Por. Cristina Ortega
Aún conservo el catálogo del Museo de Arte Moderno en Ciudad de México, entonces Distrito Federal; que en 1995 exponía 55 fotografías de gran formato, con el lema de: “10 años de imágenes para United Colors of Benetton” y el título “Toscani al muro”.
Hablar de Olvierio Toscani, el fotógrafo que no solo se identifica como representante de la marca de ropa italiana Benetton, sino que revolucionó la imagen publicitaria con temas de fotoperiodismo, es decir, llevó la nota periodística a la “estética” de la publicidad con una visión minimalista: un fondo blanco y los mínimos elementos para gritarle al mundo todo lo que sucedía en la década de los 80´s.
Mucho se ha escrito de Toscani pero, por mucho que se escriba se tiene que ver, porque él hizo ver lo que una década cambió el final del siglo XX. Tocó temas como el VIH, guerra, senteciados a muerte, primeras catástrofes ecológicas por derrames petroleros en el océano, migración, racismo, etcétera.
En lo que Estados Unidos lanzaba su álbum musical U.S.A. for Africa, cantando “We are the world”, dirigido por dos grandes de la música como Michael Jackson y Lionel Riochie, ambos de raza negra. Toscani llevaba la imagen a pronunciar su slogan en cada fotografía “Los Colores Unidos por Benetton” (United Colors for Benetton), la inclusión racial de la raza negra, blanca y oriental hacían presencia en diversas formas en sus fotografías. A la distancia, faltaban poco menos de dos décadas para que la raza “de bronce”, la latinoamericana, formara parte de esa inclusión; Ricky Martín aún no cantaba “Livin’ la vida loca” en 1999 ni Shakira cantaba “Suerte” (Whenever, Wherever; en 2002) ni Thalía se casaba (2000) con el empresario de la industria musical en Estados Unidos y, por su puesto el reggaeton se cocinaba a fuego lento.
Pero, ¿por qué hablar de música si me refiero a la fotografías?, por la simple razón que hablar de la obra de Oliverio Tosacani es hacer referencia al marco histórico de los sucesos que no se hacían ver y aquello que sus imágenes no hablaban, sino gritaban al grado de censurar su publicidad en algunos países. Cada fotografía es una historia de algún suceso importante de la época y aquello que provocó donde fue expuesta.
Hablaré de algunas fotografías, como la de los tubos de ensayo con sangre etiquetados con los nombres de los presidentes de la década de los 80´s, en una simple imagen ha colocando la mirada en “los grandes políticos” que trabajaban en “tirar el Muro de Berlín” y terminar con “La Guerra Fría”, pero los coloca al mismo nivel de cualquier ciudadano del mundo, sin importar religión, sexo, economía o geopolítica para preguntarnos con un análisis de sangre en la época del SIDA: ¿Quién es posible portador de VIH?
Fidel Castro (Cuba), Toshiki Kaifu (Japón), François Mitterrand (Francia), Margaret Thatcher (Inglaterra), Helmut Kohl (Alemania), Jiang Zemin (China) Yasir Arafat (Palestina); Muamar el Gadafi (Libia) George H. Bush (Estados Unidos). Mijaíl Gorbachov (Unión Soviética – Rusia) Bettino Craxi (Italia) Nelson Mandela (Sudáfrica).
Para entonces el VIH se consideraba una enfermedad exclusiva de homosexuales, nombre que no se les daba como tal, para entonces se les denominaba “sodomitas”, un término sacado de escrituras bíblicas; estigmatizando y segregando a todo hombre por sus preferencias sexuales, y se tomaba el contagio como castigo divino. En el listado de mandatarios sobresale la obra de F. Mitterrand quien da la despenalización oficial de la homosexualidad en Francia.
En un mundo ultraconservador proponer imágenes de diversos colores de condones y mencionar que son “Los Colores Unidos por Benetton” era enviar una bomba visual de contenido realista para el mundo políticamente correcto, entonces tuvimos que hablar de semen, de sexo, de penes, de formas de contagio del VIH.
Toscani simplemente retrató esas palabras y lo llevó a la fotografía de producto publicitario, hizo de la noticia un producto de publicidad y de la publicidad una noticia que denunciaba a la par de un fotorreportaje.
Hablar de la obra de Toscani, es hablar no solo de una época ni un estilo; hablar de Oliverio Toscani es redimensionar la problemática de la opresión gráfica y hacer ver lo que nadie quiere ver como un problema social y darle voz a quien no la tiene a través de la imagen, para llegar a una nueva era terriblemente malentendida, donde llaman democratización de la imagen y la propia “libertad de expresión” censura la propia imagen. Es posible que una de estas imágenes que hace 45 años estaba en la publicidad de una revista, hoy pueda ser censurada por la democracia ignorante, que consume los medios digitales de comunicación.
Toscani murió este 13 de enero de 2025 en la ciudad de Cecina, en la Toscana Italiana, a sus casi 83 años de edad. Sus fotografías se caracterizan por tener los colores de la bandera italiana: un fondo blanco, la denuncia visual en rojo y el sello de la marca en verde.
____________________________________________________________________________________________________
