El año pasado arribó a México la famosa artisan boulangerie “Maison Kayser”, una marca emblemática de la gastronomía francesa, propiedad del chef Eric Kayser. Desde el anuncio de su llegada al país, yo estuve en modo de “en sus marcas, listos…”.
El año pasado arribó a México la famosa artisan boulangerie “Maison Kayser”, una marca emblemática de la gastronomía francesa, propiedad del chef Eric Kayser. Desde el anuncio de su llegada al país, yo estuve en modo de “en sus marcas, listos…”.
Un mes después de su apertura, me encontraba en la terminal II del aeropuerto, y como tenía tiempo para tomar café antes de abordar mi vuelo, caminé buscando un lugar lindo dónde tomarlo. De pronto leí un letrero luminoso que decía “MAISON….”, y bueno, casi corro de alegría al ver que ahí estaba una de sus sucursales. Obvio que entré inmediatamente, y después de leer el menú pensé: ¡qué difícil!. Hay tanto qué probar, pero… como lo primero es lo primero, decidí empezar por el croissant y pedí algo así como un “París breakfast”: jugo de naranja, croissannt y café. Les cuento que, gracias a su costra crujiente, centro esponjoso e intenso olor a mantequilla, al primer bocado me fui al cielito lindo sin haber tomado mi avión.
Definitivamente, si quieren una “probadita” de Francia, tienen que ir a Maison Kayser. El sólo hecho de contemplar los canastos de pan tradicional como el baguette o el croissant y asomarse a las vitrinas con sus diferentes tartas, se vuelve un agasajo para la vista y el alma. Es imprescindible probar –además de su croissant–, el financier y las Madeleine (¿quién no querría emular la sensación que describe Proust en En busca del tiempo perdido cuando de niño tomaba el té con madeleines?), pero también los eclaire (el de “café” acompañado por su café, es lo máximo), las tartas (la de chocolate con avellana, un pecado mortal) y los tan de moda maccarone (que a mí, la verdad, me parecen "ni fu ni fa").
La oferta no es únicamente de pan y repostería. Maison Kayser también ofrece desayunos, ensaladas y platos emblemáticos como la sopa de cebolla, el ratatuille y el coq au vin o los famosos croque-monsieur y croque madame.
A la fecha, la marca cuenta con cinco sucursales en la Ciudad de México, siendo la más destacada la que está sobre el Paseo de la Reforma, casi frente al Ángel de la Independencia. Y, si como yo, van de compras al sur de la ciudad, hacer un break en las mesitas de su sucursal de Perisur, recarga las energías entre una compra y otra.
Saber de la casa Kayser, es un must para cualquier foddie.