En una sucursal de Mexpost, un adolescente revisa una hoja antes de cerrar el sobre para enviarlo por correo. La escena es extraña porque los jóvenes están acostumbrados a emitir correos electrónicos. Al mirar de reojo el paquete, se puede notar la letra de molde, buena ortografía y además sorprende el destinatario: presidente de Rusia, Vladimir Vladimirovch Putin.
Al preguntarle si él había escrito la carta, dijo que sí. ¿Y por qué le escribes? Sus palabras sacuden; él y su familia pertenecen a la religión Testigos de Jehová. Este joven está preocupado por lo que pasa en Rusia.
¿Qué está sucediendo en Rusia? El muchacho explica que desde hace meses, los testigos de Jehová han sufrido ataques en sus lugares de reunión por parte del gobierno ruso. Incluso el Ministerio de Justicia presentó una demanda ante el Tribunal Supremo, acusándolos de ser extremistas y criminales, por lo que se han decomisado sus publicaciones, se pretende prohibir sus actividades y disolver su religión en aquel territorio. La audiencia está programada para el próximo 5 de abril.
Este jovencito escribió a Putin para decirle que aunque conoce poco de cuestiones legales, todos los Testigos de Jehová que él conoce, “son pacíficos y no hacen cosas malas. También pienso que respetan a su país y son buenas personas”. Dijo que en el sitio de Internet www.jw.org, página oficial de esta organización religiosa, en el apartado Prensa, había más información.
Ahí se pueden leer las palabras del ruso Vasiliy Kalin: “Durante más de 100 años, el gobierno de Rusia ha incumplido las garantías de sus propias leyes, las cuales protegen este derecho. Cuando era niño, Stalin desterró a mi familia a Siberia, simplemente por ser testigos de Jehová. Es triste y censurable que mis hijos y mis nietos tengan que pasar por algo parecido. Nunca pensé que en la Rusia actual se nos amenazaría con perseguirnos por nuestra religión”.
En Rusia hay más de 170 mil Testigos de Jehová y en caso de que el Tribunal dictamine en su contra, ellos podrían ser procesados por leer la Biblia en grupo, hablar con sus vecinos sobre sus creencias y reunirse para adorar a su Dios Jehová.
Se creía que con la Perestroika, reestructuración de Mijail Gorbachov, a mediados de los años 80, los rusos habían dejado atrás las costumbres stalinistas de represión para reactivar un modelo económico abierto, además de mayores libertades a sus habitantes, entre ellas la de culto y predicación. Esta situación es preocupante no solo para los Testigos de Jehová de todo el mundo.
Al preguntar a la señorita del correo si han salido otras cartas con destino a Rusia, respondió que sí y que eran por miles. En otra sucursal del servicio postal, la respuesta fue igual. La carta de este jovencito junto con otras misivas, están saliendo desde las diferentes oficinas postales de México y de otras partes del mundo, hacia un solo destino: Rusia. Se desconoce cuántas toneladas de cartas llegarán al presidente ruso en estos días.
Los Testigos de Jehová son conocidos por su predicación de casa en casa, invitando a todos a leer la Biblia. Sin importar la creencia que se profese, lo que suceda en Rusia el próximo 5 de abril, es importante para todos los credos, porque la libertad de culto, así como la libertad de expresión, están entre las garantías individuales universales que la humanidad siempre debería de proteger.
Adriana Luna. Periodista multimedia con 25 años de ejercicio profesional. Secretaria de Acción Femenil en el Sindicato Industrial de Trabajadores y Artistas de Televisión y Radio, Similares y Conexos de la República Mexicana, (SITATYR) sección Guadalajara. Secretaria General del Club de Periodistas de Jalisco. Curiosa en todo, experta en nada. Mujer antagónica en sí misma, con el corazón parecido a la Madre Teresa y con un genio como el de Margaret Thatcher.
