sábado 23 noviembre, 2024
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BORIS BERENZON GORN BLOGS

«RIZANDO EL RIZO» Disney está devorando el mundo

 

Armand Mattelart y Ariel Dorfman en un libro fundamental de la política y la comunicación de los años setenta Para leer al Pato Donald sostenían que “las historietas de Walt Disney eran además de un reflejo de la ideología imperiosa —el de la clase dominante, según los postulados del marxismo—, sino que, además, serían cómplices activos y conscientes de la tarea de mantenimiento y difusión de esa ideología”.  Muchos crecimos marcados por las ideas de Matterlart y Dofman quienes refundaron los valores del mágico mundo de Disney.

Se ha hablado mucho sobre la influencia que los productos audiovisuales creados por The Walt Disney Company han tenido sobre la educación de numerosas generaciones. Lo mismo en América Latina que en los Estados Unidos, así como en cualquier país en donde la trasnacional haya tenido acceso, su impacto en temas tan importantes como el género y el amor romántico es tan grande que la cultura popular habla de él como un hecho irrefutable. Aunque estas mediciones antropológicas correspondan a los expertos, y determinar la influencia que Disney tiene en la educación y en las dinámicas sociales sea una tarea colosal, lo que es evidente es la cantidad cada vez mayor de control que la empresa tiene sobre el cine y la televisión en todo el mundo. La reciente compra de Fox y el próximo lanzamiento de su plataforma de streaming, Disney+, colocan al gigante muy por encima de sus competidores y le conceden un dominio casi monopólico sobre los personajes y las historias más socorridas por las audiencias infantiles, jóvenes y adultas. 

Tras la compra de la saga de Star Wars, Disney decidió poner en la mira otro conjunto de historias y personajes que han demostrado ser realmente rentables y exitosos. Al adquirir Marvel Entertainment y Marvel Studios, Disney no solamente estaba haciéndose con centenares de películas cuyo éxito estaría garantizado; estaba comprando también importantes personajes a través de los cuales la sociedad norteamericana ha transmitido sus valores durante las últimas décadas. El papel de Marvel no sólo ha sido el de entretener, aunque ése sea por supuesto el primordial, sino operar como pequeñas cápsulas de información a través de las que se propagan los ideales del bien, del mal, y de la lucha entre ellos. Disney gana así un nuevo espacio en el imaginario popular, saltando de tener sólo los monopolios de la educación básica en género y amor romántico, de este modo adquiría también las primeras lecciones de ética a las que tienen acceso miles de niños. 

Los dominios de The Walt Disney Company son bastos, incluyen lo mismo cine y televisión, que teatro, música, videojuegos y parques de recreación. Hay diversidad en sus inversiones, tienen por igual a Vice Media Inc. que a UTV Software Communications. En términos televisivos, la compañía era, hasta hace unos meses, la dueña de grandes cadenas como la deportiva ESPN y otras como ABC, The History Chanel y A&E. Sin embargo, la compra reciente de 21st Century Fox hizo que Disney se adueñara también de importantes cadenas como National Geographic, Fox Sports y FX. El paquete incluía también la compra de una buena parte de Endemol Shine Group (los que producían Big Brother, salvo que no compró las filiales en países hispanoamericanos) y de la plataforma de televisión por cable Sky. 

Con la adquisición de Fox, Disney se apoderaba también de otros personajes de Marvel que hasta la fecha no había podido utilizar, como los X-Men y los Cuatro Fantásticos. Esto abre nuevas posibilidades para el Universo Cinematográfico de Marvel, que tanto dinero le ha dado ya a Disney en estos años. Se ha rumorado incluso que el fracaso de la última cinta de X-Men producida por Fox, Dark Phoenix, podría haberse debido a la injerencia de Disney en el guión, dado que ya no tenían interés en que esta película redituara y querían eliminar elementos que se parecían a la cinta también reciente Capitana Marvel. Esto habría resultado en una recaudación de sólo 33 millones de dólares para la cinta de Fox en su primer fin de semana, la más baja para la saga de X-Men. 

Los temblores en el mercado de la producción audiovisual no han terminado. El próximo podría afectar a dos empresas que antes revolucionaron los contenidos de este tipo: Amazon y Netflix. Disney+, como se llamará el servicio de video bajo demanda de la compañía, ofrecerá a sus suscriptores, desde este 2019, todo el contenido de Marvel, Star Wars, Fox y Disney existente, poniéndole en una clara ventaja sobre los otros dos grandes servicios de streaming que, aunque han elevado recientemente sus producciones originales, se quedarán sin los productos de Disney y allegados que antes ofrecían en sus propias plataformas. Disney, además, adquirió Hulu, otro de los populares servicios de streaming que le hacía competencia. Por otro lado, el surgimiento de Disney+ ha arrebatado a Netflix mucho contenido, no sólo el que exhibían y pertenecían a la compañía de Micky Mouse, sino el que producía el servicio de streaming bajo el sello de Marvel. Netflix produjo en total trece temporadas de estos súper héroes, cuya historia ha tenido que llegar a su fin por pertenecer los derechos ahora a Disney y no ser rentable para Netflix el tener que pagar por ellos.  

Al parecer, la trasnacional está arrasando con el mercado y escapándose por casi nada de las prácticas monopólicas y de los reguladores de distintos países. Disney se está apoderando de una importante cantidad de los productos audiovisuales que consumimos y, aunque suene descabellado hablar de una eventual facultad de control ideológico sobre sus audiencias, lo cierto es que la empresa tiene una capacidad de incidencia en el inconsciente colectivo que nadie ha tenido jamás. 

Manchamanteles

Stefano Mancuso (Catanzaro, Italia, 1965) uno de los más polémicos de la divulgación de la ciencia se pregunta: “¿Son las plantas seres inteligentes? ¿Son capaces de resolver problemas? Se comunican con el entorno que las rodea, con las otras plantas, con los insectos o con los animales superiores ¿O son, por el contrario, organismos pasivos, carentes de sensibilidad y de cualquier tipo de comportamiento individual y social? En su más reciente libro El futuro es vegetal (Galaxia Gutenberg), El científico italiano muestra variados saberes para que veamos de otra forma al universo verde.  Stefano no duda en considerar a las plantas de “inteligentes —aunque carezcan de cerebro— porque sus acciones demuestran que luchan por su supervivencia con planteamientos exquisitos.”  Concluye: “las plantas nos sugieren la forma de afrontar un futuro en el que no podremos derrochar el agua que hoy tan alegremente tiramos”. Por lo menos valdrá la pena releer a Mancuzo, con mucha crítica ante la terrible escasez del agua. Yo por lo pronto me planteo una vejez apostando al dulce futuro vegetal.

Narciso el Obsceno 

Hablando de narcisismos, Julia Kristeva nos plantea que “el individualismo occidental es también un valor importante que se puede capitalizar positivamente, y mientras nosotros nos lamentamos por nuestros excesos individualistas, los japoneses, por ejemplo, se sienten disminuidos por su falta.”  Toda una obscenidad el grito de la Kristeva, pensaran algunos de esos que aún creen en las buenas conciencias y lo correctamente, político.   

 

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