lunes 29 abril, 2024
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«ABREVADERO DE LETRAS» “Sin límites no hay amor”: Inés López de Arriaga

  • Mujer de mil facetas que anida en su alma el amor, la solidaridad y compartir con los demás

Por: Cut Domínguez

Psicoterapeuta, conferencista y entrenadora del Método Hakom; apasionada de la docencia, necia, amorosa y noble por naturaleza; amante de la danza como goce personal, Inés López de Arriaga confiesa que parte de su esencia, es lo heredado por sus padres. “Saber que provengo de dos personas, cuyo amor fue generoso, es una parte sustancial en mí, es algo que rige mi vida”, dice.

La vida de esta mujer, quien antes de caminar ya bailaba, transcurre entre talleres y conferencias frente a grupos, “porque ahí estoy en mi elemento”, señala. Sostiene que la educación hace la diferencia en el mundo y, de acuerdo a su experiencia, menciona dos principios importantes: con lo aprendido uno tiene que ser generoso y compartirlo. “Porque sino se pudre” (ríe). Y por otro lado, cree que no hay mayor aprendizaje que la enseñanza. Aquí viene bien la frase de Aristóteles: “Uno no sabe lo que sabe hasta que puede enseñar a otro”.

Añade: “He aprendido más al ser maestra que siendo alumna. Tal conocimiento lo afianzo y lo expando”. Una vez dada la interlocución nace lo que llama “círculo virtuoso”, es decir, una inteligencia colectiva; el saber aportado por mucha gente entretejiéndose en una espiral que no termina. “Cuando doy clases, me gusta despertar el conocimiento en las personas. Es algo más revolvente, es horizontal. Es incitar a crecer, a expandirse en algo, que me da un gozo verdadero”.

¿Pero seamos claros, la danza es solo un disfrute para Inés López de Arriaga? “Es un placer personal, puedo bailar solita en la sala de mi casa y soy la más feliz, es algo que expresa mi alma; pero en un momento de mi vida descubrí que era solo eso y no necesitaba profesionalizar en ella. Llegó a mi vida la psicoterapia y me di cuenta que el acompañar a las personas a crecer es mi misión”. Destaca que los años en la danza le dejaron una enorme disciplina, una herramienta de vida.

Unos minutos de charla con quien se dice entusiasta lectora de Anaïs Nin y prefiere los colores rojo, morado y azul turquesa como favoritos, sirven para comprender el espíritu solidario y participativo de esta cotizada profesional. “En mi casa el arte siempre estuvo presente, con música, poesía, visitas a museos, etc.; de manera que lo mío se encontró ligado a la parte humanista”, refiere.

En este ambiente, ¿qué rescatas como ser humano y experta en tu disciplina?   

Fíjate que la compasión y sentirme parte de la humanidad. Me siento pieza de un tejido y lo que te pasa a ti me afecta a mí y viceversa. 

Aunque advierte que ser compasiva no significa cargar con los problemas ajenos. “El dolor del mundo me conmueve. Desear su alivio será desde mi trinchera, desde lo que yo soy, pero cada quien es responsable de su vida, de su felicidad”. Habla de fronteras entre los individuos y señala a la escritora Bené Brown y su principio: “Sin límites no hay amor”; esto es, tú eres tú y yo soy yo. En otras palabras: se es más útil estando entero para el otro, que si te fundes con él y terminas en una masa sufriente.

Recuerda su aporte durante la pandemia, no sin antes reiterar la frase, “Sin límites no hay amor”, misma adoptada como su mantra. Relata haber dado cursos y talleres sobre taoísmo ya que tal filosofía es ideal para navegar la incertidumbre. “Como que flojito y cooperando”, cuenta y ríe. Ofreció, también, pláticas de lectura, dinámicas grupales y meditaciones, entre otras actividades. Niega su contribución  a la cultura de que los hombres no sienten y asegura que éstos suman ya un tercio como oyentes de sus talleres.

A ratos, tengo la impresión de tener frente a mí a una Rockstar de la investigación, la inteligencia y la solvencia intelectual que hace pensar, reír y reflexionar. Reconoce haber transitado durante más de un lustro con el reto de enfrentar dolor, miedo, heridas… hasta encontrar la paz, ser quien es y amar lo que es. Al mismo tiempo arribó su referente y maestro Ron Kurtz, creador del Método Hakomi, palabra que significa ¿Quién eres?. Según la especialista, es una disciplina de autodescubrimiento asistido que nos enseña cuáles son nuestros patrones de creencias inconscientes limitantes para que podamos cambiarlas y cuyo principal mecanismo es la atención plena y observadora de uno mismo.

Sin duda habrá un buen número de mujeres y hombres quienes deseen cerrar ciclos y sembrar propósitos, para ello Inés López de Arriaga ofrecerá un taller, el sábado 5 de noviembre, de 10:00 a 14:00 hrs. Vía Zoom. Informes e inscripciones: 5618408989. “Para que lleguemos al 2023 renovados y con gran entusiasmo”, subraya.

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