Advierto que estas palabras son aquellas que salen de mi cabeza y corazón sin pensar, y que por esta vez, pueden saber a tintes personales. No se si son motivadas por lo sucedido en mi vida el último mes del 2019, por la nostalgia apretada en mi garganta, por el duelo que se siente en cada poro y que revive en escalofríos recordándome que debo cambiar mi chip y ver mi vida con fortuna.
Y así es, mis queridos lectores… pueden suceder muchas cosas que nos rompan, nos debiliten, nos duelan y nos hagan empezar de cero sintiéndonos desnudos ante todo y todos, débiles y vulnerables. Pero es en ese momento exacto en el que uno debe respirar lo más profundo posible, tomarse un poco de tiempo y valorar lo que se tiene. A lo mejor no es aquello que uno soñó en la niñez pero, sea lo que sea, es bueno.
En mi fortuna personal cuento con una familia que apoya, ayuda, está presente todo el tiempo, respeta y ama, cada quien a su manera. Mis hijos se han convertido, con el paso del tiempo, en mis columnas vertebrales (en plural pues tengo la bendición de tener dos) y son aquellos que ahora me levantan, me piden dejar ir lo malo y empezar de nuevo. Las vueltas que da la vida: tomarlos de la mano en sus primeros pasos y ahora son ellos quienes me enseñan a caminar.
Soy dichosa de tener grandes amigos, aquellos que sin deberla ni tenerla están presentes en el momento en el que adivinan y sienten que uno necesita ayuda, algunos que aparecen como cometas y que el día que lo hacen, parece haberlos visto ayer. Y dentro de ese bello grupo de personas, también cuento con el dolor en el alma de perder la voz, el abrazo, la generosidad y el cariño amor de una de ellas: esa guía que hace falta para no meter la pata, ese consejo burlón que arremete a toda tu historia y esa esperanza contínua de que hay algo bueno.
Perder siempre ofrece un duelo que hay que vivir y sobrevivir. En mi caso, perder mi dinero en un fraude bancario, me hace alzar la voz, reclamar y empezar de nuevo, dejando ir el pasado. Perder a mi amiga del alma, me ha hecho celebrar su vida, amarla cada día más, saber que está en un mejor lugar y que seguro se burla de mi ahora al escribir estas palabras.
En resumen, como reflexión de inicio de año, a manera personal recomiendo dejar ir el pasado e iniciar algo nuevo, disfrutar cada momento y agradecer la gran bendición de contar con familia y amigos que están presentes en tu vida para lo que sea. Tengan por seguro, que es reciproco de mi parte hacia ellos.
Eternamente agradecida por los recuerdos, las voces y abrazos que queden en mi memoria, por el día de hoy que despierto para tomar mi café mañanero, por mi familia amorosa y amigos que son familia y por ustedes, que se atreven a leer mis disparates y me motivan a seguirlo haciendo.
¡Vivan al máximo! Disfruten.
Siempre gracias.
