jueves 16 mayo, 2024
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COLUMNAS GILDA MELGAR

«DOLCE ÁLTER EGO» A florecer (limpieza de primavera)

Por. Gilda Melgar

Aunque se anunció a principios del mes a través de las jacarandas en flor y los días cálidos, la primavera 2022 arribó esta semana, trayendo consigo la energía del cambio.

La estación más florida nos invita a reverdecer y abrir espacio para lo nuevo. No en balde en muchos países con inviernos extremos se practica la “limpieza de primavera”, pues durante la estación del frío y la oscuridad, los espacios permanecen mayormente cerrados. Con la llegada del sol, abrir las ventanas significa dejar salir el moho de la estación anterior.

Estamos en la estación ideal para brillar por dentro y por fuera, y si bien la práctica de la “limpieza de primavera” se refiere principalmente a desechar objetos viejos o inútiles o a asear profundamente rincones y habitaciones, es posible extrapolarla a lo intangible. Es decir, a limpiar nuestra alma, nuestros pensamientos y nuestros sentimientos para adquirir un nuevo brillo personal.

Así como contamos en casa con múltiples herramientas y sustancias para tallar fregaderos, baños o hacer brillar mesas, gabinetes y vajillas, podemos allegarnos de acciones e instrumentos que nos ayuden a restregar el cochambre interior.

Viene al caso recordar la bellísima serie Cosas por limpiar, cuya joven protagonista se gana la vida limpiando casas mientras atraviesa un proceso profundo y doloroso en la búsqueda de su identidad e independencia.

A eso me refiero cuando digo que también hay que escombrar el alma. Y claro que habrá que limpiar la casa, habitación por habitación, categoría por categoría, justo como recomiendan los profesionales del interiorismo.

El lema “Quédate sólo con lo que te haga feliz”, creado por la gurú del orden, Mari Kondo, no sólo aplica a los objetos, también puede ser tu mantra para las relaciones amorosas, afectivas, familiares, laborales, etcétera.

Ordenar implica tener un diálogo con uno mismo y preguntarse qué es lo importante a conservar y qué ya no. Hay que aprender a tirar y a soltar. La duda tiene mucho que ver con el sentimiento. Creemos que debemos conservar porque “Esta bufanda me la tejió mi abuelita”, “En este plato le servía el cereal a mi hijo cuando era chico”, “Esta silla fue la primera que compré con mi sueldo”, etcétera, aunque resulte que la bufanda es horrible o jamás te la has puesto, o que el plato de cereal de melamina está descarapelado y la silla ya no va con ninguno de tus muebles.

Y así como nos apegamos a los objetos nos aferramos a personas, creencias, prejuicios y hasta a viejos anhelos que son obsoletos o nos impiden avanzar y pulir nuestro brillo. Lo cierto es que la primavera es propicia para actualizarnos en todo sentido.

En la recámara, por ejemplo, además de cambiar el edredón pesado y liso por uno ligero y floreado, también podemos reverdecer nuestra relación de pareja con nuevos y mejores hábitos o detalles cotidianos.

Si de la cocina se trata, aparte de sacarle brillo a los gabinetes o tirar platos y sartenes viejos, habrá que darle variedad al menú cotidiano echando mano de los alimentos de estación, que no sólo estarán frescos y deliciosos, sino más baratos.

Montar una mesa primaveral va más allá del mantel y la vajilla. Justo ahora pruebo nuevos platillos usando verduras y frutas disponibles en el mercado, como el brócoli, las zanahorias, los chícharos, las calabazas, la coliflor, las espinacas, los berros, los rábanos, las naranjas, el melón, la piña y las fresas. ¿Qué tal una tarta de pollo con verduras y un agua fresca de piña con hierbabuena para este fin de semana?

En la sala, sugiero hacer algo de feng shui, cambiando de lugar los muebles, añadir nuevas plantas, incorporar jarrones con flores o disponer libros bellamente ilustrados en la mesa de centro. Pero también el volver a recibir a los amigos que dejamos de invitar por la pandemia, renovar los votos afectivos y brindar porque seguimos aquí.

Venimos de la introspección propia del invierno y el encierro. Quizás encontramos algo que no nos gustó y ahora que vuelve a calentar el sol y salimos a la calle, podemos actuar en consecuencia para hacer los cambios necesarios.

Es la época de la esperanza. La estación que nos invita a mover la energía. A brillar. A florecer… feliz primavera 2022.

 

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