me nutriese, diera belleza y calmara a la vez. Su oferta es muy amplia y se divide de acuerdo con el tipo de "té base" (blanco, verde, oolong, rooibos y mate), a partir del cual se agregan toda clase de frutas, flores y especies. El cliente puede pedir cualquiera de sus sabores en tres variedades: frío, caliente y frappé.
Entre tantos sabores, no sabía por cuál decidirme. Pero elegí algo exótico: "Tulsi dosha Chai" (jengibre, pimienta, clavo, cardamomo, coco y canela), un té rooibos clasificado como "ayurvédico". Lo pedí caliente y lo tomé muy despacio para percibir su contenido. La mezcla de especies no resultó picante como esperaba, más bien la sentí fresca y acremada, tal vez por la presencia del coco. Pero aún siendo un té, yo buscaba en él algo que me “despertara”, como mi café.
Mi joven acompañante eligió un "BlackBerry Mojito" en frappé, un té verde con notas de zarzamora, frambuesa y hierbabuena, cuyo sabor deja un regusto floral muy agradable, aunque poco contundente.
Al preguntarle a la empleada que me atendió, cuál era la mezcla más vendida a granel (los 100 gramos oscilan entre los 220 y los 650 pesos, dependiendo del té), me contestó que el "Monkey Picked Oolong" un té puro que "acelera el metabolismo", muy solicitado por mujeres que están a régimen (a 630 pesos los 100 gramos). Y no dudo que funcione, siempre y cuando uno cuide su alimentación, porque si lo quieren acompañar, como yo, con un croissant untado con mermelada de naranja, pues nomás no.
Tras el susto, decidí que necesitaba comprar un té antiestrés y me llevé 100 gr. del "Peach tranquility" (210 pesos), una infusión herbal con piña, durazno, manzanilla y limón que ayuda a conciliar el sueño.
Tras mi visita, resolví que me sería muy difícil ser del todo una persona #healthy, pero al menos ahora podré dormir tranquila sabiendo que al despertar, irremediablemente volveré a ser una "persona café".