Por. Saraí Aguilar
Clara Luz Flores Carrales, la excandidata de Morena a la gubernatura de Nuevo León en 2021, fue designada como titular del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
La polémica radica en que quien fuese el último lugar de las preferencias de los votantes en dichas elecciones debió su desplome en gran medida a ser sorprendida en la mentira, al haber tenido relación –y negarlo– con el fundador de la secta NXIVM, Keith Raniere.
A pesar de ello, la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana federal, Rosa Icela Rodríguez, formalizó el nombramiento. Entre sus tareas está dar seguimiento a los acuerdos del Consejo Nacional de Seguridad Pública, que es el eje operativo y de coordinación entre instancias federales, estatales y municipales.
En un país donde la inseguridad es rampante y los asesinatos y desapariciones de personas son cotidianos, uno de los puestos claves en seguridad se toma como premio de consolación para los candidatos no favorecidos.
Cabe recordar que apenas hace unos días, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) dio a conocer las cifras actualizadas que apuntan a que el sexenio de Andrés Manuel López Obrador se convertirá en el más violento en la historia del país. Esto, a pesar de que la declarada estrategia del presidente López Obrador tiene como premisa la pacificación del país y atender las causas de la delincuencia. De hecho, su plan presentado en noviembre de 2018 estableció que su política “parte de la concepción de atender antes que nada lo económico y lo social; atender las necesidades de los mexicanos en la idea de que la paz y la tranquilidad son frutos de la justicia”.
Paz que no han conocido los ciudadanos. Más de 3 mil mujeres asesinadas, 120 mil homicidios en tres años, 18 ciudades en el top 50 de lugares más violentos del mundo, el año más letal en la historia de México, entre otros, son los que ha cosechado la actual política de seguridad (Nación 321).
Por ello, la mayor preocupación radica en la falta de experiencia de Clara Luz en temas de seguridad, según ha sido señalado por diversos políticos.
Al respecto, la senadora panista Kenia López Rabadán consideró que la morenista no cuenta con la experiencia necesaria para estar al frente de un organismo de seguridad pública.
Y lo más probable es que el cuestionar el nombramiento de Flores Carrales se quiera tachar como violencia de género, lo cual no tendría un ápice de cierto.
Porque si bien se podría alegar que es una victoria para el feminismo que una mujer llegue a una posición de poder, la historia nos dice, con el ejemplo de Olga Sánchez Cordero en su paso por Gobernación, que los puestos no implican siempre beneficios en pro de las mujeres. Ni de la ciudadanía. Lo único que queda claro es que la única que vio la luz con su nombramiento es Clara.