jueves 02 mayo, 2024
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COLUMNAS SARAÍ AGUILAR

«EL ARCÓN DE HIPATIA» Rocío Abreu y Lilly Téllez: la lucha no va por ahí

Por. Saraí Aguilar

En noviembre de 2020 en el Senado de México se aprobaron por unanimidad las reformas para sancionar con severidad la violencia digital y mediática, y para combatir el acoso, el hostigamiento y la difusión de contenido sexual en contra de las mujeres en plataformas de Internet o redes sociales.

A estas reformas se les conocieron como Ley Olimpia.

La semana pasada, una senadora de la misma legislatura, de las que votaron por sancionar la violencia contra la mujer, amenazó a otra con difundir un video de ella con contenido sexual.

La senadora que supuestamente posee material (no apto para menores de 18 años), según ella misma dijo a voz en cuello desde la tribuna, es la morenista Rocío Abreu, y la amenazada es la panista Lilly Téllez, quien por cierto llegó al Congreso postulada por el partido gobernante.

No es la primera vez que la senadora Abreu transgrede los límites legislativos y denigra a la senadora con señalamientos privados. En noviembre de 2021 criticó la vida sentimental de la senadora panista Lilly Téllez, durante el debate sobre la reforma que extiende la permanencia de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública. Y ahora en el calor por el llamado “Plan B”, la reforma secundaria para el INE, cerró su intervención con un: “Y Lilly, no te preocupes porque va a salir tu video, solo que el tuyo no es para menores de 18 años”.

Al aparecer la senadora olvidó algunos detalles. Que por la ley que ellos mismos votaron, su amenaza conlleva riesgos penales por “exponer, distribuir, difundir, exhibir, reproducir, transmitir, comercializar, ofertar, intercambiar y compartir imágenes, audios o videos de contenido sexual íntimo de una persona, a sabiendas de que no existe consentimiento, mediante materiales impresos, correo electrónico, mensajes telefónicos, redes sociales o cualquier medio tecnológico”. Esa pena se eleva al ser ella funcionaria pública.

No obstante, como mujeres no podemos menos que indignarnos. Sin tintes partidistas, las situaciones que se están viviendo en el Senado no pueden tener lugar. Olvida la senadora Abreu que si ella está ahí, es porque la respalda una gran lucha por la igualdad que miles de mujeres han dado desde diferentes trincheras para tener representantes con perspectiva de género y por una lucha por alcanzar la igualdad, leyes que emancipen y garanticen una vida libre de violencia.

Pero, si las mismas a las que se les legitimó en urnas para ese fin se convierten en arietes del patriarcado y amenazan y violentan a otras mujeres con las mismas prácticas, es un hecho que no merecen estar ahí.

Es inadmisible que se reproduzcan estas prácticas en la máxima tribuna del país, y el silencio de nuestros representantes lo valide. Es necesario que las mismas senadoras de su bancada lo señalen y denuncien. La violencia y los violentadores no pueden tener la comodidad de nuestro silencio.

Asimismo, es un buen momento para que la senadora Lilly Téllez reflexione en que ese movimiento feminista que ella tanto ha desdeñado e incluso insultado, está dispuesto a pedir justicia para todas las mujeres, incluida ella.

#NoMasViolencia.

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