Burrata fresca, pizza de cuatro quesos, Ossobuco con risotto, Gnocchi a la gorgonzola y Tiramisú, son algunas de las delicias que les esperan en Lombardi, trattoria italiana.
Si de alguna cocina del mundo tenemos oferta de sobra en la CDMX, es la de la gastronomía italiana.
Desde pizzerías estándar o artesanales (como Amore y Perro Negro), franquicias cuyo fuerte son las pastas que sirven en platos enormes “como si no hubiera un mañana” (lease Olive Garden, Non solo pasta), “tesoros escondidos” con clientela de culto (como Osteria 8 y la Macellería), restaurantes de moda (el Rosetta) y hasta grandes marcas que han elegido a México como su único destino en América Latina (como el ultra chic Cipriani).
De entre esta vasta gama de posibilidades hay opciones poco conocidas cuya propuesta es tanto honesta como accessible, una dupla difícil de encontrar. Es el caso de Lombardi, Trattoria italiana, empresa mexicana que esta semana abrió una nueva sucursal al sur de la ciudad, a la cual acudí para probar un menú de degustación con los platos estelares de su carta.
Asentado en el mismo local donde en otros tiempos estuvo la famosa Bodeguita del Medio, el Lombardi del sur cuenta con un ambiente juvenil, fresco y relajado que invita a disfrutar entre amigos, compañeros de oficina o en familia.
La degustación de siete tiempos a la que fui convocada inició con el Antipasto Lombardi (queso burrata, prociutto y melón), los Calamares a la Romana y la Ensalada Capresse, cuya bien lograda vinagreta de reducción de balsámico hace que esta entrada –aunque clásica y aparentemente aburrida– valga la pena.
De sus 12 diferentes pizzas a la leña, todas elaboradas con 100 gramos de masa, cuatro onzas de pasta de tomate y 100 gramos de mozzarella, probé seis. Les recomiendo ampliamente la pizza Bianca con mozzarella, cabra, pecorino y parmesano, ya que la fusión de sus cuatro quesos resulta en un único e intenso sabor, sumamente adictivo (la próxima vez que vaya le pediré al chef que le agregue unas hojas frescas de albahaca y ordenaré una botella de Matarromera. Sin duda será un momento mágico).
También la pizza de la casa Lombardi (queso burrata, jitomate cherry, prosciutto y arugula), así como la Veneta (mozzarella, salchicha italiana y hongos frescos) son perfectas para compartir entre amigos, y si las acompañan con un tarro de cerveza artesanal Máquina (tipo Black Lagger) de la marca Hércules, se sorprenderán de lo bien que combinan. Por cierto, los viernes todas las pizzas están a 2 x 1 (desde 140 pesos).
Después dimos paso a las pastas. El chef seleccionó el Spaguetti Putanesca, los Gnocchi de Gorgonzola, los Mini Ravioles y la Lasagna de la casa. Además de la correcta cocción del spaguetti, lo que más me gustó fue saber que Lombardi cuenta con un sistema en el que el comensal elige tanto la pasta (larga o corta) como la salsa de su predilección, entre las que se encuentran las clásicas Arrabiata, Alfredo y Bolognese. La arrabiata, chispeante y algo “amentada” es ideal para los que no conciben comer sin picante.
No se pierdan los Gnocchi, elaborados con 50% de harina de papa y 50 de harina de trigo, de manera completamente artesanal, servidos con una salsa espesa y cremosa de gorgonzola: un plato limpio, redondo y literalmente blanco que yo acompañaría con una copa de vino blanco de Casa Madero, disponible en su cava.
Pero mis favoritos definitivamente fueron los Mini Ravioles rellenos de ricotta y espinaca, gratinados con salsa blanca y ¡aceite de trufa! Verdaderamente espectaculares.
Si quieren apantallar con su buen gusto, ésta es sin duda la opción, y por fortuna los jueves hay una promoción de barra de ensaladas, pasta especial (que incluye los ravioles o los gnocchi), más una bebida por sólo ¡149 pesos! De hecho, uno de los comensales a mi lado –un cliente habitual– me confesó que ese es su día favorito para ir, y yo lo entendí a la perfección.
El plato fuerte y también estrella de la casa fue el Ossobuco di Vitello con risotto (ternera en lenta cocción con risotto blanco) que, aunque no pude apreciar muy bien, sí logré percibir que sus jugos tienen la espesura y el brillo propios de un guisado que ha estado horas en un fogón).
Y como postre –después de tanta comida, cerveza, vino tinto y cocteles– nos trajeron algo ligero y fresco: Frutti di Bosco (crema batida con un toque de mascarpone, frutos rojos y reducción de balsámico), aunque yo me quedé con ganas de probar su Tiramisú, el clásico de clásicos y “prueba de fuego” para mi dolce alter ego.
Lo que no disfruté del sitio fueron los cocteles de la casa, el llamado Sofía Loren (vodka mandarin, raspberry, licor de cassis, Countreau y limón) es una bomba súper dulce y el Negroni (ginebra, vodka y vermut rosso) es demasiado fuerte.
Aunque el menú incluye platos románticos como los Esparrágos a la parmesana, el Atún al limón o la Pizza frutti di mari, la música es demasiado antrosa como para ligar o llevar a un prospecto que no queremos dejar escapar. Entre semana lo mejor es ir con la banda de amigos y en el finde, con la familia.
Lombardi es una opción italiana honesta que le apuesta principalmente a un clientela joven pero exigente, cuya mayor gracia está en la calidad de sus ingredientes y la manufactura artesanal.
Para más detalles sobre el menú (que también incluye selección de aves, pescados como la Pechuga gratinada con espárrados o el Pulpo a las brasas con pimentón y salsa griega) o sus promociones, visiten sus redes sociales. www.facebook.com/LombardiMX
Lombardi. Insurgentes Sur 1798, colonia Florida. Teléfonos 7021-3881/7021- 3586. Horario: lunes a jueves 13:00-23:00 horas, viernes y sábado 13:00-00:00 horas, Domingo 13:00-18:00 horas. Se aceptan todas las tarjetas de crédito.
