Por. Saraí Aguilar
X @saraiarriozola
Mientras Mario Delgado hace campaña por la buena alimentación a punta de normas y advertencias de multas, parece olvidarse del bienestar superior de los estudiantes, en el cual debe constar el proporcionar un ambiente seguro para todos.
Esto no ocurrió así para Fátima, quien a pesar de haber denunciado acoso escolar de parte de sus compañeros, fue ignorada hasta que las agresiones la pusieron a un paso de la muerte.
El 13 de febrero de 2025, Fátima Zavala, estudiante de tercer año de la Secundaria Diurna No. 236, ubicada en la alcaldía Iztapalapa, sufrió una caída desde el segundo piso de su plantel tras ser presuntamente empujada por una compañera. La agresión, de acuerdo con versiones periodísticas y testimonios recabados, ocurrió luego de que la menor denunciara ser víctima de acoso escolar.
Mientras que se posicionaban desde los integrantes de una banda coreana hasta la embajada de Corea en México, la Secretaría de Educación Pública o cualquier otra autoridad brillaban por su ausencia. Los mismos padres de la menor de edad declararon que, así como su hija fue ignorada en sus quejas, pues no se aplicó ningún protocolo, ahora en su agresión tampoco recibió la atención expedita de las autoridades.
No fue sino hasta el lunes 17 de febrero que el titular de la Secretaría dio una entrevista. Pero en el país de los otros datos, con la evidencia en cama de hospital, se atrevieron a negarlo. Pocas horas después de que la Fiscalía General de Justicia (FGJ) de la Ciudad de México confirmó la existencia de una carpeta de investigación por el caso de Fátima Zavala, Delgado indicó que “no hay información de que la hayan empujado”.
¿No hay evidencia? Testigos aseguran que Nahomi “N”, otra estudiante del plantel, hostigaba constantemente a Fátima debido a sus gustos musicales y su afición al K-Pop. Esta situación habría escalado hasta el momento en que la víctima fue empujada violentamente, provocando su caída desde una altura considerable.
Como resultado del impacto, Fátima sufrió una fractura en la pelvis, así como lesiones internas que han requerido múltiples transfusiones de sangre. Hasta el momento, los médicos han señalado que su recuperación será larga y complicada, incluso se ha puesto en riesgo su futura movilidad.
Es hora de poner atención en lo prioritario. En la salud mental que va más allá de la ansiedad, en los comportamientos violentos. En los entornos familiares, dar seguimiento a denuncias, quejas interpuestas. El que los alumnos tengan infancias y adolescencias seguras va más allá de evitar productos con sellos en escuelas. Es evitar que sus vidas se “sellen” con violencias.
