domingo 24 noviembre, 2024
Mujer es Más –
COLUMNAS IVONNE MELGAR

«RETROVISOR» Rosario Robles: la criminalización de las mujeres

Por. Ivonne Melgar

En convivencia con muchas de las más de 400 presas que habitan en Santa Martha Acatitla, Rosario Robles Berlanga asegura que ése es el infierno de un sistema penal que desde el MP fabrica pruebas y criminaliza a las mujeres, a las que “automáticamente ven con la manzana podrida en la mano”.

Privada de su libertad desde el 13 de agosto de 2019, la extitular de Sedesol y Sedatu asegura que las historias de sus compañeras confirman que la perspectiva de género con la que presume juzgar la Suprema Corte es cosa sólo de los spots.

“Es pura pro-pa-gan-da”, deletrea en conversación telefónica este martes 11 de enero y aplica la misma valoración para la amnistía presidencial anunciada hace medio año porque de ese penal, remarca, no ha salido nadie.

Habla de la visión punitiva en ministerios públicos y en los jueces de control. “Siguen pensando que deben mandar a todos a la cárcel porque, según ellos, abaten la impunidad, cuando los verdaderos delincuentes andan dejando cadáveres por todo el país”.

Por eso, el pasado 30 de diciembre, cuando el juez de control Ganther Alejandro Villar Ceballos le confirmó la prisión preventiva justificada ante un posible riesgo de fuga que le impuso su colega Jesús Delgadillo Padierna 29 meses atrás, Rosario Robles concluyó:

“Es la última sesión a la que voy. Ya no quiero ser parte de su circo. He conocido los lugares más pobres del país. He luchado por los derechos de las mujeres. He ocupado cargos del más alto nivel en la política. Pero me faltaba conocer ese dolor. A mí ya nadie me puede hablar de la injusticia en México porque la vivo en carne propia, todos los días”.

Pionera en el impulso del derecho a decidir en la CDMX cuando fue jefa de Gobierno, Rosario no descarta recurrir a la SCJN para que atraiga el caso.

Guarda sin embargo la esperanza de que el Poder Judicial actúe con autonomía y, este mes, un Tribunal Colegiado atienda el fondo del proceso que se le ha seguido y por el que ha ganado amparos, uno en contra del fiscal Gertz Manero, y resoluciones a su favor. “A nivel de jueces y ministros de amparo, podemos sentir mucha tranquilidad: son paladines de la Constitución. Hacen una labor de apostolado”. Confía en conseguir su libertad porque, insiste, no han podido establecer la supuesta triangulación de recursos de la que la acusan.

En alusión a quien fuera su oficial mayor en Sedesol y Sedatu, Emilio Zebadúa, señala: “Yo no apretaba el botón de pagar. Estoy esperando cuándo le van a pedir pruebas de su dicho, de su escrito a cambio de impunidad”.

Nos recuerda que el presunto ejercicio indebido del servicio público y omisión del que se le acusa es un delito que no amerita prisión preventiva y que, para encarcelarla, se falsificó una licencia, a fin de argumentar que no había claridad en su dirección y, en consecuencia, un riesgo de fuga. Y reitera que no han podido comprobarle ninguna imputación ni propiedades ni cuentas en el extranjero.

¿Por qué sigues en la cárcel entonces?

“¿Por qué soy la única mujer? ¿Por qué soy más peligrosa que otros, en términos de su proyecto político? ¿Por las venganzas que tienen con relación a mí? ¿Cuál es la respuesta que nos tiene que dar el propio Presidente de la República? Porque una decisión de esta naturaleza, sabemos que aquí en México que todo se define desde esa tribuna, no puede ser con el desconocimiento del Presidente. Alguien tiene que lavar los pecados de todos los demás, y además para él era muy conveniente que fuera yo, porque no se me podía apretar por otro lado. No tenían con qué amenazarme, como sí lo han hecho con otros políticos. Mejor tenerme dentro de cuatro paredes. Es una decisión eminentemente política. Lejos de convertirme en un chivo expiatorio, lejos de ser el cordero de Dios que quita los pecados del mundo, me he sentido fortalecida por toda esta saña, venganza y persecución. Hoy nadie puede demostrar que yo me he robado un centavo”. ¿Sacrificada por un acuerdo del expresidente Peña? “Aquí he aprendido que no puedes juzgar, ni decir cosas que no te constan ni especular, porque eso te lleva a conclusiones incorrectas”, responde.

Cuenta que las diferencias con López Obrador iniciaron cuando él era jefe de Gobierno y ella buscaba la dirigencia del PRD. “El sí me vio como un problema, como una adversaria (…) Creo que él es tremendamente misógino, y a las mujeres las apoya si son sus incondicionales, que cuando ya no hay esa incondicionalidad, cuando ya te colocas al tú por tú, cuando ya tienes esa luz propia, es cuando a él ya no le gusta”.

–En el ejercicio del poder siempre hay secretos, ¿tú le tienes alguno al Presidente?

“No es propiamente un secreto. Sé muchas cosas, fuimos compañeros, uña y mugre, ¿no? Pero no sería algo que yo utilizaría en contra de nadie. No. Creo que sabe de mi capacidad de operación y mi capacidad política, y el papel que yo puedo jugar en el proyecto opositor, en el sentido de participar. No me estoy candidateando (…) Necesitamos un estadista del tamaño de Mandela. Yo simplemente, en la construcción de ese proyecto, podría jugar un papel. Creo que ése es el miedo que tiene”.

 

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