A propósito de las elecciones de ayer 2 de junio, bien vale la pena comentar que votar es un derecho humano, ya que es la forma de inmiscuirse en los asuntos públicos del país, es un derecho de la ciudadanía reconocido en nuestra Constitución Federal.
Las personas que acuden a las urnas a ejercer su derecho y a cumplir con su obligación de emitir un sufragio, lo pueden hacer en condiciones afables a partir de múltiples acuerdos y lineamientos que la autoridad electoral administrativa considera y así ha sucedido desde hace varios procesos electorales, con la única intención de lograr que la ciudadanía tenga casillas lo más cerca posible, que su llegada sea accesible, además que las mamparas y casillas sean incluyentes para que las personas con discapacidad puedan emitir su voto.
Todo lo anterior facilita que el voto de la ciudadanía observe cada una de sus características: universal, secreto, directo, personal, intransferible y libre.
Debe ser universal, lo que significa que cada una de las personas mayores de 18 años, que cumpla con lo que establece la Constitución, siendo mujer u hombre, teniendo un modo honesto de vivir, puede ejercer el voto.
Es secreto, porque nadie puede influir en la determinación, tampoco observar la opción que elige cada persona, de ahí el diseño y existencia de las mamparas que permiten la secrecía del voto.
Es libre porque nadie puede influir ni ejercer presión, coacción o intimidación para ejercer el voto; de igual forma es directo ya que la determinación de la ciudadanía al elegir su opción en la boleta lo hace sin intermediarios.
Cuando se refiere que el voto es personal, es porque nadie interviene en la decisión del electorado. Así mismo, es intransferible porque las personas inscritas en el registro federal electoral, son las únicas que pueden ser incluidas en el listado nominal para ejercer el voto, por tanto solo a cada una de ellas se les entregaran las boletas para cada una de las candidaturas a los cargos a elegir.
Justo estas características son las que le dan un valor especifico al voto, pues se traduce en la voluntad del pueblo, ejercido a través del sufragio, de manera pacifica y eligiendo a quienes representarán a la colectividad.
En el ejercicio democrático de este domingo, la ciudadanía de las entidades de Baja California, Tamaulipas, Aguascalientes, Durango, Quintana Roo y de manera extraordinaria Puebla, acudirá a las urnas y como siempre el sufragio tendrá las calidades y cualidades que establece la ley.
Ahora bien, a quién beneficiará la voluntad popular, qué fuerza partidista logrará el triunfo después de los cómputos distritales más allá de los resultados preliminares, eso tiene que ver precisamente con el ejercicio de los derechos humanos de las personas que acudieron a las urnas. Para algunos resulta inverosímil que MORENA obtenga sendos resultados, particularmente en las elecciones al cargo de gubernaturas en Baja California y en Puebla, por los seis meses del gobierno federal y las políticas implementadas.
Sin embargo, la sinergia del ejercicio del poder aún no se ha desgastado lo suficiente como para impactar en los resultados electorales, hace apenas 11 meses de una elección distinta en el país. Y no precisamente por la forma de organización del proceso electoral ni de la calificación jurisdiccional, sino que tiene que ver con la determinación de la ciudadanía de salir a votar como no lo había hecho en otros procesos.
Por tanto, los resultados preliminares que dan triunfos importantes a MORENA en entidades que han tenido por décadas gobiernos conservadores, emiten mensajes importantes, la sociedad ha cambiado su percepción de las elecciones, hay una mejor calificación a las autoridades electorales, pero sobre todo, demuestran que el ejercicio de la democracia se esta convirtiendo en prioridad para las personas.
El voto vale cuando se garantizan sus cualidades, pero vale más cuando las ciudadanía acude a las casillas y lo ejerce.
