Por. Elena Chávez
Cotidianamente soy una mujer que cada noche, al salir la luna, busca a su alrededor alguna estrella a la que le doy el nombre de cada uno de los seres queridos que han trascendido: Mis padres, mi abuela, mis amores perros como Lucas, mi viejo pastor inglés al que amé profundamente. El sábado decidí buscar esas estrellas en la Tierra, para ser exacta, en un teatro de esta Ciudad de México donde dos mujeres, Azela Robinsón y Susana Alexander desbordan talento en un duelo de humor negro que te lleva a olvidar problemas, estrés, crisis, peligros y demás sentimientos humanos que nos carcomen por dentro.
Allí, en el escenario del Teatro Fernando Soler, dos estrellas del espectáculo mexicano muestran por qué son reconocidas como primeras actrices. De entrada, la comedia “Si te mueres, te mato”, es complicada por el ritmo tan rápido que llevan los diálogos, movimientos corporales y, lo más difícil, lograr que el público suelte la carcajada espontánea como me sucedió a mí. Hacer reír en estos tiempos tan convulsionados de nuestro país es casi imposible, sin embargo, Azela y Susana, Susana y Azela, lo logran de una manera tan efectiva que aun escribiendo estas líneas sonrió sólo de recordar los apuros de dos cuidadoras de una mujer serbia de la tercera edad que muere en la tina del baño.
Ustedes, queridos lectores, si no han visto esta comedia, podrán decir que morirse es algo inevitable, lo cual es cierto. Lo que no saben es que morirse bajo el cuidado de Gloria y Lucía, los personajes interpretados por Azela Robinson y Susana Alexander es toda una aventura congelada, frozen dead, porque para preservar su trabajo caen en una serie de enredos que al final les permite a cada una conocerse en sus lealtades y ambiciones.
No pretendo contarles el inicio, el intermedio ni el final de “Si te mueres, te mato”, porque se trata de que quienes disfrutamos del teatro, del espectáculo en vivo, del talento de nuestras actrices, vayan y descubran la personalidad de Gloria y Lucía. Se trata, sobre todo, de disfrutar a plenitud de la capacidad actoral de este par de estrellas terrenales que, como lo hicieron conmigo, les arrancarán carcajadas de felicidad, algo que realmente necesitamos: reír, reír y quizá hasta llorar de risa ante el maquiavelismo de Gloria y la inocencia falsa de Lucía.
Se trata, también, de apoyar a la cultura tan lastimada en estos tiempos actuales donde la política la ha herido al quitar estímulos a creadores y artistas.
Esta comedia de humor negro tan bien manejado por estas dos estrellas terrenales, Azela y Susana, lo hacen apoyadas en una escenografía que me recordó a los pisos franceses, con muebles clásicos y lámparas antiguas. Un esfuerzo loable de la producción que da a los espectadores lo mejor en talento humano.
En menos de dos horas confirmé porqué “Si te mueres, te mato” ha sido la comedia más premiada desde su estreno. Lo tiene todo. Dos mujeres actrices de primer nivel, profesionales, entregadas, con una memoria envidiable, con un nombre y espacio ganado a pulso en esta difícil carrera artística donde pude encontrar en mi noche de sábado a mis estrellas.
Y mientras las miraba actuar, escuchaba los aplausos de las y los espectadores al rendirse a su talento y encanto, también miré al interior de Azela Robinson y Susana Alexander, donde en su cuerpo late un corazón hermoso, piadoso, amoroso…Ese corazón que brinca de felicidad cuando han cambiado la mirada triste de un animalito por felicidad y confianza.
Les debemos mucho a estas dos estrellas terrenales: que nos hagan reír en nuestros momentos tristes y que silenciosamente, sin protagonismos, les cambien la vida a animales que son vulnerables ante la crueldad humana.
¡Una noche de buena suerte!
