Por primera vez en su historia el Instituto Tecnológico Autónomo de México estará en paro el día de hoy. La acción responde al lamentable suicidio de una de sus alumnas, Fernanda Michua, el 11 de diciembre. Desde que se supo que la joven se habría quitado la vida por supuesta presión escolar, los estudiantes del ITAM alzaron la voz en redes, cuestionando los métodos de enseñanza para alcanzar la excelencia de esa casa de estudios que hasta esta administración, se había convertido en principal semillero de funcionarios del gobierno federal.
Desde el viernes los alumnos de Derecho del ITAM realizaron una huelga silenciosa y anunciaron el paro de duración indefinida para hoy en memoria de Fernanda. Este domingo estos hechos se convirtieron en tendencia #GeneracióndeCristal y #MártiresdeStarbucks.
Con dichos hashtags los llamados “boomers” y la generación “X” –los de 50 y más de hoy- reclamaron a los más jóvenes ser “delicados” y “no soportar la presión”. Los Millennials y Centennials exigieron el derecho a la salud mental y a buscar una mejor calidad de vida. Argumentan que están sometidos a presiones y estrés por los
académicos de esa prestigiada –por que lo es- institución académica.
En el periódico El Universal apareció la columna del escritor Carlos Alejandro Loyoza que tituló Culpo al ITAM. Ahí señala con todo y nombre y títulos académicos, a los profesores y sus maltratos, desdén y misoginia, contra alumnos y alumnas. Describe también las diferencias formativas que hay respecto a otras prestigiadas instituciones en el extranjero. Y lo que resulta muy preocupante, que en los últimos meses se supo del suicidio de tres alumnos más.
Los estudiantes llamaron en redes sociales a tomar una postura frente a las autoridades académicas y a exigir un cambio en las políticas de atención a la salud mental de la comunidad estudiantil.
El ITAM dio a conocer que puso en marcha programas de apoyo emocional para ayudar a sus estudiantes “a tener vidas plenas” y convocó a los alumnos allegados a la joven fallecida a una sesión para escucharlos y brindarles la atención psicológica.
¿Es el ITAM culpable de estos suicidios por presuntas presiones escolares?
El caso merece una reflexión profunda y que abarque muchos ángulos. No estaría de más que las autoridades educativas hicieran una revisión de los métodos enseñanza de algunos de sus profesores. Pero también sería muy importante que cada padre y madre de familia reflexione si está ejerciendo presión sobre alguno de sus hijos. Falta una autocrítica profunda a todos. Con regularidad pregunto a amigos psicólogos y psiquiatras cómo están viendo a los jóvenes. Hay una gran coincidencia: los muchachos están cada vez más sometidos al estrés de buscar con el mínimo esfuerzo una vida cómoda, llena de lujos y dinero. Uno de ellos me dijo que las vidas glamorosas y llenas de likes de los cada vez miles de influencers que conquistan éxito y dinero de la noche a la mañana vías redes sociales, ejercen una enorme presión emocional entre los jóvenes. Me explican también que son muchas las causales que motivan a alguien a quitarse la vida y ocurre cuando llega un detonante. Lo que sucedió en el ITAM merece en verdad más que el revuelo mediático, una profunda reflexión de todos.