martes 08 octubre, 2024
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«TENGO ALGO QUE DECIRTE» Trabajo a distancia o trabajo en casa en emergencia sanitaria

 

Hace una semana publiqué la diferencia entre educación a distancia, tema en el que he trabajado durante casi 20 años, y la educación remota en emergencia sanitaria. Hoy me atrevo a escribirles a título personal sobre el trabajo a distancia, ya que lo he hecho desde hace casi 16 años. Y les escribo porque al inicio del encierro y conforme pasaban los días, me resultaba difícil encontrar el tiempo para trabajar, y cuando finalmente estaba sentada frente a la computadora, mi concentración desaparecía en cuestión de minutos por cualquier cosa. Me pregunté varias veces qué me sucedía y llegué a la conclusión que, al igual que la educación a distancia y la educación remota, el trabajo a distancia no es lo mismo que el trabajo en casa en emergencia sanitaria. 

El trabajo a distancia es la realización de las actividades remuneradas o la prestación de servicios a terceros que se lleva a cabo desde cualquier lugar y no en las instalaciones propias de una organización, institución o empresa, utilizando como apoyo las tecnologías de información y comunicaciones. Te permite reducir el estrés cotidiano, en especial por el tiempo perdido en desplazamientos y tráfico, tener autonomía y flexibilidad en tus horarios, el control de tu tiempo y mejorar tu convivencia familiar y con tus amistades; en resumen, te otorga calidad de vida.  Para una madre soltera como yo, gracias al trabajo a distancia, pude ir a partidos de futbol de mi hijo y espectáculos de danza y circo de mi hija, participar en actividades de su escuela, atender a mi familia cuando era necesario, pasar buenos ratos con amigos y darme el lujo de estudiar cosas que nada tienen que ver con mi especialidad. 

El encierro no te permite hacer eso. De la noche a la mañana, al igual que con las escuelas, las organizaciones, empresas, instituciones y oficinas tuvieron que recurrir a herramientas tecnológicas para continuar con sus metas. El trabajo se hace a distancia, pero el encierro sólo permite que sea en casa y no en el café de la esquina, viajando o en una playa (como alguna vez lo hice). 

De repente tu casa se convierte no sólo en el lugar donde habitas, duermes, comes y convives con tu familia, sino es también la escuela de tus hijos y tu trabajo, sin poder salir. Habemos quienes tenemos el privilegio de tener espacios que permiten llevarlo a cabo en una manera más cómoda, pero estoy segura que hay muchas familias que no cuentan con eso, lo cual hace más difícil su convivencia. Cada familia tiene su propio contexto y debe ver la mejor manera de resolver los problemas que nacen de estar todos juntos encerrados en un mismo espacio las 24 horas del día y con la incertidumbre de no saber cuándo termine la pandemia. Lo importante es hablar del tema, entender que ni la educación ni el trabajo a distancia, como lo llaman ahora, es así y que éste es diferente porque se hace en un cautiverio obligado y acumula en un sólo espacio, todas las actividades de la familia.

Es el momento de oportunidad para que, al igual que las instituciones de educación, las empresas, organizaciones y oficinas aprovechen e inicien el cambio de modelo al trabajo a distancia o mixto; que evalúen el trabajo por los resultados obtenidos y no por el tiempo que se está en la oficina; y que empiecen a establecer una relación de confianza entre empleados y empleadores, para juntos lograr las metas establecidas aún sin tener que verse todos los días. 

Lo que puedo recomendarles es que ustedes y sus familias hablen del tema (no importa las edades pues lo niños entienden a veces más que nosotros mismos), que se tenga claro que lo que vivimos es un momento de emergencia sanitaria que ha instalado a la escuela y el trabajo en la casa y que para ello deben: 

  • Administrar sus tiempos para que todos los miembros de la familia logren sus metas.
  • Darle prioridad a las cosas que se deben hacer pues todos tienen algo importante que cumplir.
  • Planear el día y definir el calendario entre todos.
  • Acomodar y darse su tiempo para estar solos, con hijos, pareja o padres, y dar el requerido para trabajar (lo cual puede ser a las horas menos esperadas).
  • Cuidar su salud física y mental (hacer ejercicio, tomar descansos, cuidar su dieta).
  • Ponerle límites al trabajo para que no afecte la vida privada, en especial si se vive solo. Es importante socializar, aunque sea a la distancia.
  • Y muy importante, se vale sentirse molestos y hartos. En el momento que suceda, hay que darse cuenta de ello y tomarse un tiempo solos para respirar profundo y calmarse antes de que uno pueda salirse de control; hablarlo con alguien de más confianza y buscar ayuda si es necesario.

No sabemos hasta cuándo estaremos en este encierro, pero recuerden que lo más importante es su persona y su familia. No nos queda de otra más que cuidarnos y sea cual sea nuestro contexto, abrir los ojos todos los días y darnos cuenta que somos muy afortunados de estar vivos. Cuídense mucho. 

 

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