Por. Saraí Aguilar
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Se arrancó el año con un nuevo proyecto. El titular del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Zoé Robledo, informó sobre los avances de los nuevos Centros de Educación y Cuidado Infantil (CECI). Al parecer los juegos de palabras se le dan al titular del IMSS, pues dijo que los CECI reemplazarán a las guarderías, pues éstas sólo “guardaban” a los niños y, según denunció, sólo se hacía negocio con ellas. Al margen de su ingenio verbal, falta que las promesas se traduzcan en realidades.
El proyecto nuevo de la 4T consiste en guarderías con nuevo nombre que, según presumió Robledo, “a diferencia de las guarderías, estos espacios buscarán mentora educativa, habrá más seguridad mediante tecnologías, habrá prevención y atención en la salud, incluyendo esquemas de vacunación completas, entre otras virtudes”. Si bien no tiene costo para las madres derechohabientes, habrá servicio de prestación mixta, es decir, con costo para aquellas que no lo sean.
Guarderías o CECI o como lo quieran llamar, pues hasta el mismo director del IMSS al presentarlos confundió el nombre de los centros.
Siempre es bueno que se piense en las infancias y en las madres trabajadoras. Eso es algo que debe festejarse. No obstante, llama la atención que el referente inmediato para señalar la acción del gobierno de Sheinbaum en un punto crucial de gestión pública y recriminar la ausencia de atención gubernamental en este aspecto sea Felipe Calderón, quien gobernó ya casi 20 años atrás, y no la recién terminada gestión de Andrés Manuel López Obrador, en cuya administración se cerraron las escuelas de tiempo completo y las guarderías con concesión, dejando a la deriva a las infancias y sin opciones a sus madres más que renunciar en muchos casos o dejar “ al cuidado de los abuelos”, como promovía el expresidente, exponiendo en muchos casos a accidentes, descuidos o entre otras violencias a los más pequeños.
Pero si vamos a retomar la comparación histórica, cabe destacar que con este anuncio aun le salen debiendo a las madres trabajadoras. En épocas de los gobiernos “neoliberales”, estos subsidiaban a más de 9 mil estancias que se habían constituido durante 12 años de operación. Les entregaban 900 pesos mensuales por cada niño inscrito, mientras que las madres sólo pagaban una cuota semanal de acuerdo con su nivel socioeconómico que iba de los 50 a los 150 pesos semanales.
Sin embargo, en 2019, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador decidió eliminar el programa tras encontrar supuestas irregularidades relacionadas con la inscripción de más niños de los que había en las estancias, con la entrega incompleta de los fondos, entre otras cuestiones.
En fin, toca dejar de ver el pasado y centrarse en lo porvenir. Por lo pronto estos CECIs sólo son 2 mil de los 9 mil desaparecidos. Le toca a Robledo gestionar mejor los CECIs que la falta de medicamentos o que las reparaciones de los elevadores del IMSS. Al tiempo.