El senador republicano Linsdey Graham asevera que prefiere ir a Siria- lugar de conflicto – que ir a México.
Vivo en Toronto, Canadá y tengo boleto en mano para ir a mi país.
No tengo miedo.
No me atemoriza nada.
La campaña en contra de México es absurda.
Nos quieren meter miedo.
¡No señores ni señoras!
México es un país receptivo, amable, hospitalario y que abre sus brazos y sus almas al turista.
No nos amedrentemos.
Busqué boletos para viajar a México y los vuelos están llenos. Saturados. Hay gente que quiere visitar nuestro país.
Los vuelos están SOLD OUT – extra vendidos- y por algo es.
Porque nos reciben con amor, con pasión, con ánimo de atendernos.
Nada como sus playas, sus ciudades coloniales, su comida, sus costumbres y su don de gente.
La generosidad del mexicano va más allá de lo que nos cuentan en sus noticias. En su afán de negarnos el derecho a vivir la historia de una nación llena de maravillas.
No todo son balazos. También hay besos y abrazos.
Quiero el amor de mi madre, de mis hermanos y de sus guisos, y su gusto por ser felices siempre.
Añoro sus moles, sus mercados, sus aromas y su gusto por decir bienvenido.
Un vuelo, avión lleno con 250 personas cada noche dicen mucho de quién quiere visitar México.
Amigos chilenos, argentinos, colombianos, europeos, gringos, aman ir a gozar nuestra tierra.
Tengo el pié en el estribo y me siento contento de compartir. De vivir, De amar la tierra del Zenzontle, del Mayab y de copal.
¡¡¡MÉXICO ahí te voy!!!
Y como todos, amemos el placer de conocer la región más bella del planeta.
Y como decía mi papá: La ciudad de México es capital del mundo y centro de la cultura universal y, además, tierra de ¡¡¡María Santísima!!!
¡¡¡Como México, no hay dos!!!
Atte: ¡¡¡Un mexicano enamorado de su tierra!!!