Una de las enfermedades laborales que han aparecido con la sobrecarga de trabajo es el “Síndrome de Burnout”, es decir la evolución del estrés laboral hacia un estado de estrés crónico. También conocido como “síndrome de aniquilamiento” es considerado por la Organización Mundial de la Salud como una enfermedad que provoca estragos en la salud física y emocional de los individuos.
Esta patología viene del término“burn-out”, que significa consumirse o agotarse, de acuerdo con la Maestra Alejandra Apiquian, coordinadora de Psicología laboral de la Universidad Anáhuac México Norte, este padecimiento genera angustia, agotamiento emocional, trastornos alimenticios y bajo rendimiento laboral, entre otras características.
Estas son las primeras descripciones del síndrome: “sensación de fracaso y una existencia desgastada por una sobrecarga de exigencias, recursos personales o fuerza espiritual del trabajador”, para 1978 Pines y Kafry lo definirían como una “experiencia general de agotamiento físico, emocional y actitudinal.” Tres años más tarde Edelwich y Brodsky añaden a estas definiciones “la pérdida progresiva del idealismo, energía, y motivación, como resultado de las condiciones de trabajo”.
Esta enfermedad crece silenciosa y paulatinamente, una de las primeras señales de alerta es la incapacidad de la persona para levantarse mañana tras mañana, un cansancio permanente; en un nivel moderado el individuo empieza a aislarse, se vuelve irritable, está agotado, es cínico con sus pares, ha perdido la motivación, está frustrado y se siente incompetente y culpable por no cumplir con las expectativas laborales, en los comportamientos más graves se ausenta del lugar de trabajo y abusa del alcohol y/o drogas y presenta comportamientos suicidas.
Un detonante es la repetición de los factores de estrés en el día a día de la persona, un cansancio crónico que genera baja autoestima, frustración, tristeza, además de sentimientos de pérdida, tristeza, impotencia y depresión.
Este síndrome parece atacar con más fuerza a los sectores donde el trabajador interactúa con terceros, tales como puestos de atención al cliente, docentes y sobre todo a médicos y enfermeras. En el estudio “El Síndrome de Burnout: La despersonalización, el agotamiento emocional y la insatisfacción en el trabajo como problemas en el ejercicio de la medicina y el desarrollo profesional”, realizado por los especialistas Dr. Enrique Graue Wiechers, Dr.Rafael Álvarez Cordero y el Dr. Melchor Sánchez Mendiola para la UNAM, se señala que estos cuadros fueron vistos por primera vez en trabajadores de la salud, y que además existen numerosas publicaciones donde aparece reiteradamente en enfermeras, médicos residentes y médicos tratantes.
Tal parece que el entorno hospitalario favorece la aparición del síndrome al conjugarse las actividades médicas, las exigencias y el poco tiempo de respuesta; además se suman dos factores que han probado desencadenar este fenómeno: el estrés y la privación del sueño.
Pero estos no son los únicos detonadores, existen características como la edad y el género que hacen más propensa a la persona de sufrir los efectos de este agotamiento extremo.
De acuerdo con la Maestra Apiquian el periodo más difícil y donde existe un riesgo mayor es en los primeros años de las carreras universitarias, ya que es un momento donde las expectativas y la idealización choca con la realidad, el estudio anterior refuerza esta teoría y establece que el “Burnout” tiene una mayor incidencia en los jóvenes profesionales de la salud, pero esta esfera profesional no es la única, lo que es un hecho, es que entre menor edad tenga el trabajador, mayor riesgo de “Burnout” experimentará.
Esta sintomatología aparece con más frecuencia en mujeres, lo que se explica fácilmente debido a la “doble jornada”, ya que después de cubrir el horario de trabajo la gran mayoría de las mujeres deben dedicar varias horas diarias a labores domésticas, de cuidado y crianza, lo que pone una mayor carga de estrés en la población femenina, al verse obligada a cumplir en ambos ámbitos.
El “Burnout” es un síndrome que responde también al entorno, a la enorme exigencia laboral o escolar, ambientes laborales que nos ponen a prueba diariamente, recompensas que no corresponden a nuestras expectativas, sobrecarga de trabajo y lugares de trabajo altamente competitivos favorecen la aparición de este agotamiento y sus consecuencias.
Georgina Juárez Lledias. Colaboró en el suplemento cultural “El Búho”, publicado en el diario Excélsior y dirigido por René Avilés Fabila. Además, habitual colaboradora de suplementos culturales en Milenio Diario. Autora del libro digital “Alerta Femenina”, encaminado a difundir los derechos de las mujeres ante las distintas formas de violencia.