martes 08 octubre, 2024
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COLUMNAS COLUMNA INVITADA

«COLUMNA INVITADA» Año 2020: decisivo para las mujeres en la sociedad mexicana

 

Por KARLA DOIG ALVEAR

 

El año 2020 ha traído acontecimientos insólitos que han cambiado la vida de las personas y la agenda pública del gobierno mexicano. Como resultado, este año se perfila para ser un punto de inflexión para la sociedad alrededor del planeta.

Los feminicidios de Ingrid Escamilla y de la niña Fátima detonaron un movimiento feminista sin precedentes en México, con una enorme fuerza que pudimos observar en la marcha del 8 de marzo y el Paro Nacional. Las mujeres se muestran indignadas, inconformes ante la ola de violencia contra ellas y reclaman acciones a favor de la igualdad. Sin embargo, ahora tristemente le podemos sumar el caso de Ana Paola, una niña de tan solo 13 años, que fue víctima de violación y feminicidio en su propio hogar cuando un hombre entró a robar a su casa durante el periodo de cuarentena.

En un panorama actual transformado por una inesperada pandemia, a sólo unas semanas de haber iniciado el distanciamiento social para combatir el contagio del COVID-19, las mujeres son las que se han visto más afectadas; la vulnerabilidad del género femenino se ha visto agudizada ante la nueva realidad. Madres, trabajadoras y cuidadoras de hijas e hijos y de adultos mayores deben ahora abrirse camino en un país considerando uno de los más machistas a nivel mundial… sin salir de sus hogares.

Habría que reflexionar, qué da más miedo, ¿La violencia que hemos normalizado hasta llegar al punto que en nuestro país mueren 10 mujeres al día, o el COVID-19? Esa violencia que no respeta ni medidas de higiene ni la sana distancia. Te pregunto a ti lector y lectora: ¿Qué pasaría si Ana Paola, hubiera sido tu hija y haya sido violada hasta arrebatarle su vida? ¿Cuántas niñas y mujeres se encuentran sufriendo una violencia machista, donde se tienen que cuidar desde sus hogares hasta salir a trabajar?

Actualmente, los feminicidios, son un indicador irrebatible de la violencia de género, que no solo han ido en aumento, sino que ahora como podemos ver se presentan más insensibles, crueles y sangrientos. Estos sucesos se perfilan como una crítica indiscutible hacia nuestra sociedad, hacia el fracaso que somos como país al no poder proteger a nuestras mujeres.

Es importante señalar que detrás de los feminicidios se encuentra una serie de agravantes contra la mujer; en una escala de violencia que comienza desde las agresiones en el hogar, calle, trabajo, o relaciones interpersonales, hasta morir por el solo hecho de ser mujer

De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Publica, de enero a febrero del 2015 ocurrieron 62 crímenes tipificados como feminicidio; de enero a febrero de 2016, 85; de enero a febrero de 2017, 113; de enero a febrero de 2018, 133; de enero a febrero de 2019; 140 y finalmente, en los datos más recientes de enero a febrero 2020, un total de 164 feminicidios.

Es evidente que este delito ha aumentado de una manera dantesca, registrando año con año un mayor número de casos que involucran a mujeres de todas las edades y clases sociales. 2020 no ha sido la excepción, con la particularidad que se ha presentado un gran incremento y a diferencia de otros años casos insólitos por su nivel de insensibilidad, crueldad y mediatización.

Las mujeres mexicanas están siendo violentadas en todos los ámbitos de nuestra sociedad. De las principales causas de esta violencia destacan la cultura del machismo, el Estado corrupto y la ausencia de valores, que han permitido sistematizar una realidad de vulnerabilidad e impunidad constante.

Como resultado, esta problemática no se va a resolver solo atacando a los feminicidios. Es necesario reconocer que es un problema social, cultural y político, originado en lo profundo de la idiosincrasia que la sociedad mexicana mantiene hacia el rol y funciones de la mujer, creando una mentalidad de subordinación que ha tenido como consecuencia una violencia estructural y, muchas veces, ni siquiera percibida entre los agresores y las víctimas.

Que esta cuarentena nos haga reflexionar y no dejar en segundo término la violencia de género, que no cesa; que el reclamo del 8 de marzo en el que miles de mujeres marcharon en contra de las agresiones, violaciones y feminicidios siga para revalorizar a la mujer y que el Ejecutivo promueva e implemente políticas con un enfoque de equidad y justicia de género.

Por eso es importante: ¿Qué debemos hacer como sociedad? Y ¿qué políticas públicas podrían fomentar un cambio real en este tema?

Como sociedad

Es necesario revalorizar a las mujeres. Primordialmente, que nos liberemos de los estereotipos de género que tanto daño nos hacen y veamos a la mujer como un ser humano capaz de lograr las metas que se proponga. Esta revalorización no es exclusiva para los hombres; también debemos apoyarnos entre mujeres, evitando los prejuicios para unirnos y empoderar a otras cada vez que se pueda.

Igualmente importante es enseñar e inculcar valores, principios en el que se respete a la mujer, desde la familia, llevar a cabo una educación distinta a la del día de hoy, transmitirles un sentido más profundo de la vida, el cual no esté fundado en cosas materiales, si no basado en el conocimiento de sí mismo, libre de estereotipos, fomentar el respeto, bondad, empatía, autodominio, ética y apoyo entre ambos sexos, mismos que serán la base y nos impulsaran a desarrollar nuevos conocimientos para resolver todo tipo de desigualdad.

Incluso, aprovechar la espiritualidad como herramienta para llevar una vida familiar más armoniosa, consciente y en paz puede contribuir a una reinvención de la sociedad mexicana, evolucionando como comunidad a un entorno más seguro y equitativo.

Para las parejas, el cambio comienza en la idealización misma de la relación. Es necesario visualizarse como seres independientes y complementarios, que llevan sus vidas y gustos individuales y se rigen por acuerdos y responsabilidades compartidas, como el trabajo doméstico y la educación de las hijas e hijos.

Es tarea todas y todos ver al hombre y a la mujer como seres complementarios, libres de estereotipos y prejuicios, en donde nos respetemos desde el hogar hasta relacionarnos en sociedad.

Como gobierno

Las acciones gubernamentales deben ir orientadas sobre los siguientes ejes para generar un cambio real y sostenible en las y los mexicanos.

Eje 1. Campañas de información y sensibilización

Fortalecer, extender a todos los sectores de la sociedad la información adecuada y pertinente sobre el tema de género es una herramienta indispensable para concientizar sobre la violencia contra las mujeres, hacer hincapié en las consecuencias que trae el machismo y la falta de valores en la sociedad.

Adicionalmente, una persona informada y sensibilizada es más proclive a ser consciente y menos violenta.

Eje 2. Educación

Incluir en la educación formal la perspectiva de género que permita potenciar las habilidades y aptitudes de las y los alumnos trascendiendo estereotipos, asimismo enseñar los niños a respetar a las mujeres desde la educación básica.

Eje 3. Protección y cuidados a las mujeres embarazadas

Toda mujer debe contar con la capacidad de llevar a cabo su embarazo de manera digna, responsable e informada, contando con las condiciones, recursos y apoyos necesarios durante su proceso de gestación, sin necesidad de recurrir a alternativas drásticas a falta de apoyos o recursos.

Asimismo, regular la responsabilidad del hombre hacia el embarazo debe ser prioritario. Establecer medidas más severas, para la respuesta irresponsable y negativa del hombre en su paternidad, medida que apoyara a combatir al machismo y lograr una mayor equidad entre géneros.

Eje 4. Sistema de cuidados

Es indispensable generar un sistema de cuidados universal, en donde las mujeres y hombres tengamos por derecho un lugar digno y seguro para dejar a nuestras hijas e hijos mientras trabajamos. Se propone un diseño integral y coordinado de beneficios de la seguridad social con la Secretaría de Educación Pública, la Secretaría de Bienestar, los estados y municipios.

Eje 5. Licencias de maternidad y paternidad

Establecer permisos de maternidad más largos, se propone en específico de 6 meses, que equivaldría a duplicar las del seguro social y permitir las licencias parentales (maternidad y paternidad). Involucrar a los padres desde el momento de nacimiento es un primer paso para fomentar las responsabilidades compartidas e involucrar al padre en las labores del hogar.

Los primeros meses son fundamentales para el crecimiento emocional e intelectual del bebe, por lo que es importante otorgar los cuidados y atenciones necesarias, para así crear futuros ciudadanos con salud emocional y consciencia de los roles de género incluyentes.

Eje 6. Horarios laborales

Flexibilizar las jornadas laborales, con la alternativa de trabajo en casa y en horarios diversos orientados a objetivos, con la finalidad de que se cuente con más tiempo para el cuidado de las hijas e hijos y se incremente la salud física y mental de las y los trabajadores, así como su productividad y espacio para la recreación.

Eje 7. Paridad de género

Las legislaturas deben tener el mismo número de hombres y mujeres para garantizar la inclusión y una perspectiva diversa sobre cada uno de los asuntos a tratar. Los gabinetes, tanto locales como el presidencial deben ser paritarios en el género. Los tres poderes de la nación deben ser integrados por la mitad de cada sexo.

Eje 8. Creación de una Fiscalía Especializada para Atender Delitos en contra de la Mujer

Ante el aumento exponencial de los feminicidios, es necesario una fiscalía propia para analizar y resolver los delitos por cuestión de género. De esta manera, se demostraría que el Estado da prioridad a las mujeres que son víctimas por su condición femenina y se incentivarían las denuncias por agresiones.

Eje 9. Fortalecimiento de los Refugios

Si bien en México se cuenta con refugios para mujeres violentadas, al ser un país con altas tasas de delitos de género, este número debería aumentar para ofrecer una alternativa de seguridad y justicia para aquellas personas agraviadas. Puntualmente, debería establecerse un refugio, al menos, en cada cabecera municipal que permita a las mujeres que lo requieran identificarlo y acudir en poco tiempo sin necesidad de efectuar grandes traslados para encontrar un lugar seguro donde pueda obtener techo, alimento y, sobretodo, su tranquilidad.

Es momento de actuar

Hemos llegado a un punto crítico: las palabras y protestas requieren del respaldo de acciones precisas y concretas para garantizar el derecho a la vida de las mujeres mexicanas. Sociedad y gobierno debemos trabajar, hombro a hombro, en una alianza para respetar y revalorar a la mujer, complementando con políticas públicas las medidas de transformación social de los hogares. Como resultado, la ola de violencia se combatiría con una evolución de la mentalidad de las y los mexicanos: basada en valores y equidad, libre de estereotipos.

En conjunto, podemos generar una sinergia para incrementar el bienestar de la sociedad, con un movimiento que comienza con la eliminación de la violencia de género y permea a cada uno de los mexicanos en un proceso de desarrollo constante.

Juntos, como complementos, sociedad y gobierno, hombres y mujeres, podemos transformar a México en una nación libre de violencia y plena en desarrollo humano y económico.

Por nosotras y nosotros, por nuestras hijas e hijos, por las próximas generaciones, por el México que merecemos.


Karla Doig Alvear . Abogada, servidora pública, feminista, articulista, apasionada de la lectura, los animales y  el empoderamiento de la mujer desde todos los ámbitos. Licenciada en Derecho por la Escuela Libre de Derecho de Sinaloa, Licenciada en Nutrición por el Centro de Estudios Superiores México Americano (CESMA) y Maestra en Políticas Públicas por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).

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