jueves 09 mayo, 2024
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COLUMNAS COLUMNA INVITADA

«COLUMNA INVITADA» Día Internacional de la Educación

Sandra Vivanco

Este día que se celebra internacionalmente el 24 de enero, no podrá bajo ninguna circunstancia analizarse con la misma óptica del año pasado, si bien, estamos ante un derecho humano que debe garantizarse para la niñez y las personas jóvenes, lo cierto es que, ante una pandemia esa garantía ha rebasado a casi todos los Estados.

Precisamente en la edición 2021 de la conmemoración de esta fecha el tema es “Recuperar y revitalizar la educación para la generación COVID-19”, y justamente ahí radica la importancia, debemos mencionar para visibilizar a esta generación de niños y niñas que estudian a través de un monitor, cuando las circunstancias económicas se los permiten, y que no pueden interactuar con sus compañeros y compañeras de clase además de sus mentores.

No es una situación fácil, debemos analizar qué repercusiones tendrá en el desarrollo de la persona, porque sin darnos cuenta hemos orillado a la niñez a que se ajuste a aprender desde casa, que en el mejor de los casos vive con las necesidades cubiertas, pero existe el otro lado de la moneda, aquellas familias donde es más de un solo hijo o hija, que no hay suficientes equipos de cómputo para que puedan tomar clases simultáneamente, o quizá también puede ser el equipo con el que trabaja papá o mamá, sumar a ello el tema del internet, quizá en ese hogar si hay varias habitaciones para que separadamente puedan tener la privacidad de sus actividades, pero el internet no es lo suficientemente rápido para permitir sesiones de audio y video al mismo tiempo.

El otro lado de la moneda será también aquel hogar donde los recursos son escasos, quizá no sea posible que el niño o niña se conecte a clases y las que se transmiten por la televisión abierta no sean suficientes para generar el conocimiento esperado, ahí se sumerge al alumnado en estrés y quizá al padre o madre de familia que está a cargo. Pero el verdadero lado oscuro ya lo hemos mencionado, es en aquellos hogares que lamentablemente viven violencia familiar y abusos sexuales, pues los niños y niñas han estado confinados en su lugar menos seguro: su propio hogar.

Sin duda, ello tendrá repercusiones y afectaciones en la adultez, que, considero, no están siendo analizadas desde ahora. Con la estrategia de recuperar y revitalizar la educación para esta generación, que le ha tocado continuar en clases durante la pandemia, la realidad es que, si se está protegiendo el derecho humano a ser educados, pero hay otros temas dignos de atención prioritaria.

El análisis que harán los organismos internacionales el 25 de enero en el marco del Día Internacional de la Educación versará sobre que se trata de un derecho humano, un bien público y la responsabilidad pública de los Estados, también, del análisis de las repercusiones por el cierre de escuelas que sucedió durante el 2020 en prácticamente todo el mundo, lo que sin duda interrumpió el aprendizaje, por lo menos de la forma convencional, ya que en México, no hemos aprendido a ser autodidactas y autogeneradores del conocimiento, y con los repuntes de contagios y lógicos aplazamientos de reingreso a las aulas, es justamente la discusión respecto a cómo se revitalizará la educación, para lograr que la niñez sí aprenda y cumplir con la obligación del Estado de procurarla.

En el contexto mexicano, es importantísimo resaltar que en esta conmemoración debemos hacer un merecido homenaje al profesorado que ha dispuesto sus hogares como aulas temporales, hay quienes brindan asesorías por redes sociales, en el área rural acuden a las casas aún con la distancia para llevar tareas y resolver dudas; se ha reinventado con la única intención de que sus niños y niñas no se rezaguen.

Otro gran reconocimiento debe otorgarse a los papás, mamás, hermanos y hermanas mayores, abuelos y abuelas que han apoyado a los niños y niñas en sus hogares, ya que han hecho todo para que el escritorio (si lo hay), la mesita de centro o la del comedor, se conviertan en el mesabanco o butaca del colegio, haciendo silencios para que los niños pongan atención en sus clases, y no interrumpir con la licuadora o cualquier tarea doméstica, por sentarse a hacer las tareas y a explicar lo que a veces no entienden de los libros de texto, ayudar en las maquetas y experimentos.

Pero el gran aplauso sonoro en este Día Internacional de la Educación es para las niñas y niños, así como para las personas jóvenes que han sido pacientes, en su gran mayoría, y han puesto empeño diario por entrar a sus clases, hacer tareas, divertirse dentro de lo posible, porque han entendido que la pandemia y el virus existen y la realidad ahora es así, tomar clases en casa, es más, en el evento virtual del Día Internacional de Educación, organizado entre otros por la UNESCO, estará dedicado a los “héroes del aprendizaje” y yo me permito agregar: y heroínas, que son sin duda nuestros niños y niñas.

Sirva también esta fecha, para disculparnos, todos y todas como sociedad, por aquellos profesoras y profesoras menos empáticos que han maltratado en videoconferencia a su alumnado, porque seguramente durante esta pandemia sus días han sido tan oscuros como sus desacertados comentarios.

 

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